Falta poco para que observemos y seamos testigos como los niveles de incoherencia se van apoderando de nuestros "políticos profesionales". Los problemas (sin soluciones visibles) que hoy en día enfrentan nuestras sociedades, hacen que los ciudadanos seamos testigos de propuestas que reflejan varios sentimientos y descubren muchas verdades. Reflejan primero la desesperación, al saber que pueden hacer algo, pero no saben cómo; lo cual descubre ignorancia y falta de capacidad.
No existe hasta el momento algún indicador que sirva para medir el nivel de temeridad de algunas de las propuestas que en nuestra región escuchamos. Lo que si se puede, es percibir el desanimo de una gran parte de la población que se cuestiona: ¿Y cómo es posible que tengamos representantes o funcionarios/as de este tipo?
Considere usted mejor contestar esta pregunta: ¿Cómo es posible que nosotros diéramos la oportunidad de pasar semejante vergüenza?
Nunca podríamos saber a ciencia cierta las consecuencias de no saber elegir bien a nuestras autoridades, lo que si podemos palpar es el hecho de que muchas de las respuestas a nuestras demandas nunca serán contestadas por que simplemente la utilidad de su voto fue para el momento.
Fundamentalmente la historia nos enseña hechos que puedan ayudarnos a no repetir tragedias. Sin embargo, muchos de nosotros caemos en la "sin salida" de botar nuestro voto y después quejarnos de manera sistemática. Es parte de una normalidad que nos tendría que dar vergüenza.
Lo importante y esperanzador es que no todo es tan negativo, hoy muchos países de la región han consolidado verdaderos mecanismos de participación y monitoreo social. Esto quiere decir, que mas allá del hecho de haber perdido la oportunidad de remediar la situación en la hora del voto, una vez el mal está sentado en la silla, podemos sacudirlo y demandar que se ponga a la altura de las circunstancias; exigirle que un problema que afecta a nuestra sociedad no puede ser contaminado con una propuesta desesperada, absurda y sin sustento técnico.
Por que cuando algún persona en el ejercicio del Poder hace propuestas descabelladas, el descredito es para la propia sociedad que le eligió. Es en esa medida, con esa misma vergüenza, que tenemos que poner en evidencia, criticar y rechazar todas aquellas propuestas populistas, sin sentido y que nos hacen retroceder hacia épocas que la gran mayoría NO quiere recordar ( supongo yo).
Todos quisiéramos ver propuestas con características únicas: Las que invierten en las prioridades, que van encaminadas al aumento de las capacidades y el fortalecimiento de las instituciones, la transparencia, en la sanción responsable, en el sentido de disminuir tantos hechos impunes, castigar la malversación de fondos públicos, anulación de privilegios, criminalizar el abuso del poder….
Yo le digo a usted que esas son las propuestas que dan esperanza y no miedo. Que provocan que la gente pueda volver a creer, que den ganas de involucrarse, de saber que formamos parte de algo y que comenzamos a dejar de ser un poco los tontos útiles de un sistema que parece que colapsa y que lo seguimos sostenido, al final de cuentas, es en nosotros donde descansa…y qué bueno que se así, con todo y sus imperfecciones siempre, si usted quiere, tendremos la oportunidad para mejorarlo…