“¡Niña, te dije que blanco, aunque yo tenga que sacarle los piojos, coño! ¡En esta casa la raza no se atrasa!" Decía la abuela Aurora a su nieta Sailín. Pero a la nieta le gustaba el mulatico músico, bailarín y noble y que le regalaba flores y poemas. Ya lo había sentido cerca. Le llamaban los tambores ancestrales que traía en el cuerpo, todo ritmo, toda fogosidad la de Eddy Zabala que era hasta medio encorvado, pero a ella eso qué le importaba, solo sentía su rítmico mirar, y el calor de sus manos y su cuerpo, cuando en los carnavales de Las Tunas, en la plenitud de la madrugada y de unos 16 años bien gozados, apretaban detrás de la tarima del Tanque de Buena Vista.

Zabala era un chico famoso en el pueblo, dirigía la comparsa de su padre, pero era mulato y de un estrato social mucho más bajo que en el que habían criado a Sailín, ella taaan educadita niña, hija de una reconocida maestra, aunque sin dinero, eran blancos y de un nivel social y educacional superior, allá para mediados de la década del ´80 también había diferencias de estratos sociales por raza y educación, como ahora hay más pero por el poder adquisitivo.  Zabala era amigo de su prima Odalis. Cuando la abuela Aurora veía a Sailín coqueteando por la ventana que daba al patio de la prima, aquella septuagenaria mujer se convertía en un toro fajador, echaba aire caliente por la nariz y salía disparada. “¡Cierra esa ventana, muchacha! Cuántas veces tengo que decirte: cuando ese negro jorobado esté ahí, ni se te ocurra asomarte. No quiero chanchullo con ese negro callejero, o es que tú no te das cuenta de que ese tipo de gente no te pega mi`ja. Esos son muchachos criados en la calle, sin una educación de familia, y negro para rematar. ¡Aquí usted me entra vestida de blanco, y de blanco todo, nada de peinar trencitas, me oyó! ¡Usted dedíquese a estudiar, qué es eso de andar con amoríos a esta edad! ¡Haga su universidad y cuando se gradúe, entonces, háblame de novio!”

Pasó el tiempo y pasó y hasta pasaron varias águilas, digo, hombres por la vida de Sailín, blancos todos, por supuesto, como le había enseñado y dictado la abuela. Pero le arrancaron de cuajo, con enfermizo egoísmo y violento machismo, la alegría de vivir, la ingenuidad y el creer en que llegaría aquel Príncipe que la iba a amar y hacer feliz para siempre, como en los cuentos de hadas. Llanto y más llanto por el abuso verbal y psicológico de sus tres esposos. Y quién sabe si aquel negro, o “indiecito” como diría Trujillo, la hubiera hecho feliz.

Sailín nunca más vio a su adolescente amorcito canela, tampoco encontró la felicidad en ningún hombre blanco.  Y es que la felicidad no tiene color, ni es blanca ni negra ni mulata, está más allá de las razas, los niveles de educación académica, las edades y las diferencias sociales.

En Cuba, antropológicamente hablando, sí hay una modalidad del racismo y discriminación de género, porque no son una ni dos las protestas de los artistas e intelectuales reclamando la presencia de los negros en el cine y la televisión cubana, en los diferentes Congresos de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba). A pesar de la falsa y esquemática “cuota de mujeres y negros” en los diferentes niveles de dirección, el Estado sigue dominado por hombres blancos. Vas a cualquier sede del Gobierno y son dirigidos por blancos en su gran mayoría. Incluir algún negro o mujer es más una cifra a cumplir que una real y verdadera valoración de la mujer y de las personas de piel negra como de igual a igual.  Es a ojos vista, demasiado evidente, el prejuicio racial y de género que pervive en la mentalidad colectiva. Y es que persiste la discriminación hacia el negro y el machismo, por otro lado, está enraizado. La igualdad y equidad social no la dan solo las leyes impuestas, la igualdad racial no la dan las cuotas obligadas en la membresía de una organización social o política, la igualdad racial va mucho más allá del poder ejecutivo o legislativo. La equidad étnica queda anidada en el imaginario social, en el subconsciente social, y pasarán muchos años y será necesaria una educación general -muy deteriorada en Cuba en las últimas tres décadas- basada en los principios de equidad racial y de género, y pasarán, no menos de cincuenta años para que esos patrones conductuales comiencen a ceder paso a otros conceptos y actitudes.

Hay infinidad de historias de amores truncos por esta causa, hasta de asesinatos por diferencias raciales.

La arquitecta de la esquina, cuando pasaba por frente de mi casa, yo escuchaba los murmullos de las vecinas chismosas: “Mira esa, se cree mejor porque es arquitecta y tiene un carguito ahí en la Dirección Municipal de Vivienda”. Y la otra decía: “y ahora se consiguió un blanquito de marido y se cree que es blanca”. La arquitecta todos los días cuando pasaba, saludaba tan amable y educada ella. Y yo pensando cómo las lenguas viperinas le arrancaban las tiras del pellejo, expidiendo veneno por esa boca, llena de prejuicios y frustraciones.

En la sociedad cubana se manifiestan prejuicios que conducen al discrimen racial y de la mujer, pese a todo, es una verdad innegable. Debiera trabajarse en el fomentar el respeto a las diferencias etnoculturales, pero en un pueblo que vive bajo profunda crisis sociopolítica y económica a escala macro y microsocial, los valores de su gente se ven cada vez más deteriorados.

Vivimos en sociedades muy diversas en estos pueblos caribeños de historia común, entremezclados,  porque la diversidad cultural nos caracteriza y es una razón de peso para aprender a convivir armónicamente, sin segregaciones y ni agresiones entre hermanos y hermanas.

En el advenimiento de este Nuevo Año 2018, abramos nuestros corazones y dejemos atrás prejuicios y actitudes discriminatorias, cercenadores de la armonía y la esperanza.

¡Feliz 2018 a cubanos y dominicanos: “Entren tó…”!

Referencias:

UNESCO: Eliminación de la Discriminación Racial – 21 de marzo. Mensaje de Irina

Bokova, Directora General de la UNESCO.Recuperado de http://www.unesco.org/new/es/unesco/events/prizes-and-celebrations/celebrations/international-day-for-the-elimination-of-racial-discrimination-2014/