Asistimos a un enorme e intenso bombardeo de propaganda gubernamental dirigido a endiosar al presidente-candidato Danilo Medina, y a promover el ilusionismo de que su gobierno es el mejor que hemos tenido.

Sobre todo en los medios electrónicos, que dejan menos huellas pero llegan a mayor número de personas, la publicidad gobiernista está dirigida a motivar la intención de voto en favor del presidente-candidato en las próximas elecciones.

Eso bombardeo propagandístico debe provocar efectos contrarios a los buscados por los gobiernistas, generando una reacción en cadena de aversión en el electorado al que se pretende engatusar mediante el método goebeliano de repetir, repetir, repetir las mismas mentiras hasta que parezcan verdades.

Esa saturación de propaganda costosa y falsa debe ensolverse y consumirse entre quienes la promueven. Por las siguientes razones:

Porque cada vez que el elector o la electora escuchen o vean esa propaganda, deben recordar que el presidente-candidato y sus funcionarios están incurriendo en el abuso de confianza de usar el dinero que les pagamos de impuestos, para promover sus intereses políticos particulares.

Es también un abuso de poder, pues el derroche se produce sin ponderar que quienes lo pagamos con los impuestos que tributamos al gobierno, somos en mayoría opositores, independientes, gente no interesada en política, e incluso de su partido que no votarán por la reelección en rechazo a la forma atropellante en que el presidente-candidato impuso su repostulación.

Debe ensolverse la aviesa intención de engatusar en razón de que el presidente-candidato desperdicia miles de millones de pesos del Estado haciéndose propaganda en una acción de claro ventajismo frente a su opositor Luis Abinader.

Si quiere “seguir a caballo”, como dijo Trujillo en malhaya sea la hora, el presidente-candidato debe competir en buena lid, sin ventajismo. Que él y su grupo se hagan su promoción política sacando el dinero de sus fortunas y chequeras personales, o del que les puedan aportar quienes los apoyan por conveniencia personal, ya que no existe otra razón para que se apoye el desastre que ha sido su gobierno, si medimos por resultados.

Otro motivo por el que el engendro debe envolverse entre sus promotores es porque el ventajismo y la intención de competir en mala ley son más que obvios. En 2012 el presidente Danilo Medina firmó con puño y letra, ante las iglesias, el empresariado, la sociedad civil y el pueblo que lo vio vía la prensa, el compromiso de hacer aprobar en el Congreso, si ganaba las pasadas elecciones, como las ganó, el proyecto de ley del Régimen Electoral, y una Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas.

Dos iniciativas legislativas dirigidas a establecer medidas preventivas y castigo penal, que hagan pagar consecuencias a quienes en violación a la justicia de Dios y de los hombres saquen ventajas en la competencia política.

Pero incumpliendo su palabra y su firma, el presidente Danilo Medina nunca mostró el menor interés por aprobar esas leyes, para lo cual pudo usar la misma mayoría mecánica con que sancochó en unos días la aprobación congresual de una Constitución reeleccionista, cual traje a la medida de su ambición continuista.

Debe ensolverse en los laberintos tortuosos de sus autores esa propaganda , porque los hechos han demostrado que sólo les importa lo que conviene a su interés político particular, mientras no contribuyen a fortalecer la celebración de elecciones justas y transparentes, que es el verdadero punto de partida de un salto hacia la institucionalidad democrática del país.

¿Por qué escribo, finalmente, que debe ensolverse en ellos, en los ambiciosos continuistas, su descomunal y falsaria campaña propagandística?

Porque no es verdad que el del presidente-candidato haya sido un gobierno bueno na´, como paso a demostrar con resultados concretos y muy visibles, que es por lo que se mide la buena o mala calidad de las gestiones de cualquier tipo:

El gobierno dice que su mejor obra es la que llaman “revolución educativa”: Pues bien, en un reciente trabajo publicado en este diario se estableció que la Tanda Extendida es una caricatura de lo que ha debido ser; el propio ministro de Educación reconoció públicamente que nuestros estudiantes están flojos en lectura, escritura y matemáticas; el Foro Económico Mundial y la Unesco han establecido que República Dominicana está en la cola del Planeta y de América Latina en calidad de la educación.

Ante esos datos, no hay que agregar juicios o comentarios. Sólo decir que al parecer los jugosos negocios que hacen con las construcciones de escuelas y el desayuno y el almuerzo escolares son para los gobiernistas una revolución, que puede serlo para los bolsillos de los beneficiarios pero eso nada tienen que ver con calidad de la educación.

El gobierno propaga que su otra gran obra con las llamadas “visitas sorpresa”. Sin entrar a considerar que fue concebido, planificado y ejecutado para favorecer el continuismo danilista, ni que desinstitucionaliza pues desplaza los roles que por ley deben jugar el ministerio de Agricultura, el Banco Agrícola y otras dependencias, ese programa es también otro gran engaño.

Otro gran engaño porque los anuncios y compromisos del presidente-candidato, montados en una gigantesca campaña propagandística, no son cumplidos ni en un 30% en promedio, en muchos casos los anuncios y compromisos son ofertados como grandes logros pero en una evaluación técnica hecha con toda objetividad hasta el mes de agosto, en algunos lugares el cumplimiento estaba en cero (0).

Los recursos desembolsados, escasos si se comparan con los montos comprometidos y anunciados, no responden a una planificación dirigida a resolver los problemas económicos y sociales, estructurales, del campo sino que se usan como fuente de propaganda en favor del candidato presidente.

Y lo mismo ocurre con el secuestro del sosiego de la gente por parte de la delincuencia, con el alto costo de la vida, el desastre de los hospitales, el pasmo en la seguridad social, el desempleo en que Danilo no ha podido superar el nivel encontrado, los apagones, que aunque en el centro no lo sepamos a los barrios periféricos de la capital y a los pueblos apenas les mandan el 50 ó 40% del servicio de energía, si acaso, muchísima gente sigue cargando laticas o jigueros de agua…ah, ahora recuerdo que enlistar los fracasos del presidente-candidato sería una letanía demasiado larga, y mejor es dejarla aquí…