Con satisfacción leí este domingo una información que desnuda el fracaso del programa del gobierno llamado visitas sorpresas, y digo que con satisfacción porque he venido denunciando el fraude que ha sido ese programa para el campo dominicano, pero exitoso mediáticamente gracias a una inversión en publicidad anual del gobierno superior a los 8 mil millones de pesos.

La información en cuestión señala que “Cientos de campesinos de casi todo el país demandaron ayer que las instituciones del área agropecuaria destinen más recursos para programas que beneficien a los pequeños productores y que no solo sean tomados en cuenta en las dominicales visitas sorpresa del presidente Danilo Medina”. Es lo que hemos venido señalando, que las visitas sorpresas han sido en detrimento de la institucionalidad del gobierno, ya que ha reducido a pagar nominas y cargas fijas a las instituciones oficiales del área agropecuaria para resaltar los paseos que hace el presidente cada domingo.

Los males del campo dominicano que las instituciones oficiales del área siempre han atendido hoy son reclamados por los campesinos que, según refiere la información de marras “se quejaron de que los ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) y el Instituto Nacional de Estabilización de Precios (Inespre) no están apoyando a los pequeños productores del campo. Los principales problemas que padecen están las malas condiciones de caminos vecinales, la carencia del suministro de agua para el riego, de semillas para sembrar, la falta de equipos para las cosechas y de mercados para venderlas”.

Y es que no es con 33 millones de pesos, monto promedio ejecutado en los  264 proyectos que dice la pagina oficial del gobierno que han terminado, que se pueden resolver los problemas de falta de semillas para sembrar, riego para que esas semillas germinen, caminos para sacar los productos agrícolas de los campos y mercados para poder venderlos y obtener ganancias para la subsistencia de los agricultores. Se necesita mucha inversión pues el estado de abandono en que el gobierno ha sumido el campo para promover unos brinquitos presidenciales ha hecho que las necesidades se multipliquen.

Los campesinos se quejan de que el Indrhi no les arregle las bombas sumergibles dañadas, vitales para poder regar sus predios, y mas en tiempos de sequia como la que sufrió el país, y que los canales de riego por donde debería llegar el agua a sus tierras estén en muy mal estado. Que el ministerio de Agricultura no disponga ni de un tractor para ararles sus tierras y que el Inespre no cumpla con su función de estabilizar los precios adquiriendo las cosechas y luego vendiéndolas a precios justos para evitar la especulación de agiotistas, tampoco acuden a ellos en ayuda los comedores económicos ni el programa de asistencia social de la presidencia, los cuales deberían adquirir los productos agrícolas producidos en nuestros campos para sus actividades.

En fin, que el abandono del campo por este gobierno lo que ha hecho es aumentar la migración hacia las grandes ciudades, haciendo que los agricultores se conviertan en motoconchistas o se vayan al comercio informal en vez de hacer parir la tierra con los productos que comemos los dominicanos.