Para muchos(as) la protesta es una manifestación de disgusto,  desacuerdo  rechazo o negación de  una decisión tomada por una persona, autoridad o institución que de alguna manera afecta negativamente a un colectivo o sector de interés de la sociedad, sobre todo si se tiene la percepción o la seguridad de que las medidas tomadas privilegian algún sector en detrimento de otro.

Cuando la decisión es tomada por el gobierno del Estado de manera  inconsulta y arbitraria la protesta se convierte en una forma de expresión de los sectores afectados que buscan ser escuchados, valorado en justicia y no perjudicados.

De ahí que, podemos encontrar  protestas barriales, estudiantiles, sindicales, municipales, empresariales, de maestros, médicos, enfermeras, etc. Cada sector se moviliza y reclama en defensa de sus intereses y derechos

Cuando la decisión tomada por el gobierno del Estado impacta negativamente, y al mismo tiempo, a varios sectores o a grandes entornos sociales, como es caso de la Reforma fiscal que se acaba de aprobar, y si los agraviados se hacen consciente de su situación, entonces el nivel de presión social tiende elevarse mediante diversos tipos de protestas, generándose un tipo de práctica democrática donde los representados demandan a quienes le representan, protección y justicia social.

La democracia contempla la protesta realizada en el marco de la ley, comoun mecanismo de participación,  una herramienta para el ejercicio de ciudadanía y  un quehacer político que resulta de la relación Estado y Sociedad cuando esta última busca la equidad y procura del Estado las  garantías necesarias para sus derechos y seguridad. Con la protesta  la sociedad solo busca ser bien gobernada.

Donde hay protestas existe  democracia, siempre y cuando no se repriman las voces que difieren de las oficiales, ni se implemente la violencia e ilegalidades en ningunas de las partes.

Cuando no hay elecciones y el voto no figura como herramienta de decisión soberana, la protesta ocupa su lugar sin que ello suponga conspiración alguna. En este juego democrático los que gobiernan deben escuchar a quienes les eligieron y buscar con ellos la mejor de las decisiones, de lo contrario solo que el camino de los reclamos.

Las protestas cobran sentido y fortaleza cuando las instituciones creadas por El Estado para representar, canalizar, atender y resolver  necesidades y conflictos de la ciudadanía incumplen su papel inclinándoseen beneficio de un grupo o sector determinado.

El nombre de protesta luce como un genérico donde cabe todo tipo de actividad de descontento, demandas y reclamos. Según los objetivos de quienes las organizan estas pudieran ser una simple manifestación de descontento o una demanda organizada que buscan reversar una decisión tomada o el reconocimiento y aplicación de las propuestas presentadas por el sector demandante, es decir cuando con ella se busca transformar la realidad que se impone.

El éxito de una protesta depende de múltiples factores entre los que destacan el reconocimiento y real participación de la población afectada  y la claridad de los objetivos concreto de la demanda, es decir, saber que buscamos, saber que podemos lograr.

Cabe preguntarse si los movimientos de protestas que se escenifican actualmente en el país solo  buscan manifestar con rabia su disgusto por tener que pagar injustamente lo que la corrupción se llevó o  si se plantean alcanzar sanción para los responsables del déficit fiscal. Que se buscamos decir no al paquetazo en forma genérica o la transformación del modelo de gobierno basado en el gasto indiscriminado y la falta de transparencia.

Toda acción de protesta debe tener sus objetivos claramente definidos, sin ellos, se corre el riego del cansancio, de la manipulación y la frustración. Sin ellos se pierde el delgado margen existente entre la demanda social y el oportunismo político partidario o empresarial, situación que de ocurrir, sacaría de escena a  ciudadanas(nos) de diferentes sectores sociales que hoy, a diferencia de otras épocas, se encuentran demandando derechos en plazas y avenidas.

La ausencia de objetivos claros en este tipo de procesos engendra divisiones innecesarias, impide informar y orientar con eficacia y lo que podría ser peor podría crear dudas sobre los espacios de coordinación y los estrategas delos movimientos.

Por el momento el movimiento actual de protesta se desarrolla con todo éxito, ha integrado sectores que nunca antes lo habían hecho. Destaca la participación de la juventud, las mujeres, técnicos y profesionales, la clase media y los sectores populares. Estos se han extendido a municipios, provincias y otras naciones, ha logrado evidenciar y rechazar la corrupción y presionar al Estado por justicia y equidad.

En su proceso de conformación este movimiento ha cumplido varias etapas de consolidación.

En un primer momento diferentes organizaciones de la sociedad civil participaron del Consejo económico y social. Fueron por el“dialogo”, escucharon al gobierno, presentaron sus propuestas, produjeron documentación y estudios de calidad, para luego terminar sin ser realmente consideradas. En este período de tiempo iniciaron los encuentros regionales con diferentes organizaciones de país, fueron informadas del proceso y las posibles consecuencias de la supuesta reforma fiscal.

En la segunda etapa el escenario cambió, pasó del CES al Congreso de la  República donde el legislativo se unió al Poder Ejecutivo en la estrategia de hacerse los sordos mudos, simulando dialogo sin palabras ni compromisos, situación que dio paso a un tercer nivel de acción  ciudadana en los alrededores de la Cámara de diputados.

Vista la indiferencia, la arrogancia y la violaciones a las leyes cometidas por este Poder del Estado, las organizaciones sociales se vieron obligadas a tomar el espacio público como escenarios de sus denuncias y reclamos. En esta última etapa se incrementan las protestas pero cada vez más se siente la necesidad de definir hacia donde vamos, que queremos y con que contamos. Urge una sentada.