Racismo es el exterminio de toda la población taína en apenas 25 años y los miles de africanos muertos en los campos de trabajo forzado como esclavos, porque no eran "seres humanos". Enseñar a los niños que hay "pelo malo" y "pelo bueno", y no se les permita ir a la escuela tal cual son. Que tantas mujeres tengan que gastar fortunas en derrizarse solo para cumplir un estándar social impuesto. Que a una joven de pelo crespo no le permitan llevar su pelo natural y hasta la cancelen si se lo deja, o nunca la empleen. Que jóvenes no puedan entrar a ciertas discotecas o bares por su color de piel, o los vigilen de más en el banco, o que la policía los pare en la calle, pero al muchacho blanquito no. Que a una joven de nariz chata y rasgos gruesos difícilmente la contraten para la recepción, aunque su currículum sea buenísimo, y prefieran a alguien de "rasgos finos". Que en 1892 inventaran un retrato de Duarte con pelo rubio, ojos azules y perfil romano que nunca tuvo, como si su rostro real no mereciera respeto.
Racismo es que solo un mulato haya sido elegido presidente en más de un siglo, en un país de mayoría de piel oscura, y cuando un negro quiso serlo no lo dejaron dizque por "haitiano". Que el 99% de la publicidad sea con gente blanca porque el negro no es "aspiracional", según los directivos de agencias. Que en la revista Ritmo Social el 95% de las fotos sea de gente casi aria. Que el joven dominicano hijo de francés o norteamericano pueda hablar el idioma de sus padres y se vea bonito, pero moleste que un joven bateyero hable el créole que aprendió de su abuelo cañero.
Racismo es que el Fiscal General de EE.UU. diga que “casi nadie de República Dominicana viene aquí porque tenga aptitudes que nos beneficien". Es lo que mató a Lucrecia Pérez en Madrid cuando le dispararon en 1992, por morena, dominicana y oír bachata muy alto. Que muchos dominicanos anden asustados en España por lo que hizo Ana Julia Quezada al niño Gabriel, y que en las redes sociales de allá no la señalen como asesina, sino como "Puta negra de mierda".
Racismo es quitarle la nacionalidad, la cédula y la vida a más de 100 mil jóvenes solo porque sus padres son de una nacionalidad indeseada. Que a un joven lo detengan en el Metro y lo interroguen en una oficina porque "no parece de aquí". Que si eres negro y tu apellido suena francés ya “no eres dominicano”. Es decirle a la gente de San Pedro que el gagá y los palos no son "música dominicana", pero el 12 de Octubre se celebre con vino caro español. Racismo son los linchamientos en Moca, Santiago, Pedernales, y que, en lugar de perseguir a los culpables de crímenes, se ataque a poblaciones enteras de gente inocente, causando terror y angustia sin distinciones.
Es hora de recordar que Duarte no enseñó a odiar, sino a querer un país libre, donde imperara la dignidad humana. Así dijo él en dos frases memorables: "Nada hacemos con estar excitando al pueblo y conformarnos con esa disposición, sin hacerla servir para un fin positivo, práctico y trascendental" y "Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando serenos, unidos y osados, la Patria salvemos de viles tiranos, y al mundo mostremos que somos hermanos".
Tenemos derecho a un país humano y vivible. El racismo enferma, daña y mata. Somos muchos más quienes aman, y queremos una sociedad libre de ese mal.