Comencemos por la visión científica. Circulan decenas de videos en las redes sociales donde médicos y científicos prominentes de Estados Unidos, Japón, Alemania y Francia, cuestionan las medidas adoptadas para controlar la pandemia COVID-19.

Argumentan que el cierre de las economías alrededor del mundo va a causar más daño y muertes que la enfermedad. Estiman que la influencia de la gripe común mata unas de 600 mil personas al año y todo sigue funcionando a la perfección.

Enfermedades como el cáncer y la infección pulmonar por efecto del tabaco y la contaminación también causan más muerte que el coronavirus. Entonces ¿porque tanta alarma y tantos sacrificios por un virus que produce menos daño que otros?

Bueno, no todos los científicos piensan así. La otra parte alega que el coronavirus es altamente contagioso ya que se esparce con muchas más facilidades que la gripe común y se mantienen vivo hasta mas de 36 horas en algunas superficies.

Nunca se ha visto con otras enfermedades, desde la gripe española en el 1919, tantas fosas comunes en una ciudad como Nueva York para enterrar a los muertos, ni línea de furgones interminables esperando turno para descargar los cadáveres.

Se habla de que la letalidad es baja entre los infectados del coronavirus, que se estima en un 4% a nivel mundial.  Pero entre los mayores de 60 años esa cifra se cuadruplica. ¿O es que los viejos no importamos?

¿Qué hacer con estos bandos científicos en conflicto que tienen sus propios argumentos, aunque no convencen?

Analizaremos el caso dominicano sobre la base de estos dos puntos de vista.

En primer lugar, se suponía que la pandemia se comportaría como una curva normal o simétrica, conocida como campana de Gauss, que se muestra en la gráfica.

Esto duraría entre 3 y 4 meses, comenzando con un numero pequeño hasta alcanzar el techo y después retroceder hasta cero.

Por eso los países establecieron cuarentenas en todo el mundo, como lo hizo China con éxito en Wuhan y otras ciudades, donde apareció el primer caso en el mes de diciembre del 2019.

El plan de aislamiento permitió contener el virus y la curva comenzó a descender tres meses después hasta llegar casi a cero. Pero la cuarentena China fue drástica y no se ha repetido en ningún otro lugar del mundo.

Los cálculos fueron que el costo de paralizar la economía y encerrar a la mayoría de la población por unos 3 meses salvaría millones de vida por lo que valía la pena hacerlo.

Total, en ese periodo se habría llegado al tope de la enfermedad y la curva descendería gradualmente hasta llegar a cero, comportándose normalmente como la gráfica indica y como sucedió en China.

¿Pero qué pasó? Que, en muchos países al igual Republica Dominicana, la economía tiene cerrada casi dos meses y el numero de infectados sigue en aumento. No es verdad que llegaremos a la cima de la curva en un mes ni en dos meses.

Para que eso suceda los sanados tienen que superar al numero de infectados y en el país esa situación esta lejos de ocurrir. Por ejemplo, los reportados como infectados cada día supera hasta 4 veces el numero de sanados.

Y estamos hablando de un país donde casi no se hacen pruebas (unas 2 mil diarias) porque de masificarse, el numero de infectados se triplicaría.

Con el relajamiento que ha existido en la aplicación de la cuarentena y por el ineficiente sistema de salud del país habrá coronavirus por muchos meses.

¿Entonces que debe hacerse respecto a la economía? Como jamás vamos a lograr lo que hizo China, que a los tres meses giró la curva hacia abajo y ya está casi en cero, entonces tenemos que comenzar a abrir la economía gradualmente para evitar una catástrofe peor que la enfermedad.

Eso tendrá sus consecuencias ya que el virus se expandirá y el tiempo se alargará para girar la curva hacia abajo.  La nuestra será una curva asimétrica tal como se muestra en el gráfico de abajo, pero sin una fecha específica para llegar a cero. Quizás en los primeros meses del 2021.

Estoy de acuerdo con la reapertura gradual de la economía. No podemos esperar largos meses para hacerlo. Y lo mismo harán otros países que están en la curva ascendente.

Esta reapertura debe hacerse con cautela y prudencia. Negocios como ferretería, talleres, venta de autos y repuestos, algunas tiendas, fábricas de muebles, industrias medianas y grandes (incluyendo industrias de zonas francas) y restaurantes al aire libre, deben abrir con gradualidad a partir de mayo y principio de junio comenzando por aquellos donde el aislamiento pueda mantenerse con la debida protección.

Por ejemplo, centros comerciales, vuelos internacionales, transporte en autobuses, salones de belleza y restaurantes cerrados quedaran entre los últimos en abrir ya que la exposición al virus es muy alta. Todo esto debe estar sujeto a un protocolo bien elaborado.

Finalmente, a votar todos el 5 de julio con las medidas de protección que está estableciendo la JCE, porque el coronavirus e pa lante que va. Y estén seguro de que la cantidad de infectados después de las elecciones no será ni mas ni menos a las que diariamente se reportan.