Este país se acostumbró tanto a las importaciones que ahora nos estamos ahogando en un mar de incertidumbre porque están aumentando los fletes y los precios de muchas materias primas y bienes intermedios y terminados que traemos del exterior. Maravilloso.
Nos quejábamos de que China, con su capacidad de producir bienes baratos y a precio menor al costo en que se produciría localmente, estaba hundiendo las empresas de muchos países del mundo que no podían competir.
Pero las cosas han cambiado. El Yuan se ha revalorizado, el flete se ha incrementado enormemente y los chinos están más preocupados en producir para su consumo que en exportar.
Ojalá que sigan subiendo los precios de los bienes chinos y europeos para ver si los importadores dominicanos se transforman en productores locales sustituyendo muchos de esos bienes que se chupan millones de divisas. Este país lo que necesita son empleos productivos y no importadores que lo traen todo para joder al productor local.
Han llevado a la quiebra a los productores de leche, cebolla, ajo, pollo, carne, quesos y embutidos, textiles y decenas de otros productos industriales y agroindustriales con grandes importaciones que hunden el precio del mercado.
Y no competimos porque muchos de esos bienes importados reciben grandes subsidios en los países donde se originan, sin contar las mafias en las aduanas para falsear las facturas y un peso sobrevaluado que perduró por años.
Hemos estado sacrificando la gallina de los huevos de oro.
Veamos el caso del maíz para la alimentación del ganado y la industria avícola. Importamos más de 250 millones de dólares de maíz anualmente (en el ultimo el precio aumento 42%) para alimentar estas especies cuando podríamos sembrar sorgo masivamente en los cientos de miles de tareas que están abandonadas en los campos de todo el país.
El sorgo puede ser un sustituto perfecto del maíz para la alimentación animal y se ha demostrado que puede ser rentable y competitivo ahora que los precios internacionales de muchas materias primas están aumentando.
Igual con la leche si le dieran un mejor precio al productor local para protegerlo de esas importaciones masivas de leche en polvo que son producidas con grandes subsidios donde se originan.
Deberíamos sembrar 400 mil tareas de Palma Africana (ya existen unas 70 mil tareas) y reducir las importaciones de aceite comestibles que rondan los 180 millones de dólares. Y ni hablar de otros bienes alimenticios sin elaborar cuyas importaciones ascienden a 550 millones de dólares al año
Ojalá que todo siga subiendo en los países que nos abarrotan de mercancía a precios anormalmente bajos por las distorsiones cambiarias (sobrevaluación del peso), falsas declaraciones aduanales y grandes subsidios en los países ricos, para cambiar ese pernicioso modelo importador que ha prevalecido por décadas en este país
Necesitamos con urgencia una industria y agroindustria local que compita en mejores condiciones dentro del mercado internacional y contribuyan a crear empleos productivos.
Ya se acabo el relajo de un gobierno empleando el 40% de los puestos de trabajo que se crean cada año. Hay que desmontar esa maquinaria publica perversa que hizo de la política partidista el medio de perpetuarse en el poder.
Finalmente, para compensar los aumentos de precios hay que ajustar los salarios de acuerdo con los niveles de inflación y eso debe estar en la agenda del 2021.