El Consejo del Capitalismo Inclusivo es el nombre de un movimiento iniciado por un grupo de empresas y el papa Francisco que busca despertar el interés por que la producción de bienes y servicios se haga dentro de un marco que impulse concomitantemente el crecimiento económico, humano y medioambiental. Aunque cuenta con el apoyo del papa, no está destinado exclusivamente a católicos. Tampoco debe ser confundido con el Gran Reinicio (Great Reset) una iniciativa del World Economic Forum por reformular el capitalismo, concediéndole igual importancia a las rentabilidades social y medio ambiental que a la rentabilidad financiera, algo que no suele postularse explícitamente en el capitalismo tradicional.
Este movimiento fue presentado formalmente a principios de diciembre del año pasado y se inscribe dentro de una tradición que ya ha ido proponiendo alteraciones para mejorar el funcionamiento del capitalismo.
En Estados Unidos se conocen las acciones, divulgaciones y reflexiones de John M. Keynes, John Kenneth Galbraith y Paul Krugman.
Nicolas Baverez, antiguo miembro de la Cámara de Cuentas de Francia, destaca su interés en enriquecer la herencia del liberalismo. En República Dominicana, Frank Marino Hernández también solía referirse a este tema.
Dentro de las empresas fundadoras, hay diez entidades financieras, tres de seguros y tres fundaciones. Muchas de ellas ya habían iniciado trabajos y reflexiones buscando la diversidad de rentabilidades de su ejercicio.
Muchas de las empresas que forman parte de este núcleo inicial habían realizado acciones y estudios con este objetivo en mira. Dentro de las empresas fundadoras hay diez entidades financieras, tres de seguros y tres fundaciones. De especial mención son los análisis de EY, publicados desde 2017 reconociendo la necesidad del crecimiento integral para lograr un mayor bienestar colectivo.
En el mundo empresarial propiamente dicho, Bill Gates es probablemente el más visible de todos los que han emprendido acciones para atender estas variables. Él continúa ganando muchísimo dinero y prestando atención a sus negocios, pero en marzo de este año, estaba tan preocupado por la situación mundial que decidió desligarse del Consejo de Administración de Microsoft y abordar con mayor dotación de tiempo la búsqueda de soluciones a problemas que veía como urgentes.
Existen varios más. Mohammad Yunus, de Bangladesh, quien visitó la RD en el año 2017 invitado por la Cámara de Comercio de Santo Domingo, creó el Grameen Bank, un negocio de microcrédito que ha logrado un excelente índice de solvencia, sobre todo para ese renglón económico, quizás ayudado porque su clientela es esencialmente femenina (entre 95% y 97% según el año). Emmanuel Farber, CEO de Danone, tiene varios años dando señales de un manejo respetuoso del desarrollo integral, hasta llegar a proponer la creación de un comité responsable de monitorear la implementación de los objetivos a largo plazo en términos de salud, medio ambiente, recursos humanos y crecimiento inclusivo, lo que no le impidió atender a la rentabilidad financiera del negocio que dirige y, en consecuencia, anunciar un plan de licenciamientos a partir de noviembre del año 2020, como consecuencia de la incidencia de numerosas variables que atentaban contra ella.
Dentro de la iglesia católica más de diez encíclicas papales, la primera claramente motivada por el auge del comunismo, se han escrito exclusivamente dirigidas a temas sociales y del medio ambiente. Fuera de las encíclicas, otras acciones merecen atención, como las del arzobispo Fulton Sheen, quien vivió tanto la Gran Depresión como la Segunda Guerra Mundial, lo que lo motivó a predicar intensamente en los años 50 y 60 sobre la dignidad del trabajo humano.
Dentro de los propósitos de año nuevo que ahora nos hacemos, quizás una buena idea sea prestar atención a este movimiento y hasta considerar formar parte de él. ¡Prospero año 2021!