En todas las campañas electorales oímos a los políticos de uno y otro partido ofreciendo posiciones, ofreciendo obras de infraestructuras, como carreteras, caminos vecinales, escuelas, hospitales, entre otras; pero si algo escuchamos en la pasada campaña fue el slogan del hoy presidente Danilo Medina: “Continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho” y después de tres años de gobierno y una re-postulación, vale la pena analizar el cumplimiento de cada parte de esta gran promesa de campaña.

“Continuar lo que está bien”: En esta parte el problema no ha sido la continuidad, porque sí se han continuado con algunas prácticas; donde sí hubo problema es en la parte que dice: lo que está bien,  pues si a continuidad vamos, podríamos ver el continuo escándalo de corrupción en la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), una dependencia del poder ejecutivo, y la consecuente impunidad de los incúmbetes relacionados a dichos escándalos. 

“Corregir lo que está mal”: Igual pasó con esta frase, pues se ha corregido o más bien se ha cambiado, pero no necesariamente lo que está mal, porque las campañas de educación, prevención, fumigación, etc., para prevenir el dengue, por parte del Ministerio de Salud Pública, eran campañas que rendían sus frutos y ayudaban a la prevención e incluso a la reducción del mosquito que transmite el dengue.  Parece mentira que el año de la sequía más absoluta de las últimas décadas, es el mismo año en que ha habido más casos de enfermos de dengue, más fallecidos por dengue y mayor porcentaje de decesos por número de enfermos. ¿Y las campañas de educación y prevención?…,  Bien gracias, se mal corrigieron.

“Hacer lo que nunca se ha hecho”: Aquí fue donde se la comieron, especialmente con el tema de la soberanía, el respeto a la Constitución, el resguardo de nuestras fronteras y el de nuestros puertos aéreos o marítimos. Primero, tenemos una cada vez mayor cantidad de emigrantes, haitianos o no, que entran sin un adecuado control a través de nuestra frontera, de nuestros puertos y de nuestros aeropuertos; pero como si esto no fuese suficiente violación de la soberanía, de las leyes y de la propia Constitución, se despachan de una forma olímpica y firman un acuerdo bilateral con los Estados Unidos de Norte América, de espalda al país y sin someterlo a nuestros legisladores, que, entre otras facilidades, otorgaba privilegios e inmunidad a miembros de las Fuerzas Armadas y funcionarios civiles del Departamento de Defensa de los Estados Unidos presentes en el país.

Tratado éste, que el Tribunal Constitucional tuvo que anular por sentencia, por considerarlo una flagrante violación a la Constitución y a la propia soberanía dominicana,  ya que, según expertos en la materia, permitía a Estados Unidos desplegar tropas en territorio dominicano.

Y si quedaban dudas del buen resguardo de nuestras fronteras, ahora resulta que salir del país a pesar de un impedimento de salida, una orden de prisión domiciliaria y presentación periódica, es una tarea fácil y que las autoridades se enteren (no sabemos que tiempo después), cuando los escapados hacen una declaración pública en Francia y un periódico Francés las recoge.

Definitivamente los políticos cumplen sus promesas, no como espera el pueblo, pero las cumplen.