El PLD y Danilo habrían de dejar como legado una situación económica de gravedad incalificable, aun antes de surgir la pandemia. La duplicación de la deuda externa en 8 años y  los déficits y subsidios del ineficiente  sector eléctrico causaron un desastre indescriptible, empeorado con enormes gastos estatales dilapidados al intentar imponer la reelección con un delfín, rechazado en las urnas. El presidente Luis Abinader y su equipo técnico asumirán responsablemente su deber de superar la crisis económica, contando con el apoyo de las fuerzas productivas y la comprensión y apoyo de la ciudadanía. La tragedia no queda ahí. La crisis sanitaria es aun más grave que la económica porque provoca a diario pérdidas de vidas que pudieron salvarse. Además  destruye la producción y diezma a los pobres. Ambas crisis son igualmente devastadoras, se refuerzan entre sí, pero es la sanitaria la que exige la adopción de medidas sabias, con carácter de urgencia, por parte de la vicepresidenta Raquel Peña, que ha sido nominada por el presidente Abinader para encabezar el Gabinete de Salud en cuya estructura sobresalen el Ministro y una Vice-Ministra, ambos neumólogos, o sea que se han especializado en una rama médica que los faculta para dirigir con eficacia la lucha contra la COVID-19.

El descuido gubernamental provocó que la toma de posesión ocurra con el sistema sanitario desbordado en las principales ciudades y a punto de colapsar en otras zonas. Se pronosticó que se tendría el pico de contagios  en la primera o  segunda semana de Mayo y, más de dos meses y medio después, aun no se vislumbra que alcancemos una meseta para comenzar a domar y suprimir la pandemia. Reparticiones  proselitistas  del candidato oficial, violatorias del toque de queda y la indiferencia gubernamental ante la indisciplina y el comportamiento antisocial de ciertos sectores   agravaron la pandemia que, desde el principio, se percibió que estaría fuera de control pues el MSP no procuró a tiempo los insumos para las PCR, ni incorporó suficientes bioanalistas para esas pruebas  Son interminables las “listas de espera” de  laboratorios privados y del Laboratorio Nacional. Miles procuran, inútilmente, en persona, que les hagan  pruebas del COVID-19, pero ese angustioso reclamo no se satisface porque en lugar de procurar materiales y equipos para las PCR, el estado de emergencia se dedicó, por momentos, a realizar amañadas “licitaciones sorpresa”, convocadas con plazos de pocas horas para concertar contratos con bochornosos sobrecostos, favoreciendo a claques del partido que, según Bosch, fue creado “para completar la obra de Duarte”. La repulsa pública logró la anulación de algunas de tales tratativas.

De seguro el Gabinete de Salud se esforzará en realizar gestiones durante la transición para que las PCR no falten en los inicios del “Cambio”. El régimen derrotado no  realizó  pruebas suficientes, cuyos insumos están disponibles y se comercializan libremente. Es de suponer que tampoco se habría encargado de garantizar que los dominicanos tengamos acceso oportuno e inmediato a las vacunas que se aprueben, en cantidades apropiadas, y en relación   a los volúmenes que se vayan produciendo.

Sin ningún retraso adicional nuestro país debe ser un ente activo en la Facilidad COVAX (COVID-19 Vaccines Global Access), o sea, en el Acceso Global a las Vacunas del COVID-19 que procura asegurar el suministro de cientos de millones de dosis en los próximos meses y 2,000 millones de  vacunas desde ahora hasta finales del 2021. La Facilidad COVAX se basa en el AMC (Advance Market Commitment) o Compromiso de Mercado Avanzado  o por Adelantado, que garantizaría el acceso equitativo a las vacunas a todos los países, incluyendo los más pobres. Resulta estimulante que la Facilidad COVAX  haya firmado un Memorándum de Entendimiento con Astra Zeneca, que ya está probando masivamente en humanos la vacuna descubierta por la Universidad de Oxford. Astra Zeneca se comprometería a entregar 300 millones de dosis de vacunas a COVAX. Los países que se asocien a COVAX recibirán un número de dosis suficiente para inmunizar el 20% de su población. Antes del otoño, naciones como la nuestra, que no aportarían inversiones de capital para  investigación y desarrollo de las vacunas, deberían someter una solicitud para ser miembros de COVAX bajo el citado esquema AMC, Compromiso de Mercado por Adelantado. También podríamos incorporarnos a través del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud, OPS, que negociará con el COVAX en nombre del colectivo de países de nuestro hemisferio. Cada país distribuirá las vacunas a su entera discreción, pero se sugiere que la primera ronda  de entregas se reparta dando prioridad a los siguientes sectores: (1) Trabajadores de la salud, que representan el 1.0% de la población total; (2) Adultos con más de 65 años, que son el 8% de la población; (3) Otros adultos de alto riesgo como hipertensos y diabéticos, que constituyen el 15.0% de los humanos.

Luis Abinader ha dado señales inequívocas de que gobernará con toda la sociedad y, con ese enfoque,  Raquel Peña incorporará al Colegio Médico Dominicano, al Colegio Dominicano  de Bioanalistas y a las Asociaciones de Enfermería en la lucha exitosa que ella encabezará contra la pandemia.