¿Desde Cuándo es una Fiesta Nacional?

Esta idea de la celebración del natalicio de Duarte, debió nacer en la inspiración patriótica de alguien, con honda sensibilidad y muy al corriente de las ideas de su época…Es lo que me dije muchas veces al reflexionar y cuando lo investigué, entonces me dije: ¡Tenía que ser una maestra!

Germaine Rocour de Pellerano

Mas,  sería grande mi  emoción al saber que era nada más y nada menos que la esposa de Fernando Arturo Pellerano Amechazurra, el hijo de uno de los poetas dominicanos que  he amado desde mi infancia, Arturo Pellerano Castro, autor de Las Criollas que nos enseñara a recitar Doña Juanita Hernández: “Yo quisiera mi vida ser burro/ ser burro de carga/ y llevarte conmigo a la fuente /donde tú  mi trigueña te bañas”… (¿Habrá alguien de la generación de sus alumnos que lo haya olvidado?)

Pero además, la madre de Fernando Arturo era poeta: Isabel Amechazurra de Pellerano, de manera que esta educadora, a la que debemos tener el día consagrado a Duarte, nos viene de un entorno literario y romántico por excelencia.

Veamos quién fue, esta extraordinaria e innovadora maestra.  Germaine Rocour de Pellerano, nació en 1893, en Lieje, Bélgica y conoció al hijo del llamado “El Byron dominicano”, mientras estudiaban  en la Universidad de Columbia en Nueva York, donde ella se graduara con honores. Cuando se instalaron en Santo Domingo, donde formaron su familia, siguiendo su profunda vocación, ella fundó un plantel que estaba situado en la calle César Nicolás Penson, del sector Gazcue, con el significativo nombre de  Escuela Moderna. Conociendo nuestra Historia Patria, sintiéndose dominicana desde su más honda sensibilidad, y enamorada de los ideales duartianos, Germaine impulsó desde su centro educativo, la exaltación de los valores de la dominicanidad  y elevó  una instancia al Poder Ejecutivo de la Nación, firmada por todos los alumnos y maestros de su Escuela Moderna, con la cual, evocando la historia fundacional,  los méritos  y sacrificios patrios de Juan Pablo Duarte, logró despertar la conciencia de los legisladores para que el natalicio de Duarte no se olvidara y se conmemorara oficialmente cada 26 de enero.

Fue así como, 88 años después de Nuestra Independencia, el 9 de febrero de 1932, se decreta la Ley 288, que declara el aniversario del Ideólogo y Emprendedor de La Independencia de la República, como Fiesta Nacional

La Maestra, Doña Germaine de Pellerano, que tenía como patria chica a Lieja, Bélgica, dijo que como patria grande escogió esta, la cual con su labor magisterial y su iniciativa, ella hizo aun más grande, y en ella falleció  en diciembre de 1932; como dice Nicanor Pichardo Cruz: “No pudiendo lamentablemente, ver la primera alborada de la fecha que ella había contribuido a que se declarara Fiesta Nacional. No obstante, en la morada eterna, estaría complacida del júbilo de los dominicanos el 26 de enero de 1933 y también en las sucesivas fechas duartianas cuando se conmemorara…”

Pero más pesar y estupefacción  produce  escuchar hoy la esperpéntica opinión de que fue Trujillo el autor de tan hermosa propuesta de conmemoración. ¡Otra distorsión histórica! Basta de negarle a esta educacionista el valor de su acción. ¿Que entonces ya Trujillo estaba en el poder? Es cierto. Pero fueron los legisladores de entonces, los que motivados por su contundente carta,  evacuaron La Ley del Congreso que decretaba la Fiesta Nacional, el día 26 de enero; sí,  la misma fecha que hoy cualquierizan haciéndola movible.   

Como respuesta a la banalidad de estos tiempos, este 26 de enero de 2018, 205 aniversario del natalicio, los actos conmemorativos de los Centros Duartianos, junto a los escolares del país y el exterior, son una prueba palmaria de que la noble inspiración de Germaine de Pellerano, pervive, porque como canta el himno a Duarte:

Junto al padre de la patria/ la figura del maestro

Es al prócer  y al maestro/ que los dos, son uno mismo”.