En el entramado político dominicano cualquier cosa es posible para beneficiar al partido-Estado PLD, dado el control por su comité político de todas las instituciones públicas incluyendo, claro está, el Tribunal Electoral y la Junta Central Electoral. Algo que es plenamente conocido y puesto en práctica por el presidente Danilo Medina, que en un momento de su carrera política clamó la famosa e histórica frase "el Estado me venció"; Estado que el ha sabido manipular para modificar la Constitución y destruir a sus adversarios.
El control de las instituciones y los recursos del Estado por el oficialista PLD y su actuación en colusión con otros partidos minoritarios hacen que el sistema político dominicano sea antidemocrático; las artimañas corruptas e impunes para prolongarse en el poder determinan su carácter de partido cartel.
Esto indica que cualquier análisis sobre los procesos electorales está supeditado a una alta probabilidad de amarres o arreglos coyunturales, cooptación de líderes de la oposición y fraude a través de la compra de cédulas, programas de solidaridad, subvenciones, nóminas, control de los medios, triquiñuelas legislativas y "ajustes" constitucionales para acomodar la Carta Magna a la voluntad del gobernante y su partido.
Consciente de esta barbarie política en un régimen autoritario que opera en base a una pantomima democrática y, dado que el ejercicio intelectual puede ser una herramienta útil para impulsar cambios democráticos, me atrevo a poner en la mente de la opinión pública mi propuesta para las elecciones internas en los partidos, que surge de mi vocación democrática y que está inspirada en conversaciones con colegas y amistades, en especial, con un asesor político que estudió en la Unión Soviética y en los Estados Unidos, cuyas propuestas suelen ser muy atinadas y algunas encajan con mi visión de la política.
Propongo que las primarias en los partidos se realicen de manera simultánea y mediante un padrón electoral cerrado. O sea, que, cada partido presente su padrón y el mismo sea avalado por la JCE. De este modo, los partidos tendrían control de sus electores y una fiscalización eficiente del proceso electoral.
Esto significa que me opongo a las primarias con padrón abierto y ello por varias razones: (1) el padrón abierto facilita que los electores puedan votar indistintamente por cualquier partido y que puedan incluso votar varias veces; (2) con el control de los recursos económicos e institucionales del Estado el PLD podría fácilmente comprar candidatos de la oposición con poco caudal electoral para asegurarse una oposición débil, comprar las cédulas de los votantes de la oposición para que voten por el PLD y utilizar cédulas de personas fallecidas.
Creo en el cambio cultural que está produciendo la movilización social a través de la Marcha Verde para aunar la voluntad popular en el reclamo amplio y estruendoso de unas primarias partidistas legítimas, limpias, con padrón cerrado y realizadas al unísono.
Creo en el poder popular de la Marcha Verde para que esta demanda democrática sea posible y viable legal y legítimamente.