La regulación financiera internacional está muy influenciada por entidades y foros no gubernamentales que emiten normas y estándares. Las principales jurisdicciones del mundo discuten y adoptan estas “normas blandas” o “softlaws”. Luego se convierten en normas con vocación de ser acogidas por todos los países,en base a una implementación voluntaria.

El Consejo de Estabilidad Financiera del G-20 (Financial Stability Board o “FSB”) es uno de estos organismos/foros fijadores de tendencias regulatorias. El FSB nace del  G-20 para coordinar el trabajo de las autoridades nacionales encargadas de la supervisión y regulación financiera. El FSB está conformado por los reguladores financierosnacionales de las principales jurisdicciones y también por comités de banqueros centrales, asociaciones de reguladores y por representantes de las entidades financieras más importantes del mundo.

En noviembre de 2011, el FSB emitió una lista inicial de 29 instituciones financieras consideradas de importancia sistémica (Systemically Important Financial Institutions, “SIFI” o “G-SIFI”). Estas SIFI son instituciones financieras (bancos, bancos de inversión) que “debido a su tamaño, su interconexión internacional o la complejidad de sus operaciones, de fallar, podrían causar problemas al sistema financiero y/o a la actividad económica mundial” (FSB, 2011). Esto significa que son instituciones descritas por el adagio “demasiado grande para…” (en inglés, “too-big-to…”), en todas sus modalidades.

El interés de regular estas SIFI es que con sus operaciones,tienen el potencial de producir efectos perjudiciales a nivel transfronterizo. Los economistas llaman estos efectos nocivos “externalidades negativas”. Imagínenos un banco xque capte depósitos en un país y que preste ese dinero mayormente en otros países distintos. Si la gente que tomó dinero prestado del banco no repaga sus préstamos y la institución experimenta una insolvencia, los depositantes que se verán afectados serán los de la primera jurisdicción. Pero también pueden existir otros bancos con depósitos dentro de la institución insolvente, que se verían afectados. Esto puede producir el “riesgo sistémico” o contagio, que se esparce rápidamente a través de todo el sistema financiero.

El ejemplo anterior se torna más complejo cuando imaginamos que nuestro bancox puede tener su sede en un paísA, los depositantes pueden estar en una jurisdicción B, y los activos del banco (préstamos, valores negociables, etc.) pueden estar dispersos en muchos lugares del mundo. Las relaciones de nuestro banco hipotético con otros bancos pueden ser peligrosas para estas contrapartes, si la insolvencia repentina (o la falta de liquidez) dificultan que el banco x repague sus deudas a estas otras instituciones, produciendo un riesgo sistémico.

La lista de las SIFI compilada por el FSB presente a los sospechosos habituales del mundo financiero global: Bank of America, JPMorgan, Barclays, Citigroup, HSBC, Goldman Sachs, entre otros. (La lista completa está disponible aquí: http://www.financialstabilityboard.org/publications/r_111104bb.pdf).

Para recopilar este listado, el FSB trabajó de la mano con otro organismo fijador de tendencias regulatorias: el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (conocido por sus siglas en inglés como “BCBS”). En octubre de 2012, el BCBS también publicó un “Marco aplicable a los bancos de importancia sistémica a nivel local”.  Esto porque a pesar de que existen SIFI con importancia global, cada país tiene un grupo de instituciones financieras que tienen importancia sistémica a nivel local. Esto significa que son instituciones financieras cuyo fracaso podría irrumpir significativamente la actividad económica y la estabilidad financiera nacional. El BCBS los llama D-SIB (“Domestic systemically important banks”), para distinguirlos de las SIFI, a las que el BCBS llama G-SIB (la G de global).

En una próxima entrega discutiremos con más detalles en qué consisten algunos de estos principios para regular y supervisar a los bancos de importancia sistémica local (D-SIB).