Los analistas pesimistas vaticinan un lento y largo periodo para el restablecimiento de los flujos de visitantes extranjeros a nuestro destino. Las noticias sobre una vacuna efectiva contra el Covid-19, sin embargo, son alentadoras y es seguro que la vacunación masiva se logrará primero en nuestros principales mercados emisores (Norteamérica y Europa), generándose así una fuerte demanda por nuestros servicios turísticos. Pero podría tomarse un año para que los potenciales viajeros recuperen la confianza y comiencen a viajar de nuevo. Afortunadamente, ya hay maneras de acelerar el recobro de la confianza.

La respuesta universal a la pandemia ha consistido en las restricciones de viaje y el desarrollo de protocolos de seguridad sanitaria. Todos los actores turísticos del mundo se han apresurado a tomar medidas y establecer procedimientos que prevengan el contagio. Bajo el liderazgo del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en ingles) y la Organización Mundial del Turismo (OMT) los operadores turísticos han colaborado para, con la guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desarrollar lineamientos y certificaciones de seguridad sanitaria (p.  ej. Safe Travels” de la WTTC). La aplicación de esas medidas, sin embargo, no ha sido un remedio eficaz.

Las líneas aéreas fueron de los primeros operadores turísticos en desarrollar una respuesta de prevención. Comenzaron desinfectando la cabina de los aviones, estableciendo distanciamiento entre los pasajeros, imponiendo el uso de mascarillas y guantes a bordo. (Jet Blue, por ejemplo, tiene ya una máquina que desinfecta una cabina en 10 minutos con rayos ultravioletas.) Hay líneas que dan descuentos en el precio de los boletos e inclusive ofrecen una compensación económica a cualquiera que se contagie en sus aviones. Los aeropuertos también han respondido con un abanico de medidas que incluyen no solo el distanciamiento, las mascarillas y la desinfección de manos, sino la toma de temperatura, los túneles sanitarios y la prohibición de familiares en las despedidas de los pasajeros.

Los cruceros, por su lado, han reconocido su más alto riesgo de contagio y han paralizado por completo sus operaciones. La Asociacion Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), la cual agrupa a las principales líneas estadounidenses, acaba de anunciar la suspensión de operaciones hasta el 1 de noviembre. “La noticia no es particularmente inesperada, especialmente a la luz de los recientes intentos desastrosos de varias líneas de cruceros de reanudar las navegaciones limitadas. En el caso más reciente, un crucero UnCruise que navegaba en Alaska se interrumpió después de que un huésped diera positivo, lo que dio lugar a que todos los pasajeros restantes estuvieran en cuarentena en un hotel mientras la tripulación estaba en cuarentena a bordo.” De cualquier modo, existen protocolos para las líneas que quieran arriesgarse.

Es impacto más devastador de la pandemia ha sido en la industria hotelera mundial. No es solo que el cierre de millones de establecimientos ha afectado a las empresas, sino que también ha cesanteado a millones de empleados y suplidores. La industria se ha visto retada a no solo desarrollar protocolos de seguridad sanitaria para el personal y los escasos huéspedes, cubriendo así  los puntos de “high touch”. También muchas cadenas importantes han tenido que reconfigurar sus planes estratégicos y desarrollar nuevos incentivos y ofertas para atraer a los clientes. En el caso de las cadenas Marriott (la más grande del mundo), Hyatt e Intercontinental se requiere a todos los huéspedes el uso de mascarillas.

El cierre total de fronteras, puertos y aeropuertos ha sido la estrategia más socorrida para los países, y más particularmente los destinos turísticos, mientras algunos han solo impedido la entrada a nacionales de algunos países (p. ej. Europa a los estadounidenses). En semanas recientes ha habido una tendencia a reabrir, pero son muchos los destinos que imponen estrictas medidas de cribado de pasajeros. Ha proliferado el requisito de que traigan certificados de pruebas PCR con no más de 5 o 10 días de hechas, además de la toma de temperatura por medios tecnológicos colectivos o pistolas de detección. Nosotros estamos entre los que, después de abrirnos el 1 de julio, volvimos a restringir el acceso a solo aquellos que muestren esos certificados.

Las pruebas PCR serían, cual pasaporte sanitario, la solución a la crisis turística si no fuera por el tiempo que se toman los resultados. Según la FDA de EEUU, las pruebas de mayor confiabilidad son las de diagnóstico (moleculares o antígenos) y las de anticuerpos. Pero estas son las que sus resultados toman varios días. Casi siempre son de tres a cinco días y eso es suficiente para que los resultados no sean confiables, ya que en ese lapso la persona puede haberse infectado. Además, la espera entorpece y dificulta las reservaciones de viaje.

La alternativa a las pruebas PCR son las pruebas rápidas. Estas incluyen: 1) “las pruebas de diagnóstico rápidas en el punto de atención utilizan una muestra de moco de la nariz o la garganta, pero se pueden analizar en el consultorio del médico o en la clínica donde se recolecta la muestra y los resultados pueden estar disponibles en minutos. Pueden ser pruebas moleculares o de antígenos; 2) las pruebas de recolección en el hogar, disponibles solo con receta médica de un médico, permiten al paciente recolectar la muestra en casa y enviarla directamente al laboratorio para su análisis; 3) las pruebas de saliva permiten al paciente escupir en un tubo en lugar de que le froten la nariz o la garganta. Las pruebas de saliva pueden ser más cómodas para algunas personas y pueden ser más seguras para los trabajadores de la salud que pueden estar más lejos durante la recolección de muestrJuan llado Por supuesto, los turistas tendrán que aceptar la dilación que esto pueda causar en su procesamiento en puertos y aeropuertos, pero se puede asumir que su motivación de viajar y vacacionar es suficientemente fuerte como para que acepten los inconvenientes.

La prueba de 5 minutos de la Abbott seria la panacea. “ID NOW ™ es una plataforma molecular líder en el punto de atención en los Estados Unidos, en la que confían hospitales, consultorios médicos y clínicas de atención de urgencia en todo el país. El ensayo ID NOW ™ COVID-19 ahora está disponible para su uso en la plataforma ID NOW bajo la Autorización de uso de emergencia (EUA) de la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. La prueba rápida ID NOW ™ COVID-19 ofrece resultados moleculares positivos de alta calidad en tan solo 5 minutos, y se dirige al gen RdRp del coronavirus (COVID-19). Los resultados oportunos permiten a los profesionales sanitarios tomar decisiones de tratamiento y control de infecciones más adecuadas y eficientes. EUA admite entornos de prueba flexibles cercanos al paciente. Solo disponible en EE. UU.”

La Abbott afirma que: “ID NOW Nuestro instrumento de prueba rápido y portátil que se utiliza en clínicas de atención de urgencia, departamentos de emergencia de hospitales y consultorios médicos. Hemos enviado 6.5 millones de nuestras pruebas rápidas ID NOW a los 50 estados, Washington DC, Puerto Rico y las islas del Pacífico. La mayoría de estas pruebas se han enviado a puntos críticos de brotes y les hemos pedido a los clientes que den prioridad a los trabajadores de atención médica de primera línea y a los socorristas.”

Si estas afirmaciones son confirmadas, la única barrera sería la de conseguir que esa empresa ponga esas pruebas –y los aparatos que la sustentan– a disposición de los países para que puedan ser usadas en nuestros aeropuertos. Con los protocolos vigentes de las líneas aéreas y de los hoteles, ese tamizado sería aceptable aun cuando no fuera 100% efectivo y retornaría la confianza de los potenciales viajeros. Los casos que se cuelen podrían ser manejados localmente y las victimas indemnizadas adecuadamente. El MITUR y ASONAHORES deben ponerse a averiguar y gestionar urgentemente la ID NOW de Abbott para acelerar el despegue turístico  post pandemia.