La manera frívola en que se plantea la crisis por la cual atraviesa el PRD es señalar: “Eso es entre Hipólito y Miguel”; es decir, éso es el PRD, caos y desorden .Muchos analistas, reporteros de prensa y televisión concluyen con este señalamiento y ya, fin de la historia.
Así también piensan otros de manera interesada. Con decir eso todo está explicado.
Nada más lejos de la verdad. Lo que se manifiesta a lo interno del PRD no es más que la punta de un Iceberg que estremece y amenaza a la sociedad dominicana.
La impunidad ha corrompido todas las instituciones nacionales. La única sanción que se ha impuesto, en más de 50 años, ha sido el ajusticiamiento de Trujillo. Lo demás ha sido burla. Puro teatro!
Piénsese por un instante en la última sentencia del Tribunal Superior Electoral “ Los que elevaron el recurso de amparo no demostraron su pertenencia al Comité Ejecutivo Nacional del PRD”
¿Teniendo ellos en su poder la prueba de esa pertenencia, en la certificación entregada por el Dr Emmanuel Esquea Guerrero que había suministrado la Junta Central Electoral?
¿Cómo reaccionar ante esta burda patraña? ¿Está el ciudadano obligado a acatar y respetar una burla y una arbitrariedad emitida por un tribunal calificado que irrespeta la Constitución?
¡Es evidente que no! ¡Frente al abuso y la arbitrariedad la respuesta es la resistencia!
Esta Sentencia del TSE trajo otra vez a mi mente un cuento delicioso que escuché allá, en mis años de juventud, a finales de los cuarenta o principios de los cincuenta.
Narra la leyenda que, en una tarde serena de estío, paseaban tomados de la mano Dios y el Diablo. Se acercaron por el estadio de pelota de la NormalPresidente Trujillo y el Diablo, socarronamente, le dijo a Dios, en tono de desafío, ¿quieres jugar un partidito? Asombrado, Dios le miró y le contestó. “¿Con quién me vas a enfrentar?
Siguió Dios diciendo: Tengo en mi equipo a Juan Marichal, a Sandy Koufad, a Bobb Gibson, a Babe Ruth, a Sammy Sousa. ¿Qué tienes tú? Y el Diablo le contestó, con una socarronería, aún más marcada, yo tengo los árbitros.
¡Lo mismo puede decirse de la sentencia emitida por el TSE!
Lo grave de todo esto es que, aparentemente, la población no ha captado lo realmente trascendental de esta situación: No hay tribunal donde acudir para que, de manera proba y honesta, pueda lograrse justicia.
Algunos pecan de ingenuos y otros cándidos inocentes no quieren ver la espada de Damocles que pende sobre el cuello del país.
Pienso ahora en los que tienen grandes intereses, fuera del área política, que defender; si creen ellos que, mañana, si tienen un conflicto de intereses con el partido gobernante no se les aplicará el mismo racero que ahora se le aplica al grupo mayoritario e institucional que se nuclea alrededor de Hipólito Mejía Será la hora del rechinar de dientes! ¡No se hicieron sentir en el momento necesario!
La Sentencia del TSE no expresa la verdad ni se hizo justicia. No hay más que compararlo con la certificación de los miembros del CEN entregada por la JCE y que entregó Esquea Guerrero en los debates del recurso de amparo.
Las instituciones nacionales están harto corrompidas. Este es el legado histórico que nos ha dejado el Dr Leonel Fernández Reyna.
¡Cuando el Rey estudia los ministros toman el libro! No fue ese el ejemplo que vieron los ministros!
¡Deseémonos suerte y que la Virgen de la Altagracia nos acompañe!