Los rasgos de un buen gobierno, es aquel que se caracteriza por una forma del ejercicio del Poder, donde la eficiencia, la eficacia, la transparencia, la rendición de cuentas, la participación de la sociedad civil y el Estado de Derecho prevalecen y existe la determinación del gobierno de utilizar los recursos disponibles a favor del desarrollo económico y social.
Por su contenido político, la noción de un buen gobierno presenta significados no plenamente coincidentes para diferentes instancias.
a) Las instituciones internacionales que tienen objetivos de facilitar recursos frescos a los países en desarrollo, ya sea con empréstitos, donaciones y asistencias técnicas, proponen agendas de buen gobierno centradas no tanto en el tipo de régimen político, sino más bien en determinadas características del proceso de gobernabilidad, por ejemplo, el gobierno norteamericano hace mas hincapié en temas relacionados con la democracia y los derechos civiles; el FMI se ha centrado en la reducción de los gastos militares, en tanto que el Banco Mundial ha manejado una agenda más amplia y menos definida.
b) Los países donantes de ayuda, que han condicionado al buen gobierno, entienden éste como un tipo de ejercicio del poder que garantiza el crecimiento económico, la democracia pluripartidista, la economía de mercado, el respeto a los derechos humanos, la reducción del gasto militar y en algunos casos, la equidad socioeconómica.
c) El Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD), es más ambicioso, púes acentúa conceptos que son coherentes con el desarrollo humano. Este interpreta el buen gobierno con el ejercicio de la autoridad económica, política y administrativa para manejar los asuntos de un país en todos los niveles, a fin de que el Estado promueva la cohesión social, la integración y el bienestar de su población.
Un buen gobierno requiere la participación pública asegurando que las prioridades políticas, sociales y económicas estén basadas en un consenso social, así como que las poblaciones más pobres y más vulnerables puedan incidir directamente en el proceso político de toma de decisiones.
La concepción del buen gobierno del PNUD toma en cuenta elementos como los factores culturales, la idiosincrasia de los pueblos, los liderazgos y la responsabilidad política, los procesos de participación social, y la construcción de capacidades.
Todas estas nociones de buen gobierno encierra mucha subjetividad, púes abarca la definición de qué países lo cumplen y cuales no, entendiendo que estos criterios de condicionalidad política de la ayuda, representan una violación de la soberanía de los países que reciben estas ayudas.
Pensamos que el buen gobierno es la práctica de aquellos gobiernos que trata de maximizar los beneficios sociales de sus políticas, pues creemos que estas condicionalidades son mecanismos encubiertos de los países desarrollados para perpetuar su control político sobre países en desarrollo.
Los estudios sobre el desarrollo han comenzado a tratar la relación con el del buen gobierno con el de la corrupción y algunos afirman que la raíz de la corrupción se encuentra en la dominación del Estado sobre la sociedad, por lo que reduciendo ese dominio y haciéndolo más eficiente disminuirá el problema. La eliminación de la corrupción a largo plazo solo se puede asegurar con la existencia de una democracia real, más que formal.
Uno de los elementos que más contribuyen a la aparición de la corrupción en nuestros países en desarrollo son:
1- Las transiciones rápidas hacia la economía de mercado que institucionalizan y fortalecen las redes del clientelismo.
2- La deficiencia y falta de equidad de los mecanismos administrativos y económicos en el reparto de los recursos, contextos en los que el desarrollo político se lleva a cabo mediante instituciones clientelistas.
3- La tolerancia de muchos gobiernos como una forma complementaria de ingresos para los funcionarios, con el fin de retener su apoyo político en un contexto en el que los recortes presupuestarios impuestos por los programas de ajuste estructural, que exigen los organismos internacionales.
Un buen gobierno, quién tiene la potestad de elegirlo es el pueblo que es soberano, de quien emanan todos los poderes, por eso el mejor esfuerzo de los partidos políticos debe estar concentrado en presentar candidatos que si son elegidos, para dirigir los destinos de la nación sean capaces de ejercer una gestión pública transparente y previsible, una administración profesional, que rinda cuentas, que estimule una sociedad civil fuerte y participativa y que establezca la dictadura de la ley.
Que desarrolle la descentralización del poder político dentro del Estado hacia instancias inferiores, para que mejore la eficacia en la provisión de servicios sociales a la población, dándole asistencia técnica y capacitación a los municipios que carecen de recursos técnicos y humanos necesarios para poder combinar la cercanía de los problemas y recursos locales con la necesaria planificación a escala nacional.
Un buen gobierno debe estar compuesto por personas donde prevalezca el espíritu de servir a la sociedad, antes de servirse de ella y que el caminar de la nación esté basado en la aceptación moral de las leyes vigentes y su cumplimiento estricto.
Si queremos un buen gobierno, elijamos a los mejores hombres que tengan sensibilidad social, humana y patriótica.
Los pueblos tienen los gobiernos que eligen no lo que se merecen.