Desde hace varios años los diferentes actores de la oposición dominicana han anunciado varios intentos de conformar un frente opositor para desplazar al PLD del gobierno. Mientras algunos sectores se han agrupado entorno al Partido Revolucionario Moderno en la Convergencia, otros sectores permanecen escépticos a ese proyecto, y han convocado a procesos de unidad distintos.

Sin embargo, hasta este momento, ninguno de esos proyectos de frente opositor ha sido capaz de presentar un programa mínimo de gobierno que sea distinto al PLD. No basta con decir, de la boca para fuera, que se es más honesto que el adversario. Para hacer oposición hay que establecer cómo se enfrentarán los problemas concretos que afectan al país. ¿Cuáles son las propuestas de gobierno de la oposición dominicana? ¿Qué harán diferente al PLD? ¿Cómo proponen sacar este país del atolladero en el que nos ha metido el partido morado?

La política no es un ejercicio retórico (aunque la retórica juegue un papel), es una práctica social mediante la cual se pone en juego el ejercicio del poder y la organización y funcionamiento de la sociedad. Por lo tanto, hay que tener propuestas concretas de cómo se va a ejercer el poder estatal. La experiencia de nuestro país es que el que no sabe cómo gobernar es porque va al gobierno a robar.

La elaboración de un programa no es algo antojadizo. Todo proyecto político persigue sumar voluntades. Para esto, las personas que se sumen a ese proyecto político deben estar de acuerdo sobre qué tipo de gobierno se pretende y cuáles acciones tomará ese gobierno. Esto es justamente un programa de gobierno. Así, el programa es una herramienta de organización política.

La principal razón por la que ninguno de los proyectos de frente opositor han podido realizar un trabajo organizativo de bases es porque no cuentan con una herramienta en torno a la cual las personas se puedan organizar. En otras palabras, la oposición no puede responder a la población la más sencilla de las preguntas ¿por qué deberíamos apoyarles? Esta pregunta no se responde diciendo lo malo que ha sido el PLD, nadie necesita que le digan lo mucho que ha sufrido. Lo que la gente necesita oír son las propuestas de solución a sus demandas sociales.

En este orden de ideas, hay algunos puntos que pueden servir de base para la elaboración de una propuesta de programa, para ser discutida, ampliada y modificada con los diversos sectores de la población. Estos puntos son:

  1. La inseguridad ciudadana. La seguridad no se consigue matando jóvenes en “intercambios de disparos”. La falta de seguridad refleja una sociedad que ha cerrado las oportunidades de movilidad social a su juventud. Para combatir la inseguridad debemos convertir la educación y el trabajo en formas efectivas de conseguir una vida digna. Para empezar, este problema puede enfrentarse mediante la creación de un programa de escuelas técnico-laborales que permitan a los enrolados aspirar a salarios dignos. A mediano y largo plazo, será necesario reestructurar las bases productivas del país para dignificar el trabajo.
  2. La pobreza y la desigualdad. En consonancia con lo anterior, la oposición debe expresar cómo vamos a la pobreza rampante y la desigualdad desesperante que agobia a este país y que destruye el tejido social. El delirio neoliberal de que el crecimiento económico reduce la pobreza y la desigualdad debido al efecto de goteo ha terminado. Más de tres décadas de crecimiento económico no han reducido la pobreza ni la desigualdad. Es necesario asumir la redistribución de la renta mediante un sistema impositivo progresivo, mediante el rescate de las empresas estatales. El Estado debe ponerse al frente de la producción en sectores clave como el sector agrícola, no solo mediante el otorgamiento de créditos blandos a los productores agrícolas, sino mediante la organización de la producción y la comercialización de los productos nacionales. En concreto el Estado debe organizar un esquema de empresas estatales que puedan negociar con los productores privados, para asegurarles el crédito y los insumos, así como la compra de la producción y su distribución a las grandes mayorías que se mueren de hambre en este país. 3.
  3. El movimiento obrero de este país ha sido olvidado, sus sueldos no le dan ni siquiera para comer arroz y tan pronto intentan organizar sus sindicatos en las fábricas, son despedidos por los empresarios y nadie hace caso a eso.
  4. La institucionalidad peledeísta. Con la reforma constitucional del 2010, el PLD selló un proceso de reingeniería del Estado y la sociedad dominicana que le ha permitido controlar las principales instituciones estatales, muchas de las asociaciones profesionales y gran cantidad de instituciones sociales como las juntas vecinales. La oposición debe promover un nuevo proceso constituyente que permita destruir la institucionalidad peledeísta. En particular, es imposible pretender hacer cambios en este país mientras la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Superior Electoral, la Junta Central Electoral, entre otros, respondan directamente al PLD. El llamado a una asamblea constituyente es imprescindible.
  5. La corrupción. De lo que más se habla en la oposición es de la corrupción peledeísta. Pero nadie ha propuesto cómo recuperar los valores distraídos al Estado luego de décadas de corrupción de los tres principales partidos del sistema. Los pocos casos de corrupción pública y privada que se han ventilado en los tribunales del país, han puesto de manifiesto la debilidad e incapacidad del Estado dominicano para recuperar los valores distraídos. Ni siquiera en el caso de los bancos privados (que siendo un asunto de corrupción privada, se esperaría que el Estado actuara con mayor decisión) se han recuperado una parte considerable de lo distraído. Es necesario modernizar nuestro sistema legal, para poder perseguir y recuperar los bines distraídos al Estado donde quiera que estén, o si no la impunidad seguirá.

Estos cinco puntos, a mi juicio, conforman el núcleo de los temas que deben fundamentar un programa mínimo de gobierno. Si la oposición no es capaz de dar respuesta a esos cinco puntos será incapaz de plantear un gobierno distinto al PLD y por lo tanto, como oposición, no tiene ningún valor.