Siete veces siete, cinco veces cinco.  Este es uno de los puntos que me han comentado puestos de bolsas sobre el artículo que escribí, interpretando la posición de la SIV, sobre el proyecto para modificar ley de valores.  Es correcto que la Superintendencia ha tenido hacía los participantes un ánimo de lograr consenso sobre la importante pieza legislativa, con la finalidad de facilitar su aprobación.  Las diferencias, sin embargo, sobre un tema tan crucial como el de la relación de los puestos de bolsas con el cliente minorista, requieren, a su entender, de más rondas de trabajo. En la Biblia se habla de perdonar “siete veces siete”, de manera que no supervaloreshay que poner un límite fatal a las discusiones técnicas.

La SIV no tiene interés en cerrar los debates e imponer su criterio, lo que la ha sorprendido es que haya sido la Asociación de Puestos de Bolsas, APB, que llevara a los medios las diferencias de criterios sobre el proyecto.  El ánimo de buscar consenso siempre ha estado porque reconoce que  las discrepancias se van a trasladar al congreso en vistas públicas o reuniones por separado con las comisiones de trabajo, escenarios que tendrán como árbitros a diputados y senadores. A los legisladores, al estar menos familiarizados con el tema, no se les puede imputar sabiduría salomónica para resolver las discrepancias.  Saludable, en consecuencia, podrán ser los nuevos encuentros entre reguladores y regulados, en mesas técnicas de trabajo y no en los medios de opinión,  para los temas cruciales de la protección al inversionista pequeño, la calidad de la información de precios y su formación más competitiva y las propuestas nuevas de negociación de valores de oferta pública.

Heart Care y Frank Ceara.  Todo el que asistió al concierto pro recaudación de fondos que Frank Ceara y sus amigos organizaron para esa fundación, está en la obligación moral de hacer una donación directa a la entidad por el importe total, o mínimo un 85%, del costo de la boleta.  Hacer esto sería la  forma genuina de sentirnos integrados al circuito de voluntades que permitió este evento de apoyo a las obras de Heart Care, por la salud de los más vulnerables.  Conformarse con  haber asistido, pagar los 1000 pesos, y tomar nota o comentar el noble compromiso de inspiradores discursos, creo que no es suficiente para ser un eslabón en la cadena de colaboradores. Donar el importe de la boleta sí lo enlazará permanentemente con los directivos de la fundación, sus voluntarios, los patrocinadores del concierto y sus amigos artistas.

frankcearaEn la calidad del espectáculo ofrecido al público, el pasado 12 de febrero, en el Club Naco, está la razón de esta petición a los asistentes. Frank Ceara no participó como un maestro de ceremonia en una actividad parca para escuchar testimonios y ver manifestaciones en videos de un compromiso genuino con la solidaridad. No. Llevo a ese recinto su propuesta “Entre Amigos”, esa donde reúne mucho de lo mejor del talento artístico local y que con tanto éxito ha estado presentando en los últimos meses.  De hecho se puede afirmar que el público recibió un subsidio para ver, por tan sólo mil pesos, breves pero magistrales interpretaciones de Maridalia Hernández, Pavel Núñez, Héctor Aníbal, Grupo Aura, Diomary la Mala, Luis Armando Rivera y Alexandro Segui. Acompañando a estos grandes del canto, músicos de igual talla: Pengbian Sang, en el bajo y la dirección musical; Ezequiel Francisco, batería; Federico Méndez, guitarra; Patatín, percusión y en el piano, Emil Pimentel.

En cuanto a Frank Ceará, quedé sorprendido con su versatilidad como artista interpretando de todo y bien, junto a sus coristas que llamó "sus inseparables Ceares”, Dolly y Kathia. Verlo interpretar “A pesar del tiempo”, de Yolandita Monge, me confirmaron que fueron sinceros los elogios que recibió como un Jean Valjean a la altura de Broadway.  Mantuvo al público en el espectáculo en todo momento y demostró con el cierre la sinceridad de su compromiso con otras organizaciones que, como Heart Care, buscan que dejemos salir lo mejor de nosotros.  A José Luis, que fue movido por error protocolar de la primera fila y a quien elogió por su apoyo en los ensayos, le demostró de corazón quererlo como es, llamándolo a bailar en tarima la última canción del extraordinario concierto.

HEARTCARE2Ahí todos recibimos más de lo que aportamos.  Ciertamente eso es lo que la Biblia asegura pasa cuando apoyamos a los demás.  Entonces con más razón no debemos dejarlo ahí. Sigamos con el respaldo a Heart Care transfiriendo el costo de la boleta para sentirnos más integrados a sus acciones por la salud de los pobres.  En su portal web está el número de cuenta en el Banco del Progreso que tienen para recibir aportes.  Estos también pueden hacerlos  por tpago o visitando sus oficinas en el Edificio Cedimat del Ensanche la Fe, como explican en http://www.heartcaredr.org/es/ayudanos.asp.

 

La Policía y el desarme.  Les pido que se identifique, siguiendo al Maestro Rothbard,  con uno de los sobrevivientes de este naufragio.  Llegan a la playa en isla desierta cuatro hombres y cuatro mujeres.  Buscando entre los escombros cada uno encontró un rifle con municiones.  En la noche, reunidos alrededor de la fogata, un hombre que mostró un documento de ser oficial de policía activo en su país, propuso  que,  en virtud de sus credenciales, él se iba a encargar de la defensa del grupo contra los peligros en la isla y de garantizar la convivencia pacífica.  Para dedicarse a esos nobles fines, sin embargo, requería tener el control absoluto de las armas y las municiones, única forma de evitar abusos o que se tratara de hacerse justicia por vías de hecho, frase ésta que aprendió en sus estudios semipresenciales de leyes. ¿Entregaría usted su rifle y municiones? ¿Renunciaría por convicción propia o por imposición de la mayoría a su derecho natural a defender su vida?

mujer El derecho a la vida es pura paja sí los individuos se les coartan las posibilidades de defenderse por sus propios medios de quienes atentan contra ella. Los atentados no provienen sólo de los delincuentes o criminales que actúan de manera individual o en asociación de malhechores.  El mayor peligro, y el que ha cegado más vidas a través de la historia, es el de los gobiernos que para mantenerse en el poder no les importan los baños de sangres contra civiles a quienes, lógicamente, los prefieren desarmados.  Abogar por el desarme de la población civil es política preferida de criminales y dictadores. Ambos prefieren la menor resistencia a sus intentos de robar o disponer para siempre de opositores.  Era en eso, como bien argumenta el Juez Andrew Napolitano, que pensaban los fundadores de los Estados Unidos, cuando en la Segunda Enmienda establecieron que ninguna ley puede anular el derecho natural al porte de armas.

A finales del Siglo XVIII, los forjadores de esa nación entendían como un derecho natural el de portar armas para su defensa contra criminales y tiranos de cualquier nacionalidad, incluyendo la propia. Nada tenía que ver, como afirma ese juez, con preservar por generaciones el derecho a cazar venados.  La clara declaración de que ninguna ley podía prohibir ese derecho indica que no creían las bobadas de que no es en sí un derecho absoluto; que el Todopoderoso se manifiesta en el espíritu de los legisladores para moldear vía leyes y reglamentaciones lo que más convenga; o que el monopolio de la tenencia es para las fuerzas públicas del orden que estarán ahí siempre que el ciudadano lo necesite.

Nuestra Policía en medio siglo ha sido incapaz de despojar de las armas a los delincuentes, que la poseen ilegalmente, sin registros, sin pruebas para ser rastreadas, y que han impuesto su régimen de impunidad y terror sobre la población civil, en su mayoría desarmada y a expensas sólo de la protección policial.  Teniendo una ley que lo obliga actuar contra los delincuentes, y con la que no ha tenido éxito, ahora quiere desviar la atención propugnando por un desarme general de civiles que la usan principalmente para la defensa personal.  ¿Quién entiende esto?