Empecemos con los temas en los cuales ya estamos igual que en Venezuela y, por supuesto, por los más recientes acontecimientos. Igual que el régimen socialista chavista en Venezuela, en temas de derechos y libertades civiles y políticas, nuestro actual gobierno ha suspendido unas elecciones, ha admitido tener serias irregularidades en el sistema el día de las últimas elecciones, según informes periodísticos, médicos y sus abogados se ha torturado a una persona (el famoso técnico de Claro en las últimas elecciones), se ha acusado a la oposición de graves delitos electorales cuando ni siquiera tienen el control ni están en el poder, se ha enfrentado con numerosas manifestaciones por todo el país, ha lanzado bombas lacrimógenas en manifestaciones, ha intentado comprar a periodistas y los medios de comunicación abiertamente mediante nombramientos a cargos públicos y cientos de cajas del plan social de la presidencia, ha ejecutado fielmente una política concertada de impunidad a todas las personas de su partido y aliados tanto en el tema de las elecciones como en los casos judiciales principales como Odebrecht, ha sometido sin fundamentos a casos penales por difamación a periodistas como el caso de Marino Zapete coartando la libertad de expresión y prensa, ha enfrentado numerosas denuncias serias en su contra sobre la intervención de teléfonos y redes digitales como Whatsapp como recientemente comunicó formalmente el PRM y se ha enfrentado con decenas de denuncias de persecución tributaria política utilizando a la DGII. Es cierto que estas barbaridades ocurren en Venezuela con mucha más frecuencia y más generalizado, sin embargo, en Venezuela también hubo un tiempo en donde no eran tan recurrentes, es decir, en República Dominicana están empezando.

Igual que el régimen socialista chavista en Venezuela, en temas de libertad económica, los gobiernos del actual partido oficialista han multiplicado el gasto público y el tamaño del estado reiteradamente, han multiplicado la deuda pública numerosas veces, ha tenido déficits fiscales por más de una década continua, han elevado y agregado impuestos reiteradamente, controlan precios en el sector financiero, han impuesto tanta regulaciones que han logrado caer nuestra posición sistemáticamente en el Doing Business estando en el puesto 115 actualmente, han empeorado continuamente nuestro ranking en el Indice de Percepción de Corrupción, han empeorado continuamente nuestra posición en el Índice de Libertad Económica, han creado una burbuja cambiaria en el dólar iniciando una escasez de divisas y un mercado negro paralelo, han instaurado un masivo plan social de alimentos denominado “Plan de Asistencia Social de la Presidencia” igual que los “Claps” en Venezuela, han desarrollado una educación y salud pública sobre-borucratizada que por su naturaleza siempre tendrá mala calidad, han creado una política fiscal y regulatoria donde más del 90% de las PYMES formalizadas quiebran, han continuado un código laboral que encarece demasiado y casi imposibilita un despido necesario, han devaluado la moneda local continuamente, y han enriquecido a clase política a costa de las clases medias y pobres tal como da indicio la distribución del manejo del PIB.

Realmente, nos ha salvado el gran sector informal (59%) que es donde la economía esta el creciendo (ya que la formalizada está aplastada a impuestos) y es lo que nos otorga nuestro crecimiento económico lo cual dicho crecimiento no es crédito del gobierno. Por igual, debido a nuestro enorme sector informal y a la comprobada Curva de Laffer (mientras mas altos son los impuestos, menos se recauda), nuestra presión fiscal es irrelevante para calcular la carga del tamaño de nuestro estado actual lo cual se nota con nuestro gigantesco esfuerzo fiscal y nuestras altísimas tasas tributarias actuales (49% de impuestos sobre ganancias de Empresas certificado por el Doing Business). Entonces, respecto a las políticas, que nos falta para ser Venezuela? En economía, ya nuestro gigante tamaño del estado y política fiscal expansiva con los continuos aumentos del gasto y deuda es parecida, ya pocos ministerios e instituciones públicas más se pueden inventar, solo faltaría una ley de control de precios a todos los productos y servicios en vez de solo los financieros produciendo una gran escasez, una política monetaria hiper-expansiva con emisión monetaria descontrolada produciendo hiperinflación e intervenir de lleno a la fuerza en barios y sectores vulnerables contra el comercio informal manteniendo estas mismas tasas impositivas insoportablemente altas matando el ahorro y el crecimiento actual. En libertades políticas, solo faltaría politizar profundamente e ideológicamente a los militares, ostentar presos políticos, nacionalizar a los medios de comunicación en vez de comprarlos, retener pasaportes a opositores, disparar a matar con balas en manifestaciones en vez solo tirar bombas lacrimógenas y también materializar irregularidades en las elecciones presidenciales que vienen. Felicidades PLD, ya casi nos han llevado a Venezuela. Solo les falta implementar un par de atrocidades más y listo. Pero la buena noticia es que no lo vamos a dejar, el pueblo ya perdió el miedo.