Con seis llamadas telefónicas resolverás todo, dijo el entrevistado.

Molesta que una persona se acerque a tu casa con una pancarta y en este caso, si son mas de cien personas cantando algun cántico, entonces las cosas se ponen color de hormiga. Los "métodos de lucha", desde el 15 M, al Ocuppy Wall Street, pueden ser altamente efectivos, aunque muchos recomiendan ser mas organizativos y planificar las cosas.

Ahora la herramienta social del Twitter es excepcional por la inmediatez con que se producen las informaciones. El 4 % significó un avance en la penetración de un tema y la participación de la gente.

El cambio social es posible pero el cambio hay que programarlo -enfatizaba mi amigo- y las firmas, sin ser obligadas, se pueden obtener cuando el dirigente que tiene que tomar la decisión se ve tan cuestionado que se le vuelve un infierno decir que no, es decir "hacerle un callo", enfatiza el entrevistado.

Sin embargo, es duro esperar que se organice siempre la gente por lo que los que atizan la inquietud del cambio social -los llamados indignados- son verdaderos héroes, los que se levantan por el promedio y le imponen a la realidad cierto tipo de dignidad, aclaraba. Se los llama y se les dice que dejen eso, que mas le conviene echar eso para atrás -a los diputados, se refería-, no los estamos amenazando -podrá decir el indignado- pero mejor cambien de agenda. Si hemos progresado sin tener que obligar a los tomadores de decisión a cambiar las cosas, imagínese lo que podría hacer por usted tomar este curso de acción, enfatizaba.

La gente que se organiza y cuestiona logra cosas: Felipe González se ha pasado la vida cuestionando lo que se hace en España y recibiendo cuestionamiento (eso es la política, claro la dura), lo mismo que Zapatero y Aznar. Sin embargo, no basta con cuestionar sino que es necesario tener un plan de acción que no debe ser dejada solo a los políticos. Organizar es poner fecha de "juntaderas", ir y con jugo de naranja en la mano -lejos de la apacibilidad de tu finquita en Miches-, comentar sobre algo que se quiere modificar. Luego que se determina lo que se quiere cambiar -has llamado al empresario que te respalda antes- o lo que se quiere obtener, a esos que tienen el poder institucional para cambiar las cosas, se les contacta de manera decente a través de ciertas técnicas, me dice el entrevistado. Nada de intimidación en las etapas iniciales.

Otra técnica buena es redactar leyes, métodos, mecanismos y regulaciones y darle lobby con diputados a los que se les debe dar "estímulo" -entonces, qué tu crees que todo es con buenas intenciones?- para que le den curso. Si no se puede por vía electoral, entonces te haces de cuenta que los diputados te obedecen para que aprueben tus leyes, aprueben tus reglamentos y hagan tus modificaciones. Dímelo a mi que estuve en Washington, decía el entrevistado.

Claro, luego "el hacedor de políticas" le comunica a su jefe de la inquietud recibida y luego tu mismo contactas a su jefe -llámese presidente del partido, etc- y le recomiendas una reunión para plantear "líneas futuras".

El político de la cámara llegaba a pensar que si el tenía el poder de cambiar las cosas necesitaba un jefe, alguien que le dijera lo que tenía que hacer, cómo cambiar las cosas y como darle sustrato ideológico -al menos ideológico- a las medidas tomadas o por tomar. Una cosa es que sepas ser burocrático y otra muy diferente es que sepa que decisiones tomar a su debido tiempo, algo que se le deja a los cerebros detrás de todo proyecto. Y ese cerebro somos nosotros, aclaraba el entrevistado.

Pero los políticos de la cámara de diputados, -a los cuales nos encontramos en un restaurant bebiendo el vino mas caro de la ciudad- nos habían dicho que sí, que todo marcharía bien sobre todo ahora que las mejores decisiones eran tomadas como se toma uno un whisky: entendiendo las razones inclementes de Mario Puzo que, dicho sea con permiso, cumplió 94 años recientemente.

El whisky, mas el coñac, se bebe en climas fríos, pero aquí también puede beberse. No estoy diciendo que no te lo bebas, a fin de cuentas lo que se espera es el resultado: sentirte plenamente realizado como ser humano. Los funcionarios beben vino de los mas caros. Ahora el vino es una moda -una aletargada moda- y quien no bebe vino "no ta". To tamos, me dijo. Pero quién impuso la moda: el Catador o los funcionarios? Yo tengo para mi que los funcionarios.

Ahora los dominicanos son bebedores de vino porque todos quieren sentirse realizados, me dijo el entrevistado y cataplum! Ay sí, destapa uno. Qué finos somos! Sí, hemos llegado al éxito, salud! Se había lanzado a la piscina.

Los redactores de proyectos son esenciales asi como los guionistas de cine. Se necesita un Francis Ford Coppola. Y ese Francis Ford Coppola somos nosotros, aclaraba.

-Pasar de las palabras a los hechos. Entonces esto es lobbysmo?

-Si, cuestionar a los hacedores de política como un tic tac, llamar, concertar citas, "hacer amistades", influenciar y llevar a cabo metas de bien común -o vamos, tuyas, metas tuyas- en la misma fuente del poder, los diputados y los presidentes de los partidos. En lugar de quejarte -de que te quejas si te estas comiendo un Burguer King, estas entretenido y mas barato- te reúnes, haces un plan de trabajo y coges a dos diputados amigos, los invitas a un trago con un documento en la mano. Le explicas que vaya entendiendo que el no obedece a ningún partido -ni a ninguna religion, ateízalo- sino a su solo a su conciencia. Y a la vida, mas vino.

El calor parecía derretir los tejados y la gente del sector salía afuera con la intención de dejarse quemar un poco la piel en un sábado de Santo Domingo lejano del Polo Norte.

A decir verdad, se trataba de un calor que movía a muchos a meterse en una piscina de esas que son inflables. Al lado, la piscina de verdad, la muy profunda, la Esther Williams, había recibido el chapuzón de dos políticos bastante manejables.

Me largo a Las Terrenas a ver el mar llegar a la costa, exclamó el entrevistado. Mientras tanto, yo iniciaría la primera de las seis llamadas. Corten, hubiera dicho Coppola.