A diferencia del presidente Medina, Obama no se arriesga a dirigirse a la nación sin apoyar su discurso en  su “ghoswriter”, escritor fantasma que se encarga de poner el pensamiento  de un mandatario en  palabras interpretadas y aceptadas por la opinión pública.   Con apenas oír a Danilo se  percibe un discurso  lejos de inspirar, con un pensamiento cuyas  palabras se convierten en pura retórica. Como si dejase de ser un mandatario para ser un presentador del evento que irónicamente resulta favorable a los planes de retorno del ex presidente Leonel Fernández. De ahí la calificación  hecha por Leonel al discurso: “me siento orgulloso del presidente Medina; de su discurso memorable”.  Sin embargo, ese discurso corrobora un presidente Medina carente  de un  calificado “ghoswriter”. Entonces, ¿por qué el presidente Obama no se arriesga a presentarse ante la nación norteamericana sin la ayuda y recomendaciones de su escritor fantasma?

Hace tiempo leí  las memorias del difunto  Ted Sorensen, escritor que no sólo escribía aquellos memorables discursos del John F. Kennedy;  sino que hacía al presidente leerlos en voz alta para oírle como las palabras enlazaban cada pensamiento. En una ocasión, el secretario de prensa de Clinton, Mike McCurry encontró a Sorensen en uno de los pasillos de la Casa Blanca y le dijo: “Todos los “ghoswriter” que  vienen a Washington quieren ser como tú”. En otras, palabras McCurry quiso decirle que  esos jóvenes    que venían a la capital de la nación con la intención de ser asesores de un presidente inspirador, se amoldaban al mismo Sorensen.

El fenómeno Sorensen  tuvo plena vigencia  hasta que apareció  Jon Favreau, Director de Redacción de Discursos de Barack Obama y quien, por cierto, sólo tiene 32 años. La misión de Fovreau fue sencilla: pulir el lenguaje del presidente Obama en un instrumento capaz de conectarlo con la clase media norteamericana. Y que Obama convenciera  a la nación de que merecía quedarse cuatro años más en la Casa Blanca. Ahí están los resultados.

En la nación dominicana observamos que hasta el presidente Trujillo, quien carecía de educación superior, se apegó a su “ghoswriter” de lujo: Joaquín Balaguer. Sin embargo, la actualidad, todo parece indicar  que el discurso del presidente Medina habría sido confeccionado por alguno de esos asesores  con ínfulas de escritores al servicio de Leonel Fernández. Dicho discurso  evade dos asuntos fundamentales: la impunidad y la corrupción. Y la nación se pregunta:   ¿Quién es el “goshwriter” de Danilo que lo induce  a llevar al poder a Leonel , en el 2016?