La esencia de la arquitectura es proyectar. Los arquitectos, a lo largo de sus años de formación, logran desarrollar la capacidad de hacer proyecciones de lo que no existe aún. Los planos en dos dimensiones, las imágenes en perspectiva, los modelos a escala reducida, e incluso los análisis de instalaciones, estructuras, costes y presupuestos son a fin de cuentas proyecciones de lo que se pretende conseguir.
De estos tipos de proyecciones, las maquetas o modelos a escala reducida son sin duda los que, por lo menos a nivel de imagen, dan una mejor idea de lo que será el proyecto terminado.
Un edificio, un parque o hasta un aeropuerto pueden ser “construidos” a escala reducida y mostrar una idea lo bastante apropiada como para que el profano se pude hacer una imagen de lo que será.
Un prototipo
Habitualmente las escalas de las maquetas son las mismas que las que utilizamos para los planos y pueden ir desde 1:100, 1:500 o 1:1000,etc, por citar las más comunes, hasta escalas de entre 1:50, 1:20, 1:5 o 1:1. Estas últimas son lo suficientemente grandes como para que la idea o la percepción del modelo sea muy próxima a la realidad.
A este tipo de modelos a escala más grande podríamos convenir en llamarles prototipos – más que maquetas- y la diferencia estaría en que los primeros pueden ser objetos de ensayos muy próximos a las supuestas condiciones de uso real.
Pero… ¿Qué es propiamente un prototipo? Un prototipo sería una especie de versión de pruebas que sirve para llevar a la práctica los supuestos teóricos que se hacen sobre un proyecto. Un ejemplo de esto que decimos lo podemos ver en el caso de los ensayos de iluminación. Si quisiéramos saber cuánta radiación difusa va a recibir una parte específica de una estancia norte, podríamos utilizar un prototipo a una escala muy próxima a la realidad y obtener resultados que luego podrían ser extrapolables a la realidad del edificio terminado.
El factor de la escala
Si bien es cierto que un prototipo no tiene que ser un modelo a una escala casi natural, también es cierto que el factor de escala condiciona de manera determinante los resultados que pudieran obtenerse. Reconocemos que esta idea podría ser perfectamente rebatida pero no sin antes pasar por modelos matemáticos más complejos, que estarían relacionados de manera directamente proporcional – o inversamente proporcional – al tamaño de la maqueta, modelo o prototipo.
Imaginemos por un momento un análisis complejo sobre condiciones climáticas sobre un edificio; a menor escala las características de los materiales – y sobre todo su escala- podría alterar el resultado de la prueba, si no se toman medidas milimétricas…y siempre partiendo de análisis matemáticos y físicos más complejos.
El debate se centra en la escala. ¿ Es lo mismo hacer pruebas y ensayos con una maqueta 1:25 que con un modelo escala 1:5 o incluso sobre una parte –proporcionada y representativa- de un edificio?
Simulaciones
La respuesta se podría encontrar en una palabra que a los arquitectos nos suena a campanitas: simulaciones virtuales e informáticas.
La simulaciones con programas informáticos posiblemente pueden ser el puente ( o sustituto/complemento) entre prototipo y maqueta….Continuaremos en el próximo artículo .