Avión no tripulado (UAV): ¿El lobo vestido de oveja?

Hay que reconocerle a la DNCD el trabajo que viene realizando en los últimos meses. Como ejemplo palpable, esta semana se realizaron dos decomisos de importancia: el primero: unos 758 kilos de cocaína que fueron incautados en el Puerto Multimodal Caucedo; el segundo: 1,525 kilos de cocaína fueron decomisadas en alta mar, luego de ser lanzadas por lanchas rápidas provenientes de Colombia. En ambos casos, detalles ofrecidos en la primera parte de este artículo, fueron corroborados. Los puertos dominicanos son muy utilizados para la entrada y la salida de drogas; además, cualquier operativo en alta mar para fines anti-narcóticos debe contar con la asistencia de las autoridades norteamericanas. Empero, cabe destacar que en ambos casos y, como afirmara esta columna, el PREDATOR fue un soberano CERO A LA IZQUIERDA. Entonces, si se realizaron dos grandes decomisos sin que se utilizara el PREDATOR: ¿Qué busca ese UAVen nuestros país? 

Si bien es cierto, debo mantener mis reservas en torno a los beneficios que representa el PREDATOR en la lucha contra el narcotráfico vía marítima, ya que éste tiene capacidades operativas utilizadas para otros fines. Puesto que, aunque el UAV pueda llevar equipos de radar, visión nocturna y lentes infrarrojos que pueden – en teoría – asistir en operativos anti-narcóticos, el PREDATOR posee la particularidad de estar equipado para realizar labores de colección de inteligencia. Ante esta posibilidad y, debido a que El Congreso Nacional no conoció el acuerdo firmado entre nuestro Gobierno y los EEUU, hemos quedado totalmente expuestos a que se violen nuestros derechos a la privacidad.

El PREDATOR puede realizar una amalgama de misiones, todas dependiendo de un sistema de comando y control administrado por oficiales norteamericanos. Dentro de esas capacidades están, al igual que las mencionadas, anteriormente, las siguientes: ISR persistente (ISR: siglas en inglés de Intelligence, Surveillance and Reconnaissance= inteligencia, vigilancia y reconocimiento) y SIGINT (siglas en inglés que significan SignalIntelligence – colección de inteligencia de señales). Las aplicaciones y usos mencionados son pura y simplemente parte del arsenal de colección de inteligencia, las cuales posee Estados Unidos. El PREDATOR, siempre y cuando tenga el equipo necesario, tiene la capacidad de intervenir llamadas telefónicas, “hackear” correos electrónicos, monitorear cualquier tipo de señales de comunicaciones, ejercer vigilancia persistente, entre otras funciones de inteligencia. Son éstas “características” del UAV las que han hecho que miles de ciudadanos norteamericanos se hayan manifestado en contra del uso de los mismos dentro de su espacio aéreo – argumentando la violación a la Cuarta Enmienda de la Constitución Norteamericana – esto independientemente de la existencia de una ley que los protege ante la colección de inteligencia. 

Esa ley lleva por nombre FISA (por sus siglas en inglés – ForeignIntelligenceSurveillanceAct = Ley de Vigilancia de Inteligencia Foránea), misma que establece procedimientos muy rigurosos (con ciertas excepciones, como en casos de terrorismo) antes de permitir colección de inteligencia que involucre a un ciudadano norteamericano dentro de su territorio. Ahora bien, el problema es el siguiente: DICHA LEY SOLO APLICA DENTRO DE LOS ESTADOS UNIDOS. En pocas palabras, si el acuerdo firmado por el Gobierno dominicano y Estados Unidos con relación al PREDATOR no estipula la prohibición de colección de inteligencia en territorio dominicano, todos estamos expuestos a que nuestra privacidad pueda ser violentada. Sin temor a equivocarme, dicha prohibición brilla por su ausencia, especialmente porque el Congreso Nacional no estudió ni depuró el contenido del acuerdo.

El Gobierno dominicano puede alegar que, mientras ellos reciben la data procesada por el PREDATOR, no existe riesgo alguno de que los norteamericanos realicen actividades que no sean las requeridas para la lucha contra el narcotráfico: ESO ES FALSO. Los UAVs pueden enviar data parcial a las autoridades dominicanas, mientras que la data compartimentada puede ser transmitida a sistemas clasificados de agencias estadounidenses. ¿Quién garantiza que es solamente la data referente a operativos de narcotráfico lo que se está colectando y/o procesando? Nadie, solo los Estados Unidos pueden ofrecer esa garantía y, como en otras ocasiones, no tienen que ser 100% veraces con la información que comparten.

El hecho de que Estados Unidos sea una potencia mundial no es una coincidencia. Para ellos, la inteligencia es indispensable dentro de su sistema de gobernabilidad, seguridad nacional, política exterior y relaciones bilaterales. La inteligencia es la gasolina que mueve a la Casa Blanca. El gobierno norteamericano no desperdicia oportunidad alguna en la obtención de información privilegiada y sensitiva, sin importar en qué lugar del mundo sus sensores se encuentren: ellos le llaman maximizar y potenciar la captación de información de inteligencia. Como simple ejemplo, recuerden los cables de su Embajada en Santo Domingo: filtrados por Wikileaks…

Luego de estos detalles, vuelvo y me pregunto con marcada preocupación: ¿Qué busca el PREDATOR en nuestro país? ¿Por qué el Congreso Nacional no bloqueó la firma de este acuerdo hasta que el pleno lo conociese en detalles? ¿Es el PREDATOR un lobo vestido de oveja? Saque usted sus propias conclusiones.