La Ciudad Intramuros es la que se encuentra rodeada por las murallas y que tiene como límites: al Norte Avenida Mella. Al Sur Paseo Presidente Billini. Al Este Avenida Francisco Alberto Caamaño.  y al Oeste Calle Palo Hincado.

Dentro de la Ciudad Intramuros se encuentra lo que generalmente se le conoce como “La Zona”. Este es el centro en donde están muchos de nuestros monumentos coloniales y los lugares de diversión. Pero dentro de esta ciudad, también se encuentran los sectores que forman parte de la misma y que se encuentran en la parte norte de la Calle Las Mercedes. Ellos son San Lázaro, San Miguel, San Antón y Santa Bárbara.

Estos sectores jugaron una labor muy importante durante la colonia, puesto que allí habitaban los obreros y empleados de los conquistadores. Eran pequeños pueblecitos, que hoy todavía se mantienen como tal. Poseen sus parques, sus iglesias, además de monumentos históricos como son “Las Ruinas de San Francisco” en donde funcionó el Primer Monasterio del Nuevo Mundo. También funcionó el primer acueducto de la Ciudad Colonial. Luego del ciclón de San Zenón ahí estuvo el leprocomio y el manicomio Padre Billini.  Está la Iglesia de San Miguel Arcángel, la Iglesia y Hospital de San Lázaro, la Iglesia de Santa Bárbara y la Ermita de San Antón. Sin mencionar sus Fuertes.

Es oportuno decir que el Monasterio de San Francisco fue violado, mancillado, destruido por el interés no sé de quién que permitieron convertir su entorno en un centro de chabacanería barata, montando ahí cada domingo el espectáculo de “SON”, que aunque es una rica manifestación cultural, no dejó de ser un destructor del espacio. El deterioro que dejaban. El olor a orines. La cantidad innumerable de borrachos que aprovechaban cada espacio para hacer sus necesidades fisiológicas, además de los inconvenientes en la circulación, la falta de parqueos y la contaminación acústica.

Las autoridades que son las destinadas a preservar nuestro patrimonio cultural fueron cómplices de dicha aberración. De esta manifestación solo salieron ganando los dueños de la agrupación, las casas licoreras comerciales que tenían su competencia entre sí y hasta exclusividades. Gozaron hasta más no poder los “turistas criollos” los cuales decían que estaban muy de acuerdo con este evento, “porque no era frente a sus casas”.

¡Qué bonito, ¿eh?! Así si es bueno.

He escuchado miles de veces sobre la cantidad millonaria de dinero que dona la Comunidad Europea o el BID para el remozamiento de la Zona Colonial. Disfruté hasta más no poder las veces que fue inaugurado dicho remozamiento. Decían que los avances eran impresionantes. Pero hay un problema, los que no conocen bien la zona, se tragaban el cuento de las inauguraciones. En una oportunidad con presencia de las principales autoridades nuestras, inauguraron la Calle Meriño, me morí de la risa cuando delimitaron esa parte: “Desde la Padre Billini hasta la Arzobispo Portes”. ¡Qué pechúes! Solo una cuadra.

De lo único que estoy segura es que se trata de tantos millones cada vez y que cada cierto tiempo viene un remozamiento. Parece es la mayor fuente de “cogioca” de que disponen todas las autoridades que llegan y ven el medio de hacerse millonarios. De seguro las instituciones internacionales erogan el dinero y no supervisan ni hacen auditorías.

En estos momentos no sé qué se traen entre manos. Primero fui visitada por un arquitecto. Éste me preguntó en qué condiciones estaba mi casa. Luego vinieron unos encuestadores, me hicieron una serie de preguntas las cuales contesté de la forma más concreta posible. La tercera visita, otros encuestadores. Consistió en preguntarme si estaba dispuesta a alquilar la casa o venderla, pero la cuarta me dejó “chiva” porque fue por teléfono, verificaron mis datos y me preguntaron nuevamente si quería vender o alquilar, aunque mis interrogantes me llegaron cuando me preguntaron en cuánto yo había comprado el inmueble. Imagínense, vivo aquí desde hace cuarenta y cinco años y compré hace cuarenta. Pregunté que de quién era ese trabajo y me dijeron que de Turismo. Todo esto en un lapso de menos de quince días.

¿Qué pretenden? No lo sé.

Una vecina se me acercó y me dijo que hasta ella había llegado el rumor de que iban a desalojar. Mi opinión fue que no podemos especular porque nadie nos ha dicho nada. Pero considero que una encuesta no debe hacerse sin explicarle a la gente cuál es su intención.

Dentro del dinero invertido desde hace miles de años, solo puedo decir que me pintaron mi casa una vez, algo que no valoré ni agradecí, porque cuando quiero pintar, lo hago con mi dinero. Además, mi casa no necesita reparación.