Por considerarlo pertinente, procedo a presentaros estas reflexiones para el próximo año 2022.

1-A nivel internacional, tenemos lo siguiente:

  • Las economías de los países industrializados reflejaran los efectos de una resaca económica, de 36 meses, que será muy costosa para que podamos recuperarnos de ella.
  • En el ámbito geopolítico, podrían surgir tendencias mercantilistas debido a la carestía en la oferta de productos vitales para el desenvolvimiento económico de esas economías, llevando a las naciones a esquemas de producción toralmente autosuficientes.
  • Las crisis migratorias podrían plantear estrategias de contención y contingencia, que podrían afectar el conglomerado laboral y productivo de estas naciones.
  • Actualmente, la población económicamente activa, en estas economías, apenas esta en un 22% de su población.
  • La población envejeciente, que ya representa mas de un 52% de la población de estos países, esta demandando recursos subsidiados, que en muchos casos representa mas del 12% del PIB de estas economías.
  • El sistema de transporte y cabotaje marítimo comercial enfrentará retos muy preocupantes debido a que los armadores navales (las agencias navieras que controlan estas operaciones) tendrán que invertir mas de US$39,000 millones para desrelentizar estas operaciones y llevarlas al ritmo que tenían en el 2019/2020.
  • La industria automotriz, de electrodomésticos, comunicaciones, defensa nacional y tecnología de punta, sufrirán un descenso en su oferta debido a la crisis de producción de microcomponentes de proceso (chips) y de otros Algoritmos.
  • Todo lo anterior creará un clima geopolítico incierto por el afán de dominios en las áreas ya citadas. Obviamente que vendrán conflictos bélicos de gran envergadura.

2- El año 2022 será el portal para la recuperación económica de nuestro país.

  • Insularmente, podríamos superar la resaca económica del 2020 a través de ingentes inversiones en la creación de fuentes de empleo y de exportación.
  • Estas inversiones deberán concentrarse en los parques industriales de las zonas francas, industria alimentaria, metalmecánica y el turismo; agente demandante de los bienes y servicios de estas inversiones.
  • Paralelamente, se debe YA de reformular los esquemas fiscales actuales y la composición del gasto público.
  • Se debe fomentar el uso de energías alternativas, haciendo énfasis en la biomasa, que es generada por la incontrolable y anárquica estructura del manejo de los desperdicios que impera en la actualidad.
  • Los recursos de 4% del PIB que se ubicaron mayormente en la educación de nuestros ciudadanos y el aumento de las inversiones en infraestructura, deberían concentrarse en la preparación de los docentes y el equipamiento de los planteles escolares, para mejorar la oferta docente en el ámbito de la tecnología y los negocios de carteras de inversión y desarrollo.
  • Lo anterior, brindara un marco de referencia y soporte a las inversiones en los sectores productivos del país.
  • El sector bancario deberá internacionalizarse más a través de las aperturas, en monedas duras, de cuentas corrientes. También las lonjas de valores deberán poder emitir valores en estas monedas para agilizar la canalización de las divisas producidas por las citadas inversiones; de esta manera atraerían recursos frescos a nuestra economía.

Como el apreciado lector podrá percibir, el próximo año 2022 será uno de transición económica, pero más importante aún, un periodo donde ya los dominicanos han aprendido a desarrollar empatías positivas hacia sus semejantes, dentro de esquemas de racionalización del gasto personal y una mejor comprensión de lo que economía denominamos los Ciclos Económicos: Las vacas flacas y las vacas gordas.