* Cartas a Julio es una serie de cartas-ficción escritas al escritor Julio Cortázar.

Sé qué hace tiempo no te escribo. No te vayas a enojar o a reprocharme dejando mi carta en una esquina debido al abandono que he ejercido. Todo es relativo, pues, aunque no te haya escrito tan a menudo, tu recuerdo flota sobre la mayoría de las situaciones de la vida.

Mi deseo de que recibas esta carta y la abras de inmediato es debido a una situación urgente que me sucede en la actualidad, tal vez puedas ayudarme por tu maestría en estos temas.

Resulta que he perdido el corazón (situación bastante bochornosa).

Usualmente estaba bien atado a mi pecho, había logrado amaestrarlo con los años, establecerlo como ciudadano modelo de las reglas construidas. Fui poco a poco, como ya sabes, sentándolo en la escuela de las calmas, retirando primero lo que le hacía sufrir, para que en un principio se sintiera conforme. Luego, con las bases de la razón lograda, fui quitando también todo aquello que le hacía vibrar más de lo permitido, así evitar sobresaltos innecesarios.

Se había comportado bastante bien. Nunca recibí de su parte ninguna queja formal acerca de mi dictadura. Tuve sospechas de que mi método de escasez pudiera ser amenazante para corazones indomables, pero el mío no solía ser así.

Tantas veces me sentí orgullosa de ese corazón, que había aprendido a vivir bajo un esquema racional y puro… Al parecer, aunque nunca lo haya expresado, no estaba de acuerdo. Y yo, tan confiada, levanté las rejas hace años, entendiendo que lo había codificado como a un computador.

No sé si le salieron alas, no sé si me distraje con las nubes del camino, con el filo de la carretera. Solo sé que lo he perdido. Pienso es posible que haya ido a visitarte, esos viajes eran comunes en los días que te escribía más a menudo, aunque eran programados y con permiso. Tal vez quiera contarte qué lo motivó a marcharse después de tanto tiempo. Si es así, te ruego me avises con urgencia. Necesito organizar de nuevo, reajustar, ser tal vez un poco más flexible cuando regrese, no sé… No sé si lo logre. Tampoco sé si vuelva.

Aunque no es mi deseo final, ya estoy buscando otro en la web, por si tengo que sustituirle. Es lógico, no puedo pasarme los días así. Voy a tratar de encontrar un modelo que se ajuste a mis necesidades, aprovechando la ventaja de la compra. Definitivamente, el que me fue asignado en un principio, soñaba demasiado.