La ADP debe reclamar talleres de adiestramientos para sus agremiados. Los dirigentes de la ADP no pueden, ni deben seguir reduciendo el gremio a una dirección de "ajustes salariales", deben, también, exigirle al Ministerio de Educación que le reduzca el estar malgastando dos y tres horas de trabajo, llenando planillas que nunca se ponen en práctica, por falta de tiempo.
Debe exigirle al Ministerio de Educación que les imparta talleres de adiestramiento sobre metodología sobre enseñanza de la lengua, metodología de la enseñanza de la literatura, uso de la poesía dentro y fuera de los espacios áulicos; de uso de los trabalenguas, del teatro y de los títeres, entre otras áreas del arte.
Eso implica que todos debemos participar en los reclamos de un rediseño curricular, donde se tenga como base el constructo de ese sujeto del pensar, del razonar, del crear y del imaginar, lo cual implica entender que solo con el dominio y uso de la lengua materna, es que el sujeto podrá adquirir el dominio de otros saberes.
La lengua es el ÚNICO saber que se aprende, para aprender, para adquirir, desarrollar y profundizar otros saberes.
El sujeto que no domina la simbología de su lengua, NUNCA, estará en capacidad de dominar la simbología de la física, de la química, ni de las matemáticas, ni podrá dominar la simbología de las llamadas "Ciencias Duras".
Si no domina bien su lengua materna, no dominará el mundo de las llamadas ciencias puras o  ciencias duras, porque es a partir del dominio de su la lengua materna que el sujeto desarrolla las capacidades cognitivas de abstracción, de reflexión, de creación, de cuestionamiento y de transformación así mismo, del entorno que lo rodea y de dibujar y redibujar su futuro, como ser imperfecto, pero perfectible.
El dominio de la lengua, ante el sujeto, es un poder. Su dominio del discurso lo que pone en capacidad de generar o regenerar realidades tangibles e intangibles, por eso es imprescindible volver la filosofía a los espacios de dialogía y de compartir saberes, dentro y fuera del sistema educativo nacional y, con la filosofía, dar paso a la filosofía infantil, a ser compartida, no como historia muerta de historias cansonas y de repetitivas anécdotas, ni como una antropología de cementerios y malabares, sino como escenario de vida y formación del ser, junto con la ética, junto con la estética y junto con la moral y la cívica.
 Hay que volver al pasado…sin olvidarnos que vivimos hoy en el mundo de la postmodernidad, al lado del sujeto digital, junto con el cerebro cibernético.
Hoy en día, no podemos seguir distorsionando los postulados de la Ordenanza 02-14, sobre el Sistema Escolar de Tanda Extendida. A ese gran proyecto hay que saberle sacar provecho para bien de nuestros estudiantes, para bien de nuestros maestros y para bien de nuestro país.
No podemos seguir convirtiendo la tanda extendida en un vacío Plan de "beneficencia alimenticia", donde, se privilegia la acción culinaria o estomacal y se abandona el desarrollo creativo, espiritual, imaginativo y afectivo del sujeto, para, de manera consciente o no, convertirlos en inválidos mentales, en sujetos zombis, que respondan al "corroboro", desprovisto de la recreación y de las potencialidades de la creación y del imaginar.
 Hay que incluir de manera activa las artes, el deporte y la sana tecnología en el Sistema Escolar Dominicano de Tanda Extendida.
Cuando apliquemos eso, como política de Estado, con voluntad política de hacerlo, estaremos contribuyendo a mejorar, no solo ante la prueba global PISA, sino que estaremos contribuyendo a la construcción de una sociedad con menos corrupción, con menos delincuencia, con menos violencia intra y extrafamiliar y con menos inseguridad ciudadana, porque estaríamos apostando a una sociedad de sujetos pensantes, sujetos de la razón, reflexivos, críticos, creativos, imaginativos, contestatarios y participativos.
Es por ahí que debe transitar, en términos de políticas de Estado, cualquier gobernante que se respete y que respete a su nación. Es así y es por ahí que hay que apostar a una sociedad democrática, una sociedad fe sujetos con deberes y derechos, para que la prueba PISA y la corrupción, no sigan pisándonos la cabeza y pesándonos en la conciencia.