Hace un año me llamó la atención la triple presencia en Santo Domingo del Coney Island, el vecindario newyorkino del sur de Brooklyn famoso por sus parques de diversiones, balnearios y otros espacios de ocio y atracciones turísticas, el cual aparecía en una fotografía de Mary Rosa Jiménez, titulada “Rollercoaster Mind” (que formó parte de la magnífica exposición colectiva femenina “Más allá de la alteridad”, en homenaje a Soucy de Pellerano, curada por Paula Gómez Jorge, que exhibió la Galería ASR Contemporáneo del 7 de marzo al 20 de abril de 2018); así como también en la película de Woody Allen, “Wonder Wheel”, que estaba en cartelera en Fine Arts, y en la versión de la ópera de Mozart, “Così fan tutte”, que el mismo cine transmitiría (como en efecto transmitió) desde The Metropolitan Opera House el 31 de marzo (que cayó Sábado Santo).

The Beatles

Me sentí motivado a escribir sobre estas coincidencias y solicité a Acento que me publicara un artículo titulado “Triple presencia del Coney Island: fotografía, cine y ópera”, que apareció el miércoles 21 de marzo de 2018.

Me dio seguidilla y escribí otro artículo, a propósito de la película de Paul Thomas Anderson, “Phantom Thread”, titulado “Oscar de la Renta, Porfirio Rubirosa y Compadre Pedro Juan”, publicado el siguiente miércoles, 28 de marzo. Dos días después, tuve la suerte de sentarme al lado del director de Acento, Fausto Rosario, en el Concierto del Viernes Santo del Coro de la Catedral, ocasión en que le manifesté mi intención de seguir enviándole un artículo semanalmente para ser publicado cada miércoles y bautizar la columna con el nombre de “Tívoli”, palabra que en la página 213 del “Diccionario de Dominicanismos”, por Orlando Inoa (Editorial Letra Gráfica, Santo Domingo, 2010), se define así: “Lugar destinado a fiestas populares, a toda clase de distracciones, entretenimientos, bailes, juegos, etc. El nombre de Tívoli parece que fue tomado de una ciudad de Italia (estados romanos) con alrededores lindísimos; fue célebre en la antigüedad como campo favorito de los romanos”.

Gracias a la generosidad del director de Acento y de los amables lectores, esta columna arriba a su primer aniversario, por lo cual les estoy muy agradecido.

También estoy muy agradecido de Alexis Méndez y Luis Aquino, quienes, hace también un año, me invitaron a integrarme al equipo del programa radial “Música Maestro” que se transmite cada domingo de tres a cinco de la tarde por Quisqueya FM en los 96.1 (Gran Santo Domingo y regiones Este y Sur) y 98.5 (Santiago y regiones Norte y Cibao) y en este enlace de internet:

Valla publicitaria del cementerio de Sad Hill

www.quisqueyafmrd.com

De manera que estoy celebrando por partida doble el primer aniversario de “Tívoli” y de mi membresía en el equipo de “Música Maestro”, ocasión que se me antoja propicia para referirme a lo siguiente:

En 1963 se firmó un contrato entre la United Artists y The Beatles para que estos protagonizaran tres películas. A pesar de que luego de las dos primeras, dirigidas por Richard Lester, “A Hard Day’s Night” (1964) y “Help” (1965), The Beatles fueron protagonistas de una película de animación realizada por George Dunning, “Yellow Submarine” (1968), la United Artists la descartó a los fines de considerar cumplido el contrato, pues solo por un minuto, al final de la película, era que aparecían The Beatles en carne y hueso (en acción real) y no en dibujos animados.

Entonces se convino que la película que faltaba para cumplir el contrato sería un documental que mostrara el trabajo creativo del grupo en el estudio de grabación durante algunas semanas, ensayando y grabando. Fue así como surgió “Let It Be”, cuyo rodaje se realizó entre el 2 y el 31 de enero de 1969, bajo la dirección de Michael Lindsay-Hogg, totalizando 96 horas de película, reducidas a 88 minutos para la edición estrenada en las salas de cine en mayo de 1970 (titulada en español “Déjalo ser”, que fue como se estrenó aquí en el Rialto, cine que estaba ubicado en la calle Duarte, entre El Conde y Salomé Ureña).

Preservation Hall Jazz Band.

“Let It Be” ganó el Oscar a la mejor banda sonora, el cual recibió Quincy Jones en representación de The Beatles quienes ya se habían separado y no asistieron a la ceremonia de entrega de los premios, en abril de 1971.

Considerado como el testamento fílmico y musical de The Beatles, “Let It Be” registra, en sus 20 minutos finales, una parte de su última actuación en vivo, en la azotea del edificio de su empresa discográfica Apple, en Londres. Al cumplirse medio siglo de dicha actuación el 30 de enero pasado, Peter Jackson (el famoso director de la trilogía de “El Señor de los Anillos”), anunció que, partiendo de casi 55 horas de metraje inédito, está preparando un documental sobre la grabación y el rodaje de “Let It Be”.

Desde ya estoy ansioso por verlo, como también estoy ansioso por ver los documentales “What She Said: The Art of Pauline Kael” (acerca de la crítica de cine Pauline Kael), “Desenterrando Sad Hill” (acerca del rescate del cementerio en que se filmó en Burgos, España, la secuencia del duelo final de “El bueno, el malo y el feo”) y “A Tuba to Cuba” (acerca de la visita a Cuba en 2015 de la Preservation Hall Jazz Band de New Orleans), sobre los cuales hay información en estos enlaces:

Anuncio de la ruta al cementerio de Sad Hill

https://elpais.com/cultura/2019/02/14/actualidad/1550164615_169019.html

https://www.elmundo.es/cultura/cine/2018/10/18/5bc8a2bae5fdeaa1308b46fa.html

https://www.nytimes.com/2019/02/14/movies/a-tuba-to-cuba-review.html?rref=collection%2Fsectioncollection%2Farts&action=click&contentCollection=arts&region=stream&module=stream_unit&version=latest&contentPlacement=3&pgtype=sectionfront

Me despido compartiendo un fragmento de un correo y dos imágenes que, en enero pasado, me envió un primo que vive en Madrid: “Paso por la profunda pena de informarte que, de paseo por Santo Domingo de Silos, provincia de Burgos y merodeando a escasos 3 kilómetros de distancia del cementerio de El Bueno, el Malo y el Feo, no pudimos llegar a ese enclave de cine, porque la aproximación debía hacerse andando, pues las lluvias y las nevadas han hecho impracticable el camino forestal para vehículos como el nuestro… además hacía un solo puto grado centígrado y no era vaina de caminarse en esas condiciones una ida y vuelta… ¡otra vez será! Te dejo un par de posters de propaganda turística”.