Escuchando la canción “quieres dormir y yo quiero andar” de Luis Días e interpretada por Sonia Silvestre pensé que era la mejor ilustración para analizar la relación de hombres de 50 años o más con adolescentes de 16 o menos.
El tema de los feminicidios ha encendido las alarmas en la sociedad dominicana, especialmente después de los asesinatos de varias adolescentes, casi todas en manos de hombres que les doblaban la edad o podían ser sus padres o abuelos.
Los intereses de ambas edades no son los mismos. El hombre sentirá que tiene una pareja quizás con rango de hija a quien puede dominar, corregir y maltratar en la mayoría de los casos, pero llegará un momento en la vida en donde tú querrás dormir y ella quiere andar y me pregunto ¿qué harás en ese momento? ¿Qué harás cuando al transitar en su vehículo quieras escuchar a Sabina y ella a Mozart la Para? ¿Qué harás cuando quieras leer un libro y ella chatear por whatsaap? ¿Qué harás cuando en el sexo ella tenga con qué pagar y tú no tengas con qué devolver? Esto en el menor de los casos en que quizás no sea una jovencita contestataria y de mente crítica porque ahí sería peor.
Y es que la naturaleza humana no nos bendijo de manera igualitaria, a la mujer cuando le pasan los años avanza hacia la plenitud sexual, pero el hombre cuando le pasan los años entra en pleno declive donde solo queda cantar ay que pena me da se me murió mi canario.
Unicef ha lanzado una serie de videos cortos que ha titulado “la Peor Novela” para crear conciencia sobre un drama que todavía lacera el músculo emocional de nuestro país y es el de matrimonios infantiles en donde República Dominicana aparece en el lugar número uno a nivel de América Latina, una realidad que debe cambiar.
No señor eso no puede ser que usted ande buscando una relación con una niña que casi puede ser su nieta y mucho menos que sea consentida por la familia. Y que se entienda, por cuestión de espacio estoy haciendo un análisis simple porque el tema es más profundo y complejo ya que tendríamos que analizar ¿qué sucede con la autoestima de un hombre que debe buscar niñas para reafirmar su hombría? ¿Qué sucederá cuando empiece el conflicto de intereses, cuando no pueda seguir ejerciendo el don de mando y dominio sobre esa niña?
La misma naturaleza humana se encarga de ir poniendo cada cosa en su lugar, y es ahí donde entra el mar, cuando quiere estar con sus amigos, con quienes entienden sus intereses, pero los intereses de su “pareja” son otros. El caso es complejo y hay que enfrentarlo ya sea con cárcel u otra medida, pero hay que hacer ya.