La educación del siglo XXI ha sido influenciada por cambios fundamentales que están transformando la forma y el contenido de lo que aprendemos hoy. Si bien es cierto que los modelos tradicionales de acceso a la educación permanecen aún, también es cierto que los avances y el uso de las tecnologías de la información han impactado los mecanismos de aprendizajes y el acceso a oportunidades educativas tanto a nivel nacional como internacional.

Actualmente, existe un número significativo de estudiantes que optan por estudiar en otros países con mejores ofertas educativas, tanto a nivel de grado como de maestría, como por ejemplo son los Estados Unidos y el Reino Unido. Según el Informe Global de Estadísticas de los Estudiantes Internacionales en los Estados Unidos, Open Doors, se estima que la cantidad de estudiantes internacionales en el 2014 creció en un 8.1% en comparación con el 2013.

Asimismo, la presencia de estudiantes internacionales está conlleva un alto impacto económico y social para el país que los recibe. Específicamente para los Estados Unidos, la presencia de estudiantes internacionales (cantidad que asciende a 886,052 estudiantes) tuvo un impacto económico de USD26.8 billones, creando 340,000 puestos de trabajos en la economía formal durante el período 2013-2014.

En adición, los países de América Latina también están trabajando para enviar más estudiantes en el extranjero. En 2011, Brasil lanzó una iniciativa para proporcionar 75.000 becas para estudio internacional en ciencia y tecnología para el año 2014. El sector privado del país tuvo previsto ofrecer 25 mil becas más en el mismo período de tiempo, según el Chronicle of Higher Education, un periódico dirigido a la universidad y a los profesores y administradores. También, Chile planea ofrecer 30.000 dichas becas en 2018, e incluso pequeño El Salvador está ofreciendo 35 becas por año. Los estudiantes de América Latina también están ganando becas más internacionales – la cantidad de dinero para las becas Fulbright financiados por Estados Unidos prestigiosos otorgados a los latinoamericanos, por ejemplo, ascendieron de USD$ 7.5 millones en 2000 a USD$21 millones en 2010.

En sentido general, la oportunidad y posibilidad de cursar un programa de estudio en el extranjero ofrece grandes ventajas para el estudiante de hoy día. Dentro de las principales se encuentra la posibilidad de expandir las áreas de conocimientos de una carrera en particular. De forma ilustrativa, presentamos el caso de las carreras en ingenierías. Los programas de estudio de las universidades extranjeras en países como Estados Unidos, Reino Unido y España ofrecen la oportunidad de especializarse en áreas más especificas tales como ingeniería química, ingeniería de energías renovables, ingeniería geomecánica, entre otras, en comparación con programas tradicionales de ingeniería civil e industrial que encontramos en países como la República Dominicana.

En segundo lugar, ofrece las oportunidad de aprendizaje de nuevos idiomas. Aun cuando se puede aprender la gramática y el vocabulario  de un idioma como el coreano y el portugués en una institución educativa, es imposible llegar a ser verdaderamente competentes en una lengua extranjera sin utilizar en un ambiente del mundo real. Al estudiar en el extranjero, el estudiante logra canalizar oportunidad únicas para mejorar el conocmiento y práctica del idioma.

En tercer lugar, ofrece las ventajas de desarrollar nuevas habilidades y perspectivas globales, necesarias para competir en un mundo global y digital. En otras palabras, estudiar en el extranjero le permite al estudiante profundizar temas diversos desde diferentes perspectivas culturales. Fuera de la sala de clase, su educación personal se ve reforzada a través de interacciones diarias en la cultura extranjera con familias de acogida o compañeros de casa y otros en la comunidad.

En cuarto lugar, tener acceso a vivir en el extranjero propicia el crecimiento personal de cualquier estudiante. Estudiar en el extranjero es un proceso desafiante, tanto a nivel académico como a nivel personal. Los estudiantes que regresan del extranjero reportan que desarrollan un mayor sentido de la independencia y la confianza en sus capacidades.

Finalmente, ofrece la oportunidad de desarrollar ciertas habilidades profesionales deseadas por las empresas. Los estudiantes que estudian en el extranjero a menudo desarrollan habilidades profesionales que los hacen especialmente comercial para el mercado laboral.

Para citar un ejemplo, en la encuesta realizada por la Asociación de Jóvenes Empresarios de la República Dominicana (ANJE) titulada “Necesidades de Formación de Recursos Humanos de las Empresas”, se identificaron las siguientes debilidades en los perfiles que buscan activamente un empleo en el país: “preparación académica baja, falta de habilidades de liderazgo, precarias competencias de comunicación verbal y escrita”, para citas las principales. Ante esta realidad, la posibilidad de estudiar en el extranjero ofrece una mecanismo de aprendizaje que facilita la solución a varias de estas necesidades identificadas, ya que los sistemas educativos de países como los Estados Unidos, el Reino Unido, y Europa en general promueven el desarrollo de estas competencias dentro de una visión integral en la formación de la oferta educativa universitaria.

En este contexto, es evidente las oportunidades que se derivan del proceso de internacionalización para los estudiantes de cualquier parte del mundo. En el caso de la República Dominicana, los avances realizados en la inversión a la educación han propiciado una redefinición del futuro educativo de nuestros jóvenes. En particular, hacemos hincapié en la cantidad de becas otorgadas por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCYT), cantidad que ascendió en 7,800 becas otorgadas en el 2013.

Para nuestros jóvenes, la importancia que existe de actualizar la preparación académica y profesional en función de las habilidades y necesidades requeridas para competir en un mundo global, es una prioridad que debe ser atendida con una mayor intencionalidad. En otras palabras, si bien es cierto que República Dominicana ha avanzado significativamente en acceso a oportunidades y financiamiento para estudiar en el extranjero, también es cierto que existen grandes obstáculos y retos que impiden que muchos logren acceder a estas ofertas educativas.

Dentro de éstos principales obstáculos se encuentran: la falta de disponibilidad de información disponible para los interesados en cursar un programa de estudio fuera, la falta de orientación para selección de programas de estudios en función del perfil del estudiante, la poca Información disponible para la redacción de documentos claves, el desconocimiento de oportunidades de financiamiento disponibles, el alto costo asociado a todas las etapas del proceso y la gran pérdida de tiempo en procesos claves.

Consecuentemente, las soluciones que deben crearse deben estar enfocadas en tres áreas principales. Primeramente, se deben canalizar recursos en la creación de una organización que tenga el objetivo de servir como intermediario para la optimización de los recursos públicos y privados y la demanda insatisfecha de estudiantes que desean cumplir sus metas educativas.

En segundo lugar, se deben crear mecanismos de monitoreo y apoyo en los procesos de preparación de los documentos y diligencias requeridas para obtener ayuda económica para estos estudios.

Finalmente, a través de estos mecanismos, se deben crear programas de apoyo para la reinserción de los estudiantes que regresan al país. Particularmente, deben crease mecanismos que propicien una solución concreta y eficiente a los problemas de desempleo juvenil, la falta de acceso a información para la búsqueda de empleo y las mejores en los salarios ofrecido a los egresados de estudios en el extranjero.

Cada vez más, la generación actual está siendo preparada con mejores niveles de estudios, con más especializaciones y con expectativas de salarios en función de la inversión realizada. Por lo tanto, debemos trabajar para garantizar la maximización de las oportunidades vigentes, logrando impactar el desarrollo académico y profesional de los jóvenes Dominicanos, sin importar su contexto socioeconómico ni sus limitaciones de recursos. El acceso a educación de calidad es un derecho que todos tenemos y por el que todo joven debe luchar!