La apertura de la economía establecida por el gobierno muestra el desafío de continuar con este proceso de reactivación gradual sin que el mismo produzca un efecto negativo en la salud de la población. Hasta el momento el inicio planificado de las actividades laborales se ha implementado según lo convenido en cada una de las fases, sin embargo, esta apertura ha mostrado tres puntos críticos: el transporte colectivo, los comercios de servicios y los barrios precarios, los cuales deben ser atendidos para disminuir la vulnerabilidad de la población en las siguientes fases.

En cuanto al transporte colectivo es importante que en el corto plazo se fomente el uso exclusivo de unidades de alta capacidad para reducir la cantidad de unidades en las calles y sostener la oferta que necesita la población; para esto se necesita complementar la oferta en las rutas de transporte estatal con unidades del sector privado que dupliquen la disponibilidad de asientos, siempre y cuando las empresas cumplan con los estándares establecidos por el órgano rector. En el mediano plazo se necesita eliminar el cobro de dinero físico y activar el mecanismo de pago por tarjeta que ha sido diseñado por el Estado para impulsar la articulación tarifaria de todo el sector. De igual manera se necesita mejorar la calidad del servicio en aquellos corredores que no son operados por el Estado, para lo cual se debe concluir con los procesos de licitación pendientes. 

En cuanto a los comercios de servicio al cliente, el principio que debe primar es el acercamiento del producto al consumidor; fomentando el uso de la tecnología para reducir la presencia física en los supermercados, oficinas y bancos, de manera que todas las compras y transacciones estén al alcance de un “click”. Esto se complementa con un eficiente servicio de entregas a domicilio, al igual que mejoras en la entrega de los “deliverys” y la posibilidad de acercar los mercados al hogar a través de los marchantes.

Finalmente, los barrios marginales son puntos críticos localizados en cualquier rincón de la geografía urbana. Se necesita una atención especial en estos lugares durante el proceso de reactivación de la economía, ya que podrían convertirse en focos activos del COVID19. Mantener los niveles de salubridad en estos lugares es fundamental, para lo cual se deben instalar puntos de higiene que permitan distribuir agua a la población y que a su vez funcionen como puntos de acopio para la recepción de residuos sólidos clasificados. De igual manera es importante la presencia de centros móviles de atención primaria, como el primer espacio para atender las necesidades de salud y monitorear el estado de la población en la comunidad. Se debe priorizar en el mediano y largo plazo el mejoramiento de barrios como una estrategia para reducir la vulnerabilidad de la población que reside en estos espacios y a su vez como un mecanismo para la creación de empleos de sus residentes.

Con el escenario registrado donde el 72.53% de los casos confirmados se concentran en el Distrito Nacional y las provincias de Santo Domingo, San Cristóbal, Santiago y La Vega, la atención a los puntos críticos de estas zonas de alta densidad permite elevar la tranquilidad y seguridad de la población en este tiempo especial que nos ha tocado vivir.