Desde el inicio de su administración el honorable Señor Presidente Danilo Medina Sánchez, comenzó a dar muestra de una falsa imagen. Ciertamente, con un estilo sencillo, silente, sin estridencias, modesto y sobrio. Dicha conducta, le granjeó muchos afectos, popularidad y simpatías políticas, en la población dominicana. Su popularidad, fue medida como siempre se hace con la figura presidencial. Los medios de comunicación al servicio oficial y no oficial pero sí pagados, se encargaron de inflar las cifras con las encuestas.

A tres años de gobierno, conocemos que fue una estrategia muy bien diseñada, planificada y mejor calculada, para “matar” varios pájaros de un solo tiro. Por un lado, echó abajo el estilo arrogante de su antecesor al tiempo que le “chuvó los perros” que de tanto ladrar, disiparon aquellos “vientos” que aparentemente, lo reinstalarían en el Palacio de gobierno.

Los parámetros y factores climáticos, que determinan el surgimiento de vientos huracanados en la naturaleza -temperaturas elevadas, presión barométrica baja, tienen su equivalentes en la política como son poder económico, Altas Cortes, grupos empresariales, medios de comunicación, paleros, etc., fueron todos disipados, con un “tornado” fabricado en el mismo Palacio Nacional, llamado Quirino.

El estilo del Presidente Medina, cautivó a muchos y por muy buenas y sanas razones: las comunidades, los agricultores y la agropecuaria, requerían de que las barreras que separan a un gobernante de los humildes, fuesen derribadas. Pero las mentiras, la demagogia, el engaño, no perduran por siempre. Todo ese montaje electorero, ha sido puesto en evidencias por la oposición y sus técnicos del sector agropecuario. Solo el 12 al 15 % de las promesas del presidente, han sido cumplidas en contra de 85 al 88 % incumplidas. Se ha demostrado, que las visitas “sorpresa” no han mejorado la producción agropecuaria -periodo sin visita vs periodo con visitas- y mucho menos han aliviado la pobreza y el desamparo en que viven sus protagonistas. Todo resultó en bulla, allante, movimiento y naturalmente, las cifras de popularidad, se van desinflando, a pesar de la amplia y costosa propaganda.

La agricultura, es una dura y riesgosa actividad socio-económica. Las limitaciones tecnológicas, siembra de la tierra en secano o sin riego, la sequía prolongada, aparición de plagas por deficiencias y prevención fitosanitarias, falta de financiamiento oportuno, falta de pericia en el manejo de los eventos adversos y políticas agropecuarias irresponsables, que privilegian las importaciones en vez de auxiliar y apoyar al productor nacional.

Las promesas electoreras, no evitaron la quiebra de los productores de invernaderos, mangos, aguacates, caída de la producción lechera y tampoco evitarán la subida de precios de los alimentos que consume el pueblo.

Y, para poner la tapa al pomo, hicieron posible la entrada de la Mosca del Mediterráneo, mediante la importación de frutos de Suramérica, que a su vez se exportaban desde aquí, para hacer creer que eran productos nuestros.  Este es el colmo de la deshonestidad y falta de honor en aras del beneficio pecuniario. Tenemos un gobierno de mentiras y sin credibilidad de arriba abajo!!!