Tras realizar un diagnóstico soportado en un levantamiento de campo, la dirección técnica del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), por medio de este trabajo, desea compartir los graves problemas que afectan la Presa de Tavera y las demás presas del país, así como, el camino a seguir para su adecuada solución.
En 1973 el Dr. Joaquín Balaguer inicia un vasto proyecto de construcción de presas en las principales cuencas hidrográficas del país.
Para desarrollar este plan de generación barata de energía basado en el aprovechamiento de los recursos hídricos, el gobierno decidió poner en marcha proyectos que ya habían sido estudiados en plena “Era de Trujillo”.
Trujillo en materia de energía fue muy realista y visionario; el plan de industrialización que inició con empresas muy estratégicas, todas instaladas con recursos públicos, pero que en su mayoría o totalidad explotaba en beneficio de familiares y allegados, requería cada vez de más y más energía que, aunque el petróleo era para entonces muy barato, decidió buscarla en los enormes recursos hídricos con que contaba el país en esa época.
Lo que le ha faltado a la Presa de Tavera es lo que le falta a todas las demás presas del país: La Reforestación de sus cuencas
Así en 1954 inauguró el moderno proyecto hidroeléctrico del Salto de Jimenoa en Jarabacoa, capaz de producir unos 8 megas y posteriormente la hidroeléctrica de Alto Dama en la zona Sur, un proyecto más modesto pero enmarcado en un plan estratégico de producción barata de energía.
Paralelamente, se iniciaron estudios para desarrollar proyectos más ambiciosos que la “Era” no llegó a iniciar pero que quedaron en carpeta a la espera de que otros gobiernos lo desempolvaran y tuviesen el valor y el patriotismo de llevarlo a cabo. La Presa de Tavera era el principal y uno de esos proyectos; Otros proyectos ya estudiados para la época era el hoy controversial Manabao-Bejucal-Tavera que en 1954 se planificó en Manabao, sin desvío del Río Yaque.
Al inaugurar Balaguer su segundo mandato de la “Epoca de los Doce Años” tomó la decisión de iniciar la construcción de este gran proyecto (Tavera) y asumir el mismo con recursos propios del gobierno, pues Balaguer no era participe del endeudamiento externo, tan de moda en los gobiernos que le sucedieron.
La generación que vivimos nuestra juventud en la década de los años 70 recordamos muy bien la frase que se acuñó para definir la presa como un compromiso de todos.
Se impusieron tasas provisionales para recaudar los fondos necesarios para construir dicha obra de forma ininterrumpida y que no faltasen los recursos.
Con una inversión de poco más de 45 millones de dólares, ya en el año 1973 el país contaba con esa gran obra que no solo aportaría 96 MWS de capacidad instalada, sino que también irrigaría 9,100 Hectáreas más para la agricultura, unas 145,600 tareas más, que se incorporaron a la producción, además de ser la fuente de abastecimiento de los principales acueductos de la Región del Cibao Central.
La Presa de Tavera está ubicada en la comunidad del mismo nombre, cerca del ya hoy Municipio de Baitoa y tiene una cuenca de 785 kms. cuadrados recogiendo las aguas de gran parte de la Cordillera Central y sus principales ríos: Yaque del Norte, Jimenoa, Bao y sus numerosos tributarios.
La capacidad de embalse de la presa era de 173 millones de metros cúbicos en una área de 6.2 Kms. cuadrados que es el tamaño del lago de la presa.
Casi una década después se conectaría dicha Presa con la Gran Presa del Río Bao para sumar 417 millones de metros cúbicos de agua en su embalse y convertir este complejo hidroeléctrico en el más grande y de mayor generación del país, con 196 MWS.
Esa fue la primera mega obra que en materia de energía hidroeléctrica construiría el Dr. Balaguer. (Hoy al mirar hacia atrás, en el CRD nos preguntamos: ¿Cuantos miles de millones costaría ese proyecto al país si lo tuviesen que construir en el presente?
OTRAS PRESAS:
La Presa de Tavera no sería la única mega obra en materia de hidroeléctricas, acueductos y canales de riego que construiría el Dr. Joaquín Balaguer en sus 22 años de gobierno: Jigüey-Aguacate, La Presa de Sabana Yegua, Valdesia, Rincón, Hatillo, el contra embalse Bao-Angostura para ampliar la capacidad de la Presa de Tavera, entre otras, son el legado dejado, sin endeudar el país.
¿QUE PASA CON LA PRESA DE TAVERA HOY?:
Los medios de comunicación se están haciendo eco de la situación de este importante proyecto a sus 41 años de instalado y es que se preguntan, ¿Qué pasa?, ¿Es que la presa está vacía?, ¿Dónde está su capacidad de almacenamiento y de generación? ¿Porqué llueve tanto y no Hay agua? y es como dice el Ing. José Manuel Jiménez, luchador de la preservación del Río Yaque y técnicos del CRD que nos opusimos al desvío del mismo de Jarabacoa, en el Proyecto Manabao Bejucal-Tavera: “No, la Presa no está vacía, está llena, pero de sedimentos, de escombros, de troncos de árboles, basura y muchas cosas más”.
Y es cierto, de los 80 metros de altura de la corona de la presa, hoy hay 63 metros sedimentados y a la presa apenas le restan 17 metros para almacenar agua. Esta es la razón por la cual aunque llueva en la cuenca del río, no hay agua en la presa.
¿QUE HA FALTADO?:
Lo que le ha faltado a la Presa de Tavera es lo que le falta a todas las demás presas del país: La Reforestación de sus cuencas.
En los 41 años que han pasado desde 1973 a la fecha, la deforestación en todas las cuencas hidrográficas se ha ampliado y las consecuencias no se han hecho esperar: Disminución dramática de los caudales de los ríos que alimentan las presas, la erosión acelerada de sus suelos y las crecidas de los ríos que en tiempo de lluvia son cada vez más intensas y provocan más inundaciones y el acortamiento de la vida útil de las presas.
Hoy el agua lluvia no baja a los ríos lentamente creando las escorrentías que alimentan los riachuelos que tributaba sus aguas todo el año a los ríos.
Hoy , el mismo día que llueve, en escasos minutos toda el agua caída, engrosadas sus gotas con las partículas del suelo que recoge en su recorrido loma abajo, llega al lecho del río ensuciando sus aguas y provocando grandes crecidas que muchas veces desbordan su caudal. Todo eso lo recogen las presas, de ahí que su capacidad de embalse sea cada vez menos.
En un artículo en el que recogimos la preocupación del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), en torno a la muy perjudicial deforestación del país, hablamos de la disminución de hasta cuatro veces de los caudales de los ríos Yaque del Norte, Jimenoa y de todos los ríos del país, lo cual hoy en día lo podemos palpar al transitar por la Autopista Duarte, en la que vemos que por una gran proporción de sus puentes solo cruzan ríos secos.
Ese es el futuro del país y es el futuro de esa enorme infraestructura de presas e hidroeléctricas que nos legaron los gobiernos del Dr. Joaquín Balaguer; quizás hoy la mayor riqueza del país con los costos actuales de la energía y el petróleo; pero que no supimos proteger, por lo que las generaciones próximas se conformarán con ver grandes lagos sin agua y enormes moles de hormigón represando sedimentos, no agua. Parece dramático pero es así.
41 años han bastado para que nuestra generación sea testigo viviente de los resultados de una irresponsabilidad de cuyos perjudiciales resultados todos tenemos nuestro grado de culpa, lo cual motiva al Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), a instar a nuestras autoridades y a todos los que componemos la sociedad dominicana a que miremos en perspectivas al futuro para subsanar el referido mal, que atenta en contra de nuestra supervivencia humana , así como de la producción y alimentación, además, para no legar a las próximas generaciones, presas con caudales que en lo más mínimo cumplirán el cometido para la cual fueron construidas, como resulta el caso de los 12 metros cúbicos de agua por segundo que aportaba el Río Yaque hace 60 años, en el curso que va de no detenerse la deforestación de su cuenta, apenas se reducirá a unos 3 metros cúbicos y algo por segundo.