El domingo en la tarde fui donde una querida pariente en el Alto Manhattan a degustar un sancocho de 9 carnes con aguacate dominicano de verdad, contrabandeao en una maleta junto guineítos verdes y romo. Tenían puesta una película con Morgan Freeman y Virginia Madsen. En una escena Freeman y Madsen bailan un bolero pegao, una de las criaturas que allí lambían exclamó:
"Oh, ¿y qué hace esa rubia quemando con ese moreno?"
"No e de veidá, e soñando que ta ei moreno", musitó, mientras chupaba una pata de ave domesticada, otra criatura de las que allí lambían.
"Yo sabía", dijo la criatura original enseñando el bolo alimenticio.
De niño a uno le decían que se lo iba a comer un haitiano si se portaba mal; crecimos, algunos más que otros, y aunque olvidamos muchas de las cosas buenas y reales que nos enseñaron, como volar chichigua, como sembrar batata, algunos no olvidaron la locura bruta y bobería bestial del racismo hacia los haitianos, engendrado por hechos atroces cometidos por haitianos atroces nacidos antes del 1844 y ya muertos hace muchísimos años.
De hecho, cogieron tan a pecho ese racismo que ahora la cosa cambió, y son las madres haitianas que deben decirle a sus niños NACIDOS en RD que si se portan mal, o bien, va a venir un vincho dominicano que, aunque no se los va a comer porque les tiene asco, por lo menos los va a mandar hacia un país donde no han nacido ni han ido nunca: Haití.
Y es que, amable lector que no es un vincho dominicano, cuando uno lee la tormentosa sentencia 168, y zozobra en ese racista remolino jurídico plagado con acantilados de letras como celeridad, efectividad, oficiosidad, extranjero en tránsito, extranjero transeúnte, y naufraga chocando contra el inmisericorde arrecife retroactivo que establece que no son dominicanos los hijos de personas que residen ilegalmente en el país DESDE 1929, uno sufre un ataque de anacronismo, y otro de pánico, pensando que regresamos al pasado, que en par de años viene trujillo. También siente pena por los empleados del TC que tuvieron que digitar y corregir ese malvado uso de algo tan noble como lo es un abecedario.
Les Miserables RD
Silencio en la sala
voceó el secretario de orejas negras
el honorable señor Juez miltonrayguevara dictará sentencias.
Considerando,
dijo el magistrado de nariz negra,
de que el acusado Jean Valpié, ciudadano haitiano,
sustrajo dos salamis, conocidos como salchichones,
y un radito de pilas, usado.
Considerando, además,
de que el defensor público no pudo asistir,
por verse aquejado de gripe.
Considerando los hechos en frío.
Considerando la Ley, imparcialmente.
Me veo en la obligación de crear jurisprudencia,
contra el Cielo,
contra la Tierra,
contra Elías Piña,
contra los códigos penales de países civilizados,
contra una vocecita que me susurra, "Si lo haces, te condenas",
y cantarle 10 años en la cárcel de La Victoria.
Próximo caso, que estamos rápido
voceó el secretario de boca negra.
Considerando,
dijo el magistrado de frente negra,
de que los cien abogados de la defensa,
señalan, oportunamente, la circunstancia atenuante,
de que la occisa, ¿cómo se pronuncia esto?, ciudadana haitiana,
de apellido raro, invadió una finca en San Cristóbal,
y como peste agarró una lechoza,
y la corrompió con sus dedos, con su estómago, con su persona,
y llega el acusado, dueño de la finca, ciudadano dominicano,
y la agarra con las manos en la masa, literalmente,
y la agarra con sus manos y la mata, literalmente.
Considerando los hechos en frío.
Considerando la Ley, imparcialmente.
Me veo en la obligación de crear jurisprudencia,
contra todo lo que dije antes,
y liberarlo por defensa personal del patrimonio de sus herederos,
y del suyo propio.
Y ahora por respeto todos de pie
voceó el secretario de mejillas negras
el honorable señor juez miltonrayguevara se retira.