La noticia salió de una fuente irrefutable, el Banco Mundial y su Programa de Comparación Internacional: China sobrepasará a Estados Unidos como primera potencia económica mundial.

Algo que se venía pensando que sucedería para el 2019, según el Fondo Monetario Internacional. ¿Cómo puede un país con una renta per cápita de un quinto sobrepasar a la que está liderando desde 1872 cuando aquella sobrepasó a Inglaterra?

La explicación es la diferencia entre los precios relativos y los precios corrientes. El dinero, como mercancía, no tiene el mismo valor en el tiempo: refleja una realidad de los precios relativos. La comparación entre los desempeños de las naciones juega “sucio” ya que los precios internos no son equivalentes. Es lo que se llama el “poder de compra de paridad” (Parity Puchasing Power) y que el Banco Mundial cada cierto tiempo “corrige” los resultados internacionales para que reflejen el mismo poder de compra de cada economía nacional. Es lo que ha hecho en esta ocasión el Banco Mundial.

Pero, los chinos han cuestionado este honor: a pesar de su músculo económico, ellos se consideran como parte del mundo subdesarrollado y proclama la solidaridad con los proletarios del mundo. En su último libro, Eclipse: a la sombra del dominio económico chino, Arvind Subramanian defiende que un país con ingresos medios, como China, puede llegar a ejercer el liderazgo global, pero no hay precedentes. En los últimos siglos, los países dominantes, como Reino Unido y Estados Unidos, han sido países ricos. Además, y no menos importante, el sorpasso situaría al frente de la economía mundial a un país sin un sistema político democrático.

Subramanian sitúa en su libro en el año 2021 al presidente estadounidense visitando el Fondo Monetario Internacional para solicitar fondos de rescate a China, la primera potencia económica del planeta, que a cambio exige a Estados Unidos la retirada de sus bases navales en el Pacífico.

Con esta escena sin duda profética arranca Eclipse, una obra que parte de la idea, sólidamente argumentada por el profesor Arvind Subramanian, de que la anunciada supremacía económica de China ya está aquí, y de que Estados Unidos, el autoproclamado líder del mundo occidental, muestra todos los síntomas de decadencia —crecimiento lento, parálisis política, debilidad fiscal, y una clase media que pierde capacidad adquisitiva a marchas forzadas— que en otras épocas mostraron imperios como el británico antes de su definitivo declive.

Con todos los datos en la mano, Subramanian formula un pronóstico: que cuando la economía china termine de desplegar sus alas, su dominio llegará mucho más allá de lo que jamás ha llegado el de Estados Unidos, y llevará al país oriental a convertirse en una gran potencia mundial, no sólo mayor que su predecesora, sino la más importante que haya existido nunca. «La mejor de una serie de publicaciones recientes sobre la pesadilla nacional estadounidense. Subramanian es el más convincente de quienes sostienen que la hegemonía de Estados Unidos tiene los días contados.»

Por su parte, el Banco Mundial ha publicado los resultados de la planificación estratégica en China 2030, construyendo una moderna, creativa y armoniosa sociedad (disponible en inglés y en chino en el siguiente enlace: http://www.worldbank.org/en/country/china/research) y que recomiendo para entender el proceso político-económico de China.

Es una obra conjunta entre el Banco Mundial y el Centro de Investigaciones del Desarrollo del Consejo de Estado de la República Popular China, por lo que tiene el sello oficial de las autoridades chinas. Resulta significativo que el subtítulo conlleve los adjetivos que pretenden las autoridades lograr en el 2030: una sociedad moderna, creativa y armoniosa. Las características que más se acercan al ideal de equilibrio del espíritu taoísta oriental.

Aquí encontramos la clave de por qué los chinos rechacen que de repente le endilguen el primer puesto como potencia económica mundial: les falta mucho para alcanzar su ideal. Mientras tanto, podemos dedicarnos a pensar como Subramanian en los escenarios posibles del cambio en las reglas de juego económico del capitalismo mundial.