La psicología positiva es una corriente de la psicología que ha venido descollando a partir del año 1998 a través de las investigaciones de Martin Seligman como principal propulsor. Su enfoque radica en comprender, desde una perspectiva científica, como las emociones positivas producen una sensación de bienestar y plenitud en nuestro estilo de vida. Sus principales temas de estudio en las últimas décadas han sido la gratitud, altruismo, el perdón, la perseverancia, el humor, la inteligencia emocional, la creatividad, el optimismo, entre otros.
Recuerdo haber escuchado sobre psicología positiva en la catedra de la maestría de terapia familiar en la UASD. Desde que escuché sobre esta corriente inmediatamente me interesé por conocer más sobre sus fundamentos y maneras de intervención.
¿Por qué? En nuestra sociedad es común escuchar de los frecuentes casos de depresión y suicidio tanto en la población adulta como en los adolescentes. Aparentemente vivimos en una sociedad que nos brinda muchas oportunidades para ¨ser felices¨, pero la realidad es que todo resulta ser un espejismo. Nos llenan la cabeza de imágenes irreales de lo que es la felicidad y cuando no nos acercamos mínimamente a ese ideal ¨creado¨ nos sentimos fracasados e infelices. Al sentirnos de esta forma dejamos de lado hábitos y prácticas que favorecen la sensación de vivir una vida de bienestar.
Se ha podido comprobar que el bienestar se debe a elementos que son modificables como son las actitudes, hábitos cotidianos y actividades intencionales que podemos provocar para mejorar consistentemente el estado emocional. Y esta es la buena noticia, podemos influir en nuestro bienestar emocional!
¿Cómo lo podemos hacer? Existen diversas y múltiples maneras, desde cuidando los pensamientos que nos invaden hasta observar como reaccionamos a los eventos que nos suceden cada día. Debemos procurar vivir en un estado consciente de disfrute de aquellas cosas que nos provocan la sensación de placer.
Les quiero compartir algunas ¨reglas¨ que nos pueden ayudar para mejorar nuestra manera de vivir y hacer que experimentemos bienestar o felicidad aún en las actividades más sencillas y cotidianas. Estas fueron postuladas por Michael Fordyce en 1983 y son las siguientes:
Mantenerse más activo y ocupado en actividades placenteras y novedosas.
Emplear más tiempo en actividades sociales.
Ser productivos y tener trabajos que aporten significado y propósito.
Organizarse, manejar bien el tiempo.
Manejar adecuadamente las preocupaciones.
Ajustar expectativas y aspiraciones.
Desarrollar un estilo de pensamiento optimista y positivo.
Estar más centrado en el presente que en el pasado o en el futuro.
Trabajar en el desarrollo de una personalidad saludable.
Ser autentico.
Fomentar y conservar relaciones íntimas y significativas.
Dar valor a la felicidad y a su mantenimiento.
Espero que estas pautas de vida les puedan ayudar a mejorar, desarrollar y sostener un estilo de vida donde cada experiencia cuente y cobre un significado de bienestar.