Son muchos los países latinoamericanos donde los afiliados de AFP son desairados por la irresponsabilidad en dicha Sociedad mercantil que supone salvaguarda la dignidad del retiro de sus afiliados.  Sin embargo, la realidad que narran algunos de los familiares de afiliados fallecidos es comparable con el más de los es cruento viacrucis.  ¡Ellos han pasado la de Caín!, el formalismo y el perfil que hay que llenar para aplicar –por la razón que fuese- para retirar el dinero que dejó el fallecido no se compara con ningún programa de la estupidez.  Aquí la razón o el derecho no importan para nada.  Lo que sí es seguro es el sufrimiento que hay que padecer para iniciar un proceso de retiro de dicha pensión.  Por lo menos, un pellizco o un dolor de muela le causan la terrible experiencia de tener que demandar a las AFP privadas en República Dominicana.

Esto es lo que se llama un verdadero camino angosto: “pesadumbroso”, “escabioso” y de “estados cochambrosos” y peor aún,  es como si estuvieran “viviendo” una invisible situación en la orfandad. Y con poca voluntad política,  ni amigos funcionarios que defiendan a los trabajadores el camino del obrero está cerrado.  Lo que sigue es la materialización cada día del desdén… hacer reclamos a las AFP es tiempo perdido y como mucha suerte; entonces, estar dispuesto a hacer el papel de desecho humano contando las peores miserias y calamidades aún salga de la imaginación.  Esta es un situación ridícula: "salir  a “pedir” el dinero 'necrótico' de un difunto que no tiene ni voz ni voto".

Indudablemente desde el punto de vista del trabajador el sistema de jubilación y pensión ha sido un tollo no funcionó en Chile, ni en Argentina. Es sin lugar a dudas un perfecto fracaso.  Un sistema «desigualado» que contribuye poco al sueño de los trabajadores latinoamericanos. El gobierno de George Busch de  Estados Unidos se vio tentando en adquirir el modelo de pensión de Chile.  Y gracias al Congreso norteamericano lo impidió.  Le salió al frente y defendió el sueño americacano de  los trabajadores.

Ese sistema se convirtió rápidamente en un lastre totalmente ineficiente en 18 países de Latinoamérica.  Según el informe de OIT del año 2019 ese modelo fracasó.  Es poco transparente, además imponen altísimas cuotas a los trabajadores con la imbecilidad de que el ahorro de la pensión de los afiliados sea administra por ‘ellos’. Por lo tanto, ésos, y no otros, son los responsables de la mentira que, por años, se propaga y se repite en los países de economías emergentes y también vulnerables como la nuestra. 

Para la muestra un botón: "Según la Fundación Juan Bosch en su estudio publicado en el periódico El Día del 12 de marzo del 2019, señala que el negocio de las AFP en sólo 17 años (metieron en sus bolsillos) más 650 millones de dólares; y como si todo esto fuera poco, los gráficos de rentabilidad proyectan -hasta ahora- en que para el año 2030 recibirían de beneficios la astronómicas cifra de dinero de 30 mil millones de pesos en un sólo tajo (o año)". Dinero más que suficiente como para pensionar a miles de empleados que hoy mendigan su derecho, y no encuentran la manera de cómo hacerlo.  En consecuencia, este sistema es una propuesta de “valor” carente de valor y sin ningún fundamento redituable.

Entonces antes del 5 de julio entre los candidatos a la Presidencia ¿quién saldrá a defender a los trabajadores de las garras de las AFP?

¡Sepan bien esto!: El esfuerzo con que los trabajadores se ganan la vida se dibuja en un cuadro tétrico lleno de energías acumuladas con el sueño de algún día (cuando llegue tan deseado retiro) liberarlas junto a sus nietos y demás seres  queridos. 

Por eso cada día para cumplir sus tareas de duro trabajo comen rápido, en la mano y caminando porque esas horas del almuerzo – indefectiblemente–no cotizan para la pensión.