Así como la La República Dominicana, vive de espalda al mar, con su pobre explotación de sus recursos costeros-marinos, con un 67% de su territorio de vocación forestal, también ha vivido de espalda al potencial de este recurso para contribuir al desarrollo socioeconómico de su población. Aprovechar de manera sostenible sus recursos boscosos, aumenta significativamente la oferta de productos forestales, para un mercado local cautivo, que debe importar hasta un 88% de estos productos por un valor que sobrepasa más de 150 millones de dólares anualmente.

Las razones que han impedido que nuestros bosques se manejen de manera sostenible podrían ser muy legítimas pero conservadoras, basadas más en la emoción que en la razón. Si echamos una ojeada al periodo de 30 años (1967-1997) donde el uso y manejo del bosque estuvo prohibido, nos damos cuenta que con tal restricción no se lograron los efectos deseados respecto al uso del árbol. Sectores privilegiados de la sociedad dominicana (militar, empresarial y político) hicieron uso ilegal e irracional de nuestros bosque naturales, prácticamente de manera impune, deforestando más de dos millones de hectáreas de bosques y causando graves alteraciones en los ecosistemas boscosos y estuarinos.

En tres décadas de prohibición, los incendios forestales naturales e intencionales, no disminuyeron, la agricultura de tumba y quema, no mejoró sus técnicas ni detuvo su avance, empujando la frontera de conservación, el sector privado no sembró un solo árbol, la erosión de los suelos, llenaron las presas y embalses o se fue al mar, peor aún, no aprendimos ni a manejar el bosque ni aumentar la calidad de vida de las comunidades rurales de zonas montañosas, en cambio, no se crearon condiciones ni para proteger al bosque ni permanecer dentro o próximo a él. Las comunidades, se hicieron “enemigas” del recurso forestal y de todo lo que implicaba conservación de la biodiversidad.

Basados en estas y muchas otras consideraciones de carácter social, económico, mitigantes del Calentamiento Global, y técnicos-científicas, se enmarca el enfoque presentado al país por el Candidato presidencial Luis Abinader, en el evento sobre este importante tema propiciado por La Cámara Forestal Dominicana en el Hotel Gran Almirante, en Santiago de Los Caballeros. Representantes del sector forestal a nivel nacional, estuvieron presentes.

Es la primera vez que un político de primer orden como el Lic. Luis Abinader, aspirante a la presidencia de la República que asume el debate sobre este aspecto del desarrollo socioeconomico del pais. Esperemos que otros candidatos podrán también exponer su visión sobre este importante y trascendente tema.

El manejo sostenible del bosque indudablemente deberá contribuir a que el ver transitar un camión con trozas de madera, no cause pánico en la población y mucho menos cree incertidumbre en un sector que genera empleos de calidad, incentiva la reforestación para conservar las aguas, reduce los incendios forestales intencionales, aumenta la oferta de madera, reduce la fuga de divisas, reduce la erosión de los suelos, reduce la migración rural, evita que nuestros zonas boscosas naturales, sean habitadas por la presencia depredadora de los haitianos, y motoriza la microeconomía local al tiempo que nos educa, entre otras.

Entonces, corresponderá a las autoridades evitar, controlar, supervisar y facilitar que esta actividad del manejo sostenible del bosque, no incursione en las zonas protegidas, que se respeten las áreas de conservación y protección de las riberas de ríos, arroyos, y cualquier fuente acuífera, para que una alianza estratégica con los sectores claves del sector rinda sus frutos, sustituyendo la visión de corto plazo por la visión de largo plazo, que garantice la perpetuación del bosque así como el aumento de la calidad de vida de su población.