Las revelaciones aparecidas en un trabajo periodístico sobre las exoneraciones de impuestos para importar vehículos que reciben los legisladores, publicado por "Diario Libre", ha causado molestias y provocado indignación en alguno de ellos, alegando en su defensa que es " una componenda empresarial para desprestigiarlos". No creo que el empresariado tenga que hacer esfuerzo alguno para poner en entredicho a muchos de los integrantes del Poder Legislativo, éstos con sus actuaciones se han encargado de desacreditarse solos, la investigación del caso "Falcón" es una muestra de lo que son capaces algunos "honorables" representantes del pueblo dominicano.
En lo que se refiere a la importación libre de impuestos de dos vehículos por período legislativo, se supone que para su uso personal, no creemos que las marcas de súper lujo y los carros deportivos que aparecen en el listado publicado por el mencionado medio informativo, se presten para las labores que deben llevar a cabo los legisladores, para resolver ese problemita los beneficiarios proceden a vender esos vehículos, lucrándose de un privilegio que nunca debieron tener y que ellos mismos se concedieron.
"Diario Libre" no ha inventado nada ni ha mentido, simplemente puso frente a los ojos de la ciudadanía lo que hacen Senadores y Diputados con sus exoneraciones; en lugar de molestarse por hechos imposibles de negar, lo que tienen que hacer es actuar de manera diferente e imitar el proceder de algunos de sus pares, quienes no se aprovechan de esos privilegios y son modelos de dignidad y honestidad.
Lo de las exoneraciones de impuestos a vehículos, es uno de los muchos privilegios que tienen los legisladores, pues además reciben importantes asignaciones monetarias con los "barrílitos", "cofresitos", dietas, asignaciones especiales, sistema privilegiado de pensiones, guardaespaldas, choferes, etc. Todo esto pagado con el dinero que aportan los contribuyentes.
Por comportamientos como estos es que gran parte de la sociedad reclama que tanto políticos como partidos modifiquen su manera de actuar. Lo que se suponía una noble actividad de servicio público, se ha desvirtuado y se llega al poder no para servir si no para servirse de él .
Se debe continuar presionando para que la trasparencia y la rendición de cuentas sean la norma en todo funcionario público desde el presidente para abajo y para que las posiciones oficiales no sean centros de privilegios y que sus detentadores sean reales servidores públicos.
Para que se terminen de una vez por todas las importaciones de Ferraris, Rolls Royce, Bentley, Mercedes Benz, etc., por parte de legisladores inescrupulosos, es necesario cambiar profunda y drásticamente la forma en cómo se maneja el Estado; para ésto los políticos tienen que adecentar su proceder, ser menos egoístas y olvidarse de sacrificar el futuro del país en aras de sus intereses.