Quisqueya te quiere. Quisqueya te necesita. Posibles nombres para un programa integral de captación de talentos jóvenes para el magisterio nacional.

Elementos esenciales para fomentar el ingreso de jóvenes talentosos al sistema educativo dominicano:

1) Intervención temprana—Seleccionar al futuro bachiller desde su ingreso en el liceo en régimen de tanda extendida para ser acompañado como potencial candidato al magisterio, reforzando su dominio de las materias académicas y formación ciudadana, así como distinguiendo a los seleccionados de diferentes maneras. Solo como ejemplos, asignar una computadora portátil con acceso al Internet para su uso exclusivo dentro y fuera del recinto escolar mientras su evaluación de desempeño (índice académico y evaluación de su comportamiento) lo amerite. Un programa especial de campamento de verano para enriquecer su formación con actividades de formación de carácter, visitas de campo y otras actividades atractivas para los jóvenes, entre otros componentes. El maestro es importante y debe ser distinguido, además el sistema debe velar por su formación integral desde antes de ingresar a sus estudios profesionales, prestando especial atención a los estudiantes destacados para reclutarlos.

2) Selectividad en el ingreso—De los jóvenes que participen en el programa preparatorio ya esbozado y otros jóvenes que se destaquen en sus estudios de bachillerato, seleccionar solo a los mejores candidatos para ingresar en programas de formación de maestros de dedicación a tiempo completo. La selección debe ser muy rigurosa, rechazando a los que no demuestren aptitud, capacidad y alto desempeño en la educación media. Sacrificar cantidad por calidad, siempre que fuere necesario. Hacer que el ingresar a las carreras pedagógicas sea un verdadero prestigio, y que solo los mejores puedan cursar estudios en educación.

3) Un programa de formación riguroso a tiempo completo– La dedicación debe ser completa, a tiempo completo, y el programa debe contemplar la canalización de recursos hacia los jóvenes y sus familias para que no requieran trabajar para su manutención o pagarse transporte, libros y utensilios. Las exigencias académicas deben ser estrictas con la finalidad de lograr un dominio cabal de las materias y disciplinas, y los que no puedan mantener el nivel de desempeño pautado serán dados de baja del programa de formación inicial sin contemplaciones y en cualquier etapa.

4) Certificación docente al completar el programa de formación— No solo debemos mejorar los programas de formación académica y pedagógica, sino que antes de ser titulado maestro, cada candidato debe pasar por un proceso de certificación de conocimientos y prácticas, realizado por una institución independiente de las academias y el MINERD.

5) Mejora de las condiciones de trabajo y de vida—Establecer una mejora considerable en la compensación de los maestros que se certifiquen y mantengan su certificación, y que se anuncie con el arranque del programa. En los planteles escolares dedicar espacios para el bienestar y trabajo profesional de los docentes. Condiciones especiales en el transporte público, acceso a monumentos, instituciones culturales y eventos, etc., en reconocimiento a su dedicación a la docencia.

6) Intensiva campaña de mercadeo social por todos los medios—Llevamos décadas con una imagen del maestro en declive, y tenemos que revertir ese proceso. ¿Esperamos a que ocurra por gradual evolución? ¿O mejor invertimos recursos inteligentemente para catalizar ese proceso? Debe ser una campaña desarrollada profesionalmente y pensada a largo plazo, pues es un proceso que no se logra en dos o tres meses. Debemos ir informando a la ciudadanía sobre el progreso del Pacto, de las inversiones, de la visión de futuro de la educación dominicana, siempre dirigida a valorar el papel del educador y motivando a los mejores alumnos a entusiasmarse por carreras en el sistema educativo, que la vean como una opción económicamente viable y al mismo tiempo socialmente significativa. El esfuerzo de EDUCA, “Mejores maestros, mejores ciudadanos, mejor país” nos da una idea de lo que se podría lograr de contar con los recursos necesarios y visión de largo plazo para revalorizar la imagen del maestro.

De seguro hay otras acciones para reforzar el esfuerzo por reclutar proactivamente a nuestros mejores jóvenes para que sean maestros. Pues lo que ansiamos es hacer realidad el sueño de Lee Iacocca (CEO Chrysler Corporation hace tres décadas) de “un mundo completamente racional, en el que los mejores entre nosotros serían maestros, y los demás tendríamos que conformarnos con algo menos”.