Y seguimos en la trayectoria infinita de desaciertos. De enunciados categóricos carentes de sentido.
Y seguimos el festival de mal gusto que no nos permite respirar en plenitud.
Y mientras tanto, también sigue la sequía, previsible desde hace varios años y cada vez nos sorprende y depreda. En este momento, está acabando con la vida de animales y la producción; en un plazo un poquito más largo, acabará con la vida de las personas, si dejamos y propiciamos que sigan muriendo los ríos y seguimos depredando áreas protegidas. Llegará el día en que nos quedará la nada.
Y así va el “performance” de nuestra democracia. De una parte, arrastrando la poquísima institucionalidad que se había logrado construir, de otra depredando el ambiente, sufriendo sus consecuencias e insistiendo en la depredación.
Soy testaruda, sigo expresando que tendrá que llegar ese "día envuelto en la esperanza". Pero, la verdad es que:
Se ratifica que el derecho a la privacidad en un lujo inalcanzable.
Se alega falta de dinero para tener una salud pública de calidad; para implementar una verdadera política de prevención, atención, sanción y apoyo para la erradicación de la violencia de género, contra la mujer e intrafamiliar; para atención a personas con discapacidad y envejecientes.
A pesar de que faltan miles de niñas y niños por cobertura de atención a la primera infancia; de que la tanda extendida debe dejar de ser un depósito de estudiantes e implementar las jornadas de formación artística, deportiva, reforzamiento y tareas, educación para la vida entre otros aspectos. A pesar de que el Poder Judicial, no puede construir los locales que necesita, comprar los equipos que requiere y contar con toda la tecnología para un buen funcionamiento; a pesar del hambre de mucha gente… Podría seguir enumerando grandes males, sin grandes remedios…
A pesar de todo lo enunciado y lo que podría enunciarse, seguimos destinando miles de millones de los fondos públicos a mantener la llave abierta de gastos desproporcionados en los partidos políticos. Esos mismos que siguen urdiendo componendas para arrebatarle, oídlo bien, arrebatarles a las mujeres la posibilidad de ser candidatas en igualdad de condiciones. Esos mismos que viven en derroche permanente con el dinero del pueblo.
Seguimos viviendo en una comedia que no da risa. Que intenta vejar, pero no lo logra, trayectorias de fortaleza y decencia.
La clave tendrá que ser la resistencia, la fortaleza, la firmeza, la solidez, el aguante el saber que estamos y somos. Somos más que una actitud negligente. Somos más que egos insuflados. Somos más que complicidades. Aunque haya quien piense que somos la muerte, somos la resurrección.
A pesar de la desvergüenza, a pesar de la corrupción, a pesar de la actuación manipulada, creceremos. Y habrá una sociedad que funcione con robustez institucional y actuación profesional.
Siempre, siempre, siempre estará la oportunidad de alzar los brazos y ser fuertes. Gracias Minerva, por recordárnoslo.
Y sabremos que la vida, es y será más que la manipulación y el uso del poder para dañar. Y sabremos que la vida, es más que una clase política que compite en métodos con el narcotráfico.
Habrá tiempo para construir el país de la Constitución del 1963.