Las personas que hemos elegido este oficio, muchas veces nos enfrentamos a uno de los mayores obstáculos en el proceso de psicoteria, y me refiero al hecho de que el paciente en muchas ocasiones no logra involucrarse y asumir su proceso terapéutico para lograr los cambios.
A veces nos cuestionamos a qué se debe este fenómeno y existen múltiples hipótesis que podrían explicar este hecho. Muchas veces la persona no tiene la demanda, sino que ha sido llevada por otra persona y por lo tanto, no le interesa involucrarse en el proceso, porque de una u otra manera obtiene beneficios de seguir con su misma conducta.
En ocasiones, la persona no está lista para asumir el proceso de cambio o no ha llegado al nivel de madurez necesaria. En ocasiones el terapeuta no ha hecho una adecuada prescripción o el paciente no entiende qué es lo que se le ha mandado hacer.
La verdad es que hacer cualquier cambio, por pequeño que sea, requiere de gran sacrificio. Cambiar nos duele y nos cuesta.
Edwin H. Friedman, quién fue un terapeuta familiar, una vez dijo ¨El inmenso malentendido de esta época es suponer que el conocimiento dará resultados positivos en personas que no se sienten motivadas para cambiar¨. ¡Esta es una gran verdad!
La verdad es que hacer cualquier cambio, por pequeño que sea, requiere de gran sacrificio. Cambiar nos duele y nos cuesta
Por más libros y lecturas que hagamos y por más que nos guíen en un proceso para lograr esos cambios, debe surgir esa motivación y convicción intrínseca para que se produzca el cambio.
Debemos detenernos un momento para preguntarnos ¿Qué quiero cambiar? ¿Por qué debo cambiar? ¿Qué debo hacer para que los cambios sean constantes en el tiempo? ¿Cuáles son los beneficios de no cambiar? ¿Cuáles son las perdidas y las ganancias si logro hacer el cambio que quiero? Ese tipo de preguntas y reflexiones nos ayudará a obtener respuestas que nos permitiránsostener la intención del cambio que nos hemos propuesto.
Y este es el punto importante, el sostenimiento a largo plazo del cambio o establecimiento de la nueva conducta. La mayoría de las veces nos dejamos llevar por las emociones y rápidamente recaemos en la misma condición.
Con frecuencia nos sentimos desmotivados a hacer precisamente lo que sabemos que podemos y deberíamos hacer, o viceversa. Luego viene la frustración y el sentido de incompetencia. Lo describo como una doble corriente conflictiva y confusa que se manifiesta constantemente en conductas de auto contradicción y auto sabotaje.
Sea que estés en un proceso de psicoterapia o haya iniciado por usted mismo un proceso de cambio,es importante tener en cuenta que cada quien es el único y exclusivo responsable de su proceso.
No debemos crearnos expectativas de que una persona vaya a cambiar sólo porque así lo deseemos. Dejemos nuestras expectativas de lado y continuemos trabajando en lo que sí podemos influir, que es en nosotros mismos. Afrontemos con una actitud responsable los cambios, evitemos la evasión y busquemos salir de nuestra zona de confort.
Establezcamos objetivos claros y trabajemos diariamente en el establecimiento de los mismos. Celebremos cada pequeño cambio, pues por pequeño que pueda parecernos ha requerido de mucha valentía y perseverancia.
La mejor inversión que podemos hacer, es la de cada día hacer una mejor versión de nosotros mismos, pero tenemos que pagar el precio. Seamos constantes, esforcémonos y trabajemos por eso.