La mayoría de dominicanos somos negros o llevamos el negro "detrás de la oreja". No importa cuanto lo neguemos, o queramos ignorarlo. Es imposible tapar el sol con un dedo. Mirando bien a nuestro alrededor podríamos darnos cuenta.
La negritud, la africania, es y ha sido siempre, la principal fuente en en que bebe y se alimenta todo lo dominicano. La población indígena de La Hispaniola fue exterminada por los españoles en menos de 50 años. Si, por los españoles (los mismos que nos gusta reclamar como ancestros) con su gobierno, con las encomiendas, con trabajo forzado y esclavitud, con su "evangelización" y con todas las enfermedades que trajeron con ellos. Ya para la década de 1540 quedaban muy pocos de los primeros pobladores de La Hispaniola.
Los muertos no trabajan. ¿Quiénes iban a trabajar para los conquistadores? Los españoles comenzaron a traer negros desde África. Y los trajeron en "cantidades industriales". Y por las razones que fuera (la conquista y colonización, como siempre, fue un asunto de machos) los machos españoles comenzaron a "mestizarse" con las negras africanas. El resultado es lo que somos. En realidad, aunque algunos hablan de un 10 a 15 por ciento de sangre taína en el dominicano, y muchos prefieren creerse descendientes de españoles y españoles "puros", la africanía negra puso la sangre, la cultura y la religión, el tambor y todo el sabor, a lo dominicano. La africanía puso los principales ingredientes del sancocho que se ha estado cociendo en RD desde mediados del siglo XVI hasta nuestros días.
¿Cómo se explica entonces, que siendo así, la mayoría de dominicanos sean -en mayor o menor grado=, anti-haitianos?
Muchos son anti-haitianos callada y veladamente. Para muchos dominicanos "los haitianos no son buenos", tienen una religión extraña, y "algunos comen niños". Todos estamos cansados de oírlo. Aún cuando los dominicanos convivan con los haitianos en el día a día, sufran casi las mismas miserias y penurias y sean víctimas del mismo gobierno.
En los últimos tiempo, otros dominicanos ("demócratas", "liberales", ex-comunistas, inclusos algunos comunistas y gentes "de izquierda" ) han llegado a ser beligerantes y vocales con su anti-haitianismo.
Los menos, son los punta de lanza del racismo anti-haitiano de la ultraderecha dominicana. Son los ideólogos del anti-haitianismo. Son la cabeza visible y velada de los Vinchos, son los que han definido y decidido toda la política de la relación RD-Haiti durante la última década.
A propósito de estos últimos, hay un caso emblemático de la contradicción entre la negritud de facto dominicana y el racismo anti-haitiano imperante en la sociedad dominicana: el intelectual Don Manuel Núñez, un negro más negro y más "feo" que una noche oscura, quien a pesar de ser piedra angular de la ideología del anti-haitianismo dominicano, ha llegado al extremo de quejarse públicamente de su propia fotografía. (Quiero aconsejarle a Don Manuel, por favor, a pesar del calor de Julio y Agosto, no se quite el saco, ni se le ocurra andar a pie, porque la policía en unas de esas redadas puede mandarlo derecho a Haiti).
Debería ser una tarea pendiente para la sociología dominicana estudiar y explicar esta contradicción. Igual que está pendiente el estudio del proceso mediante el cual la casta del PLD se ha adueñado de todos los poderes del Estado dominicano, convirtiéndose en una virtual dictadura, aún con todo y elecciones "democráticas" cada cuatro anos. Igual que está pendiente el estudio de la "popularidad" de Danilo Medina.
Haití es el segundo socio comercial de RD. Es el único país con que RD tiene una balanza comercial positiva. Compartimos una Isla y unos 380 kms de frontera. Compartimos una historia y unos ancestros comunes. Los haitianos que viven en Haití consumen una parte de nuestra producción industrial y avícola. Los haitianos que vive en RD son la principal mano de obra de nuestra producción agrícola. Trabajan en las fincas dominicanas, en las granjas de cerdos, en la avicultura. Construyen nuestras casas y apartamentos, trabajan en el cuidado de las mismas. Trabajan en la importante industria turística dominicana.
Sobre la base de esta realidad debería definirse las relaciones RD-Haiti. Pero no. El racismo anti-haitiano es la pelota, el circo, la excusa perfecta. Alimentar y azuzar el anti-haitianismo desvía la atención de los problemas reales del país. El racismo anti-haitiano dominicano no es sólo un asunto de color de la piel. Se trata de dominación política, se trata de explotación económica. Si al mismo tiempo lo negro, "lo feo", lleva la peor parte, mucho mejor.
Mientras Leonel Fernández dejaba un cráter del tamaño de Júpiter, Danilo lo tapaba con más impuestos sobre nuestras costillas. El anti-haitianismo es la distracción para que Leonel no sea enjuiciado y para que no protestemos por los nuevos impuestos de Danilo. Más aun, si Danilo necesita mas distracción mientras modifica la Constitucion para reelegirse, comprando de paso a todo el que se oponga o finja oponerse, el anti-haitianismo sigue siendo la excusa perfecta. Pero no, el anti-haitianismo no parará ahí, una vez modificada la Constitucion, viene la campaña electoral y nada mejor que elevar el sentimiento nacional y sumar fuerzas alrededor de nuestros defensores de los "valores patrios", ante nuestros enemigos: los haitianos.
Mientras tanto para todos aquellos que se benefician de la mano de obra haitiana, mayor grado de miedo, de caos, se traduce en más barata mano de obra haitiana (y de paso, dominicana también) y en que por más tiempo permanezca así. Podría pensarse que los patronos están mejor informado que los demás (la población general) con sus experiencias y con sus socios del gobierno: han de saber que los haitianos deportados por el gobierno o los”auto-deportados", pronto y de nuevo regresarán a trabajar para ellos. O tal vez intuyan que se trata de un asunto político coyuntural. De lo contrario no se podría explicar que teniendo a los haitianos de mano de obra, sean parte de la cantaleta y vocinglería del anti-haitianismo. Si todos los haitianos se van o "los van" del país ¿quiénes van a trabajar para ellos por ese pago y en esas condiciones?
No son sólo los patronos que se benefician del caos de la política dominicana hacia Haiti. Los militares son también parte del "negocio". Anteriormente un puesto en la frontera era un castigo. Hoy no. Un puesto en la frontera es codiciado, sobre todos por los jefes. En el caos prospera el chiripeo militar. Es mucha la menudencia que se mueve por ahí. No se trata solo de todo tipo de "mercancías" que pasa por la frontera.
El trafico humano es parte importante de ese "menudeo". El trasiego de haitianos, a través de la frontera y algunas de las provincias vecinas no es paja de coco. No se trata solo de cuánto tienen los haitianos que pagar para cruzar la frontera. ¿Se ha preguntado usted por qué hay tantos puestos de "chequeos", en Dajabón, Montecristi, Mao, Esperanza? . Igual sucede con la frontera Sur. Estamos tan acostumbrados que ni siquiera nos damos cuenta. El viacrusis de los haitianos no acaba al cruzar la frontera. Para llegar a su destino final de trabajo en el país debe pagar un peaje en cada uno de estos puestos de chequeo.
No es solo el gobierno dominicano el responsable de este caos. El gobierno haitiano tampoco se encarga de resolver los problemas de sus ciudadanos dentro y fuera de su país.
Como dominicano que soy, hablo del caso dominicano. Me da vergüenza y rabia, por ejemplo, que miles (no se sabe realmente cuántos son, aunque algunas fuentes dicen que pasan de 200 mil) de dominicanos de ascendencia haitiana sean mandados al limbo, convertidos en apátridas por la famosa sentencia 168/2013 del Tribunal Constitucional. Estos miles de "personas", nacieron en RD, bajo una Constitucion que les otorgaba la nacionalidad dominicana, nunca han estado en Haití, ¿de dónde son?. Cambiar la Constitución con los haitianos como objetivo es una vergüenza, cambiarla retroactivamente es una aberración monstruosa! ¿Qué mentalidad retorcida puede pensar estas maquinaciones?.
Me da vergüenza lo mal ejecutado y el aparataje del llamado Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, un proceso sumamente complejo, costoso e intimidante para una población haitiana que solo ha venido a trabajar a nuestro país. Mientras un haitiano gana unos 400 pesos por día cuando trabaja, tenia que buscar miles de pesos para cumplir con todos los requisitos que el gobierno dominicano le requería para "regularizarse" Después de todo esto, debía estar en la Gobernacion de Santiago, por ejemplo, desde las 3 am, para ganarle a otros centenares de haitianos en la fila, pues sólo atendían un numero de 20 casos cada día. Los centenares que no eran atendidos ese día debían volver a lo mismo el siguiente día, y el siguiente también.
Provocan risas las declaraciones diarias de los funcionarios dominicanos denunciando un supuesto plan internacional de descrédito contra RD. No señor Medina, no señores funcionarios del gobierno dominicano, el descrédito internacional se lo han creado ustedes mismos con su aberrante racismo, vestido de nacionalismo.