Crecimiento y estabilidad macroeconómica. De éste elemento se ha jactado el Estado Dominicano, y tiene razón al hacerlo. Es ponderable la forma en que el gobierno ha podido manejar la crisis económica internacional, agudizada por el desequilibrio de los precios de los alimentos y el petróleo. Los datos del crecimiento del PIB desde el 2005 hasta la fecha así lo demuestran. Pero a pesar de esta realidad, el crecimiento económico sostenido no ha sido palpable en los sectores más necesitados de la población dominicana. El nivel de pobreza, servicios de salud pública deficientes, problemas agudos en la educación y la disparidad social en nuestro país, son problemas que persisten, pese al “dichoso” desarrollo económico.
Si ponderamos nuestra situación y comparamos la misma con India – claro, guardando la distancia – es fácil entender por qué describo a RD como “la India del Caribe”. India, país en el sur asiático, forma parte del poderoso BRIC – Brasil, Rusia, India y China – como una de las economías mundiales emergentes. El BRIC está considerado como elemento determinante para establecer una multipolaridad económica, teniendo como eje los países que lo constituyen, acompañados por Estados Unidos. Empero su surgimiento como eje económico, India experimenta una disparidad social aguda, donde se ha ensanchado la fisura entre la clase pudiente y el “populacho”. Quien ha visitado esa nación, sabe a lo que me refiero.
Nadie puede negar el crecimiento económico de nuestro país, mismo que ha estado entre los líderes porcentuales de nuestra región. Pero tampoco podemos negar, que la riqueza generada se ha quedado “estancada” en la elite político-empresarial del país. El desarrollo es imperceptible en los barrios más humildes, donde aún tenemos deficiencias hasta en el sistema de agua potable y residual. Y ni mencionar la calidad del sector educación, del sistema de salud implementado en nuestros hospitales públicos, la disparidad salarial, entre otros elementos que, ante la vista de TODOS, sólo nos hace preguntar: ¡carajo, de qué desarrollo económico me hablan!
No nos “caemos muy lejos de la mata” del país asiático, ya que muchas de las deficiencias que les aquejan de manera magnificada, se verifican en nuestro país “en miniatura”. Sin importar su acelerado crecimiento económico, India no ha aplicado políticas socio-económicas que permitan la salida de un sector de la población de la pobreza extrema. En consecuencia, a pesar de la bonanza, India adolece de un índice de pobreza que ronda en el 30%. Esa nación, de manera equívoca, continúa implementando programas sociales de “pobreza subvencionada”. Esa práctica no es endémica de ellos pues numerosos países, incluyendo a RD, han adoptado el círculo viciosos de mantener los niveles de pobreza “sin dejar morir a la gente” como política de Estado.
En el caso de RD, según datos del Banco Mundial, el índice de pobreza rondaba en un 36% hacia 2006, reduciéndose a un 34% en el 2010. En ese mismo lapso de tiempo (2006 – 2010), el índice real de crecimiento de la economía dominicana tuvo un promedio aproximado de 7.4%. Aún así, nuestro gobierno y sus programas fueron capaz de solamente reducir en un 2% el índice de pobreza (índice real de crecimiento = PIB de una nacional ajustado a la inflación sufrida y expresado de manera porcentual).
Lo más curioso de todo esto – de ser “la India del Caribe” – es que podemos aprender bastante de sus errores, especialmente entendiendo lo que no se debe hacer con la riqueza que genera una nación. India, pese a su impresionante desarrollo, ha carecido de planes socio-económicos equitativos y pragmáticos, que incentiven el desarrollo sostenido de toda su población – desde el rico hasta el pobre. La parte que han obviado es que, al no impulsar un desarrollo equitativo en todos los estratos sociales de su nación, India está creando un problema agudo, debido al desbalance social que su economía interna está prohijando. Al final del día, será esa misma economía y sus futuros gobiernos que tendrán que rescatar a un sector de la población que se mantiene rezagado y eso, a la postre, les podría costar la posición privilegiada que hoy disfrutan. De no aplicarse correctivos, una reacción gubernamental tardía podría condenarlos al retroceso, o bien a un enfrentamiento civil; el “status quo” se mantiene y el “de abajo” aguanta, hasta el día en que este último se harta. Este mismo concepto aplica a nuestro país y a sus deficientes políticas socio-económicas con visión a futuro implementadas por los gobiernos dominicanos.
Y, para ponerle la tapa al pomo, consideren los elementos expuestos a continuación. Según datos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), “India tiene muchos retos a largo plazo que aún no ha abordado plenamente, entre ellos la pobreza generalizada, la inadecuada infraestructura física y social, y el escaso acceso a una educación de calidad básica y superior”. Además, el informe sostiene que “la sobrepoblación, la degradación ambiental, la pobreza y la corrupción generalizada”, son elementos que estancan el desarrollo socio-económico de India; el parecido de nuestro país con la nación asiática es innegable.
Al final, el caso de India nos deja una enseñanza “sustantiva”, misma que sería de un provecho inconmensurable si nuestros líderes socio-políticos se animaran a digerirla: si no acompañamos el desarrollo de una nación, con políticas que beneficien a todos los estratos sociales, ese desarrollo termina siendo sólo un espejismo del cual se beneficia la clase pudiente…y los demás, que se jodan.
¿Acaso alguien duda que RD es “la India del Caribe”?