(*) Realismo Mágico de telenovelas, entre Quirino y Leonel

Bajo los efectos  de las  declaraciones del  convicto  Quirino Paulino, y escueta respuesta del Dr. Leonel Fernández, no podemos dejar de preguntarnos, ¿Qué hay detrás del hombre que ha hablado, de sus  vínculos de amistad con  el ex presidente, y de todo el dinero que dijo haberle dado, poniendo en peligro la  reputación de este último?

Al escuchar la entrevista,  surgen una serie de elementos, que nos llevan a otra dimensión de las declaraciones,- mas allá de que estas sean ciertas o no- sale  alguna información sobre el origen  y personalidad del entrevistado.  Un  hombre rural, cercano a la tierra, que  parece  arrastrar la nostalgia del “país” que dejo, del “campo”, de “su pueblo”,  al que dice “querer” por eso la necesidad de “ayudarlo”.

Manejando categorías que remiten a “valores” familiares, “mi hijo esta trabajando de jornalero para mantenerme”. Dejando claro, que aun  tiene una mujer, al decir “le pedí a mi mujer”, “mi hija humillada”  destacando esa solidaridad de los suyos y hacia los suyos.

Este hombre nos habla de sus años de infancia, con “mi amigo”, se trata de alguien, que parece creer en la amistad, y en los límites de la misma, “mi hermano”  para referirse a aquel con el cual  compartía, “todo, menos las mujeres”  aquel  con el  que “jugaba y se daban cocotazos”. Recordándonos que tiene amigos “que no sabían lo que él hacía, “que de saberlo lo hubieran rechazado.”

Suena tan creíble, en su entrevista, que cuando narra las visitas tempranas a su casa, para pedirle dinero, visualizamos al visitante, esperándole para desayunar ,uno puede ver el campo dominicano en la esplendidez de su belleza,  oler el aroma del café recién colado, que precede el copioso desayuno.

El  hombre parece estar hablando de una “ética existencial”que se reciente con la “traición” y  la “utilización” “el abandono”  cuando fue extraditado. Hay frases  que remiten  a “principios” y “compromisos” insistiendo  “soy un hombre  serio”  Llevando al escucha a preguntarse  ¿Cómo  son los hombres serios hoy día? ¿Qué es lo que distingue un hombre serio del que no lo es?

El entrevistado  menciona la palabra respecto, “Soy un hombre respetuoso”. Exigiendo  que otro hombre “se ponga los pantalones”  símbolo de hombría  en un tiempo pasado.

Hemos escuchando a alguien  que ve el gobernar como un negocio, que dice haberle dado dinero del narco trafico a un presidente de una república, que “sabía que ese dinero era sucio,”  Y él se lo dio, no ha titulo de préstamo o regalo ¡no!, fue  “como inversión”. Lo que nos lleva a la certeza, que  se puede invertir en un gobierno, como se invierte en  la bolsa de valores. ¿Es entonces la política  un negocio lucrativo, únicamente, y desde  cuándo…?

Vamos a necesitarlo, porque se nos ha quedado la esperanza de justicia, colgada  en algún alambre de púas, de esas empalizadas que cruzaban Quirino o Leonel  cuando eran niños.  Cuando ninguno de los dos  pensaban que llegarían a ser  figuras estelares

Todo esto más que un escándalo horrible , conflicto narco- político, o  campaña sucia  , parece más bien  una telenovela latinoamericana, de guiones variables,  esas que han escrito un  Ibsen Martínez o el fallecido José Ignacio Cabrujas,  telenovelas llenas de la tragedia cotidiana, de nuestras sociedades ,marcadas por la sobrevivencia en medio de esta grosera miseria salpicada de violencia y  mentiras,  de una clase política  de insaciable corrupción en cadena.

Telenovelas  que dibujan la crueldad de las sociedades latinoamericanas, que  a fuerza  de realismo  mágico, han entretenido las noches de estos pueblos nuestros sedientos de ocio y diversión barata, y, que   suelen tener un final “feliz”. Porque nuestra  gente necesita soñar, necesitan   tener  héroes, que salen de las entrañas mismas del pueblo y trascienden, la miseria humana,- a la  buena o a la  mala-  para ser  “exitosos”  Sin importar el precio a pagar.

La audiencia está garantizada, tiene  en quien reflejarse. Ojala que esta telenovela, en la cual estamos embarcados, en la doble condición de actores-espectadores,  tenga un final, no necesariamente feliz.

Vamos a necesitarlo, porque se nos ha quedado la esperanza de justicia, colgada  en algún alambre de púas, de esas empalizadas que cruzaban Quirino o Leonel  cuando eran niños.  Cuando ninguno de los dos  pensaban que llegarían a ser  figuras estelares en la telenovela de la vida, que sí  trae un guion de  invariable desarrollo junto a unas reglas  de actuación, a las cuales no pueden escapar los actores, independientemente, de sus roles profesionales  y  logros materiales de diversos orígenes.