Para diagnosticar alguna enfermedad arterial-coronaria se hace un estudio llamado prueba de esfuerzo. Durante unos 15 minutos de ejercicio se determina cómo funciona el corazón y se obtiene información sobre la estructura y el flujo sanguíneo.
Quizás la mejor prueba de esfuerzo de la marcha de la democracia lo sean las elecciones internas de los partidos, en las que se eligen los candidatos a los diferentes cargos de elección y sus autoridades directivas.
La meta de toda organización política es obtener el poder. Para lograrlo los partidos, agrupaciones y movimientos políticos deben elegir mediante procesos internos a sus dirigentes y a los candidatos que participarán en las próximas elecciones municipales, congresuales y presidenciales. Esto conlleva una serie de eventos, asambleas y primarias dentro de los partidos que deberían dar como resultado la selección de las personas más idóneas y atraer la mayor cantidad de simpatizantes en el electorado.
Ahora el reto es cumplir a cabalidad con la legislación electoral. Recientemente, el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Julio Cesar Castaños, afirmó que el financiamiento de las primarias abiertas simultáneas provendrá en un 40% de los fondos otorgados por este organismo a los partidos, para promover las candidaturas de manera proporcional y garantizar la celebración armoniosa de las primarias.
Las elecciones internas deben ser fiscalizadas cuidadosamente por la JCE, que debe asegurar la eficiencia de las contiendas intrapartidarias, la democracia interna y la transparencia. Las primarias deben servir como mecanismo de fortalecimiento interno de los partidos y para la movilización de las masas, dinamizando a sus seguidores, internos y externos.
Es en este escenario de las primarias donde se generan nuevos liderazgos, se legitiman las candidaturas y se reorganizan las estructuras jerárquicas que controlan la vida partidista. De su renovación depende su regeneración.
Ojalá pasemos con éxito la primera prueba de esfuerzo en los procesos de las primarias abiertas y simultáneas, aumentando la participación política de los ciudadanos y ganando la confianza del pueblo con sus nuevos líderes e instituciones en procesos exitosos. Con ello también está en juego el papel y la credibilidad de la JCE.