Hay un País en el mundo, de Don Pedro Mir, uno de los poemas de mayor trascendencia internacional escrito por un dominicano, donde el "Poeta Nacional" denunciaba las condiciones económicas, sociales y políticas que vivía nuestro País a mediados del siglo pasado, reflejando el sufrimiento y las miserias del pueblo dominicano en toda su dimensión.
Muchos años han transcurrido de las motivaciones que inspiraron al poeta, y ese país en el mundo, sigue "sencillamente triste y oprimido", donde quienes nos dirigen se han convertido en nuestros verdugos, permitiendo la corrupción y el desorden, envueltos en un progreso ficticio a base de préstamos que hipotecan el futuro de nuestros hijos.
Hay un país en el mundo muy próximo a cumplirse el bicentenario del nacimiento del Padre de la Patria, ineludiblemente olvidado por quienes nos representan, y al celebrarse el día de su natalicio, mediante comunicado pagado publicaron un documento confundiendo ese día tan insigne para todos los dominicanos con la fecha de su muerte.
Hay un país en el mundo donde las autoridades electorales y quienes los nombraron, pareciera no darse cuenta del rol histórico que ellos escenifican, y si no manifiestan a la población la percepción de transparencia antes de las elecciones del 20 de mayo, se les imputaría la responsabilidad de lo que pudiera desencadenarse con unos resultados electorales en que gran parte de los sufragantes se sienta inconforme producto de esa sensación de parcialidad como lo vienen denunciando muchos de los partidos de oposición y destacadas figuras de la sociedad dominicana.
Hay un país en el mundo donde el pensamiento de Juan Pablo Duarte ha pasado a un segundo plano, la traición es parte de lo cotidiano, los malagradecidos crecen como la verdolaga, el oportunismo acecha como ave de rapiña, los hombres se venden al mejor postor, la corrupción y el nepotismo han invadido el tuétano de los funcionarios públicos, el tráfico y consumo de drogas ahogan a nuestra juventud y la politiquería se adueña de nuestra sociedad.
Hay un país en el mundo donde nuestros jóvenes no tienen futuro producto de "la desintegración de la familia y la pérdida de valores", cuyas causas principales son: "la indiferencia social, los medios de comunicaciones y el Estado". Así lo expresó el padre Luis Rosario, coordinador de la Pastoral Juvenil Católica a pocas horas de celebrarse el martes 31 de enero el día Nacional de la Juventud. El padre Rosario consideró "que las autoridades del Estado han sido indiferentes porque han dejado hacer y dejado pasar, sin poner frenos ni controles".
Hay un país en el mundo donde los pobres son tildados de tener "espíritu aventurero" cuando toman la decisión de embarcarse en una yola por la desesperación que les embarga la falta de empleo y oportunidades, y la poca inversión en programas sociales, salud y educación, pues piensan que su única esperanza de mejorar su situación socio-económica es llegando a Puerto Rico, sin importar perder sus vidas durante la travesía o ser apresados y deportados si es que logran llegar a la vecina isla.
Hay un país en el mundo donde sus ciudadanos siguen indiferentes y no enfrentamos la raíz de los males que nos afectan y seguimos permitiendo que grupos políticos actúen en pandillas narigoniandonos como "borregos al matadero" haciéndose ricos y despilfarrando los dineros del Estado comprando conciencias con fines electoreros. Se han olvidado que lo primero es el bienestar de la gente, esa misma gente que más temprano que tarde abrirá los ojos y le sacará en cara sus penas y sus miserias el día menos esperado.
"Hay un país en el mundo donde un campesino breve, seco y agrio muere y muerde descalzo su polvo derruido, y la tierra no alcanza para su bronca muerte". "! Oídlo bien! No alcanza para quedar dormido. Es un país pequeño y agredido. Sencillamente triste, triste y torvo, triste y acre. Ya lo dije: sencillamente triste y oprimido".