“Hacer que las cosas sucedan”, es una expresión que sintetiza una de las más importantes obras de la gerencia, “Ejecución: la disciplina para hacer que las cosas sucedan”  de la autoría de Larry Bossidy  uno de sus principales pensadores y gran ejecutivo.

Para Bossidy el principal obstáculo para lograr el éxito es la falta de ejecución; lo considera como el eslabón perdido entre las aspiraciones y los resultados. Entiende que sin ejecución de nada valen  las grandes ideas, los procesos de cambio o el liderazgo.

La referencia viene al caso pues “hacer que las cosas sucedan” es junto a la corrupción uno de los más graves problemas en la dirección y gestión del Estado dominicano; y aunque pueda sorprender a no pocos, el país ocupa un honroso lugar en el mundo en  transparencia en la elaboración de políticas gubernamentales. Existen ejemplos que claramente lo demuestran. Sólo basta recordar el Plan Decenal de Educación, el Plan de Desarrollo Cultural y el Plan Decenal de Salud los cuales no solamente siguieron procesos altamente participativos y transparentes, sino que alcanzaron tan elevados niveles técnicos que recibieron merecidos elogios y el reconocimiento internacional. Sin embargo las ejecutorias se trocaron en grandes fracasos y ahí están los resultados.

La reciente publicación oficial del primer informe anual de avance de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 es  ocasión propicia para retomar el crucial tema de la ejecución.

La END-2030 ordena tres pactos (educativo, eléctrico y fiscal) y casi a dos años del mandato solo se han iniciado las discusiones para el pacto educativo precisamente donde más consenso ha existido, aunque como se ha demostrado  con problemas gerenciales más graves que los propios económico-financieros, vale decir, problemas de ejecución.

Una falla aun mayor que dificulta que “las cosas sucedan”es la ausencia aun de planes maestros de desarrollo con sus componentes estratégicos y operativos en consonancia con la END-2030 en las instituciones que conforman los poderes municipal, electoral, legislativo, judicial, ejecutivo y de control estatal. Solo el Ministerio de Deportes ha dado pasos concretos en ese sentido, fundado en rigurosos estudios de la Estrategia Nacional de Desarrollo  y su correspondiente propuesta de plan maestro que ya se discute con el Comité Olímpico Dominicano, el cual también da grandes pasos de avance en su desarrollo organizacional.

Más allá del informe oficial de avance de la END-2030, “hacer que las cosas sucedan” es centrarse en las prioridades que implica además el replanteo metodológico. Aún se está a tiempo.