Finaliza el año, y lo hace con un dejo de triunfo, de satisfacción colectiva, porque  hay una nueva sociedad vigilante y empoderada que quiere que los dineros públicos se inviertan bien; una sociedad que se siente escuchada porque su reclamo más visible y claramente articulado fue atendido en el nuevo presupuesto del 2013.

Aun así, se espera más. Mucho más. Y con derecho. Por eso quiero compartir en estas líneas del mes de diciembre, unos interesantísimos hallazgos de un reporte  de Mc Kinsey del año 2011 titulado “ Como los mejores sistemas de educación siguen mejorando” que evalúa 20 sistemas educativos de distintas partes del mundo que han logrado mantenerse mejorando en los últimos 20 años. No voy a abundar sobre el detalle que hace sobre los procesos de los países evaluados, aunque al final sí les compartiré un resumen.

Quiero detenerme en un punto que llamó poderosamente mi atención y que se aplica a la República Dominicana, no sólo en el tema de educación sino en casi todas las deudas sociales y problemas estructurales que padecemos desde hace más tiempo del que quisiéramos recordar.

De acuerdo a este informe y sus conclusiones, en los procesos de mejora o reforma el paso más difícil es moverse de malo a mediocre. Así mismo. Las propuestas regularmente aspiran a mover los sectores, instituciones, países de malos a excelentes. Esto no puede ocurrir en poco tiempo y sin intervenir seriamente las estructuras fundamentales; por ejemplo: en materia de educación sino se interviene la calidad de los docente primero, el resto de los avances se verá limitado, estancado.

Por tanto no puede aspirarse de inmediato a mejoras del ¨sistema”  o del desempeño de los estudiantes en pruebas nacionales o internacionales, sin dejar transcurrir un tiempo para que surta efecto esa inversión en calidad docente.Durante este tiempo de precario o nulo avance en los indicadores, los países enfrentan entonces los reclamos porque “no pasa nada” y tienden a suspender las reformas y reorientar el gasto hacia medidas cortoplacistas, de impacto tangible y  así eso como se siguen perpetuando y agudizando los problemas estructurales de la sociedad.

Es distinto cuando se asimila que el próximo paso de un estado “malo” es pasar a “regular” para desde ahí aspirar a bueno y muy bueno.

Conviene pues, que esta sociedad civil, empoderada, joven, vigilante, cobre consciencia de cuan difícil es promover los cambios estructurales y significativos en sociedades que han estado cooptadas por tantos años como la nuestra.

No es signo de conformidad o complacencia con lo pequeño, el celebrar los pasos de bebé que nos están llevando a la mediocridad. El verdadero peligro está en no hacerlo y frustrar la sostenibilidad del compromiso con las transformaciones políticas y sociales.

Finalmente, les comparto de McKinsey, las conclusiones del informe referidas al tema de la educación. Los países en vía de desarrollo que integran la muestra del estudio son: Brasil (Minas Gerais), India (Madyah Pradesh), Surafrica (Western Cape), Ghana, Jordaniay Chile.

Hallazgos importantes:

–          Se pueden apreciar mejoras significativas en resultados educativos en apenas 6 años.

–          Se puede mejorar desde cualquier punto de partida.

–          Es importante conocer el punto de partida del sistema educativo porque las intervenciones son efectivas dependiendo del trayecto que debe recorrer cada país y su adecuación al contexto.

–          Se requiere apoyo de los stakeholders para realizar los cambios.

–          Los cambios exitosos puestos en marcha tienen un elemento inicial que marca la ruptura con la inercia.

–          En algunos casos ha sido el resultado de una crisis política o económica importante; la llegada de un nuevo líder al gobierno o las calificaciones o mediciones de los reportes internacionales.

–          De todos los sistemas educativos exitosos, el liderazgo aparece como fundamental para iniciar el proceso y mantenerlo firme. Este liderazgo puede ser político; pero no es indispensable. Enpaíses como Chile y Armenia se trató de lideres estratégicos a funcionarios que permanecieron en sus cargos y al frente de las reformas por un período promedio de 9 años.

Feliz Navidad y que el próximo año nos permita llegar a mediocres. Son mis mejores deseos!